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Nos los aconsejan para ir al baño más a menudo pero deberíamos comerlos porque son un escudo antiinfecciones. La cantidad de vitamina C que contienen estas pequeñas frutas de piel marrón y carne verde es increíble: con tan solo comer dos kiwis logras ingerir más de 130 mg de vitamina C, más de la que necesitas consumir en un día.
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Una ración de 100 g de piña nos aportan 79 mg de vitamina C y bromelina, una sustancia que nos facilita la digestión y reduce la hinchazón del abdomen. Vamos, que si en verano comes piña no solo conseguirás proteger tu sistema inmunitario, es que gracias a la acción de la bromelina y la fibra te verás más delgada.
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Mucho más dóciles que los pimientos picantes los pimientos rojos son una buena fuente de vitamina C y vitamina A (que le viene muy bien a tus ojos). Si incluyes en tus guisos y recetas una taza de pimiento rojo picado estarás añadiendo 190 mg de vitamina C a tu dieta. Y si los prefieres verdes, la cantidad de vitamina C que obtienes es menor, pero aún así con 120 mg de pimiento verde consigues el 200% de la vitamina C que necesitas en tu día.
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De todas las frutas exóticas y no exóticas, la campeona en cuanto a contenido de vitamina C es la papaya: una taza llena con su rica carne anaranjada (unos 100 g) contienen hasta 82 mg de este micronutriente, además de vitamina A y D, fibra y mucho sabor. Y todo esto por tan solo 43 calorías. Nadie da más.
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Otra bomba de vitamina C con carne anaranjada. Esta vez la pulpa de esta fruta exótica no solo esconde este micronutriente sino que también posee minerales como el hierro y el calcio y una buena porción de fibra. Comerse un mango no solo cubre las necesidades diarias de vitamina C, sino que además cubre el 30% de las de vitamina A y el 20% de las de vitamina E: toda una bomba antioxidante para unas defensas de acero.
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Toda la familia de los frutos rojos es, en general, rica en antioxidantes, pero las fresas y fresones son especialmente interesantes porque tienen una temporada muy larga (desde enero hasta junio si son de invernadero) lo que nos permite disfrutarlos cuando hace frío y cuando no. Tanto fresas como fresones contienen una buena cantidad de vitamina C además de ácido fólico y minerales como el magnesio.
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¿Te gusta el picante? Pues date una palmadita en la espalda porque si eres fan de los chiles mejicanos y las guindillas cada vez con los uses estás incluyendo en tu dieta vitamina C: unos 100 mg para ser concretos. Pero no uses de excusa a este micronutriente para echarle ahora picante a todo, lo poco agrada y lo mucho cansa y las ingestas demasiado altas de la capsaicina presente en esta familia picante pueden provocar más de un susto a nivel digestivo.
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Mientras que 100 g de naranja aportan 50 mg de vitamina C, 100 g de brócoli (crudo) contienen 90 mg de esta vitamina, casi el doble. Por si solo con esto no te convencemos para que lo consumas más a menudo, además de vitamina C cada vez que tomas brócoli ingieres una buena cantidad de polifenoles, unos antioxidantes naturales que miman especialmente nuestros pulmones.
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