Cinco recetas con avena para desayunar que ayudan a controlar la glucosa y a bajar los niveles de triglicéridos

Son muchos los expertos que aseguran que el desayuno es la comida más importante del día y hasta Harvard nos ha dado unas recomendaciones para conseguir un desayuno de lo más completo. Pero aún así, son muchos los que se conforman con hundir en la leche una buena pila de galletas o engullir a toda prisa una pieza de bollería. Eso puede satisfacer tu gula, pero no es bajo ningún concepto un desayuno saludable. ¿Has pensado en introducir la avena en tu desayuno? Sí, puede dar pereza, pero te aseguramos que tiene grandes propiedades.

Para empezar, la avena es una gran fuente de proteínas (posee hasta un 25% de proteína, más que cualquier otro cereal), así como hidratos de carbono, fibra, grasas saludables, vitaminas, minerales y oligoelementos. Estas propiedades hacen que este grano proporcione energía, evitando así la sensación de cansancio que se produce por la bajada de glucosa.

Debido a su gran cantidad de fibra soluble, la avena ayuda a digerir los alimentos y regular tránsito intestinal, evitando el estreñimiento y diferentes enfermedades intestinales. Pero no sólo eso, ya que también ayuda a reducir el colesterol gracias a la fibra y el ácido linoleico, ya que impide que este quede depositado en el intestino.

Pero no sólo eso. La avena es altamente recomendada para los diabéticos, puesto que su fibra soluble ayuda a estabilizar los niveles de azúcar al reducir su absorción en el intestino. Y esa misma fibra es la que genera sensación de saciedad, por lo que la convierten en el alimento perfecto para evitar picar entre horas (en eso se basa la conocida dieta de la avena).

Los triglicéridos son un tipo de grasa (lípidos) que se encuentran en la sangre y se crean cuando no quemas todas las calorías que ingieres. No tiene por qué representar un gran problema, ya que las hormonas liberan triglicéridos para obtener energía entre las comidas, pero si ingieres de manera habitual más calorías de las que quemas, puedes tener los triglicéridos altos.

¿Y qué pasa cuando tienes los triglicéridos altos? que tienes más papeletas para sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco debido a ese exceso de grasa en las arterias. La buena noticia es que la avena puede ayudarte a regular estos niveles de triglicéricos siempre y cuando sepas cómo prepararla.

Lo único que necesitarás es 100 gramos de avena y un litro de agua. Sólo tienes que remojar tu avena en agua durante toda la noche y al día siguiente, colarla y batirla junto con el litro de agua durante unos minutos. Una vez lo tengas todo batido, debes colar el resultado para eliminar cualquier rastro y puedes beber tu agua de avena a cualquier hora del día.

La avena por sí sola es un alimento bastante soso y si sólo la mezclas con leche es como saborear una caja de cartón. El truco es saber con qué mezclarla, ya que absorve todo el sabor del resto de los ingredientes siempre y cuando la hidrates o la cuezas antes. Porridge, galletas, tortitas, granola... puedes utilizar la avena para cualquier preparación combinándola con ingredientes más sabrosos como fruta o frutos secos.

Echa un vistazo a estas cinco recetas e incluye la avena en tus desayunos: