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Por qué tienes que aprender a respirar hondo: todos los beneficios de dedicar tiempo a inhalar y exhalar correctamente

La respiración profunda tiene muchos beneficios. No solo ayuda a fomentar la sensación de calma y reducir los niveles de estrés y ansiedad, sino también a disminuir la presión arterial. De hecho, la respiración profunda es la base de todas las prácticas de meditación y atención plena. De verdad que lo necesitas.

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Lo primero que aprendemos en la vida es a respirar. Aprender a hacerlo trae muchos beneficios y también es muy bueno si haces running porque ayuda a incrementar tu rendimiento. Mejorar tu respiración tiene efectos inmediatos porque la forma en cómo lo haces puede afectar a todo tu cuerpo, ayudando a regular funciones importantes como la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

A la respiración profunda también se llama respiración abdominal. Consiste en inhalar lenta y profundamente por la nariz, lo que hace que tus pulmones se llenen de aire a medida que el abdomen se expande. Este tipo de respiración se asocia con muchos beneficios para la salud, desde reducir el estrés hasta bajar la presión arterial.

Si bien estos beneficios son ampliamente conocidos, el ajetreado ritmo de vida que llevas más un entorno de trabajo que fomenta el sedentarismo llevan a generar malos hábitos de respiración. Con el tiempo, esto debilita la fuerza de los músculos respiratorios. También crea tensión en la parte superior del cuerpo que puede alterar tu postura y afectar a la salud.

El aire se inhala y exhala mediante las contracciones de los músculos respiratorios que rodean los pulmones. El diafragma es el músculo principal que se activa en el proceso de inhalación. Se ubica dentro de las costillas inferiores y en la base del pecho. Durante la inhalación, el diafragma se contrae para crear espacio en la cavidad torácica y que tus pulmones se expandan.

Los músculos intercostales, ubicados entre las costillas, ayudan al diafragma elevando la caja torácica para permitir que entre más aire a los pulmones. Otros músculos alrededor de cuello y clavícula ayudan a los intercostales si la respiración se ve afectada. Estos músculos incluyen el esternocleidomastoideo, el serrato anterior, el pectoral menor y los escalenos. Todos aumentan la velocidad y la cantidad de movimiento de las costillas.

La frecuencia respiratoria puede variar con la edad, el peso, la tolerancia al ejercicio y la salud en general. Para el adulto promedio, una frecuencia respiratoria normal consiste en 12 a 18 respiraciones por minuto. Sin embargo, varios factores pueden afectar la función respiratoria, creando un patrón de respiración rápida y superficial.

El dolor repentino o crónico puede activar una sección del sistema nervioso que gobierna muchos sistemas corporales, incluida la frecuencia respiratoria, la frecuencia de calor y la temperatura corporal. El estrés crónico y las emociones fuertes como la rabia o el miedo intensifican su respuesta de lucha o huida, lo que puede afectar su frecuencia respiratoria.

La mala postura también contribuye a la disfunción del patrón respiratorio. Esto se ve comúnmente en personas que pasan muchas horas sentadas todos los días. Los hombros redondeados y la postura de la cabeza hacia adelante hacen que los músculos alrededor del pecho se contraigan. Ese endurecimiento limita la capacidad de expansión de la caja torácica y hace que las personas respiren más rápido y poco a poco. Respirar bien es invertir en salud.