Las mejores flores para plantar al final del verano y que el jardín esté precioso todo el otoño

Durante los meses de primavera y verano nuestro jardín, y también la terraza, se convierte en los grandes protagonistas de la casa. Disfrutamos como nunca de estos espacios exteriores y queremos tenerlos preciosos, con flores y plantas que aporten color, belleza y frescura a nuestro hogar.

Las variedades de plantas de exterior que muestran su máximo esplendor durante la época estival son muchas y durante los últimos meses hemos repasado con mimo los cuidados que necesitaban para crecer preciosas. Pero, ¿qué pasa ahora, que el otoño se vislumbra en un horizonte cercano?

Al igual que preparamos nuestro jardín para la llegada del buen tiempo y también para soportar el clima caluroso y la escasez de lluvia del verano, debemos hacer lo propio para que nuestras plantas y flores sobrevivan a las lluvias del otoño y el frío del invierno. Y el momento de empezar con esta preparación para la nueva estación es ahora.

Y es que el final del verano no significa el final de un jardín rebosante y lleno de vida. Al contrario, es la oportunidad perfecta para sembrar aquellas flores que alcanzan su máximo esplendor durante el otoño. Con un poco de planificación, tu espacio verde puede transformarse en un escenario lleno de tonos cálidos, aromas suaves y texturas variadas si eliges las plantas correctas.

Una de las reinas del otoño es el crisantemo, una planta ornamental que ofrece una gran variedad de colores y que es especialmente popular en esta época del año, ya que es muy resistente a su clima y alcanza su culmen de belleza. Sus vistosas flores redondas y abundantes prefieren una ubicación con buena luz solar directa y suelos ricos en materia orgánica. El riego debe ser regular pero evitando encharcamientos, ya que sus raíces son sensibles al exceso de humedad. Para prolongar la floración lo mejor será hacer podas ligeras cada poco tiempo.

Otra apuesta segura para plantar a final de verano y que esté espectacular durante el otoño es la caléndula, con sus llamativas flores anaranjadas y amarillas que son muy resistentes al clima otoñal. Requieren buena exposición solar y suelos sueltos que no retengan demasiada agua, ya que los riegos deben ser frecuentes, pero ligeros. Como consejo extra, estas flores agradecen un abonado orgánico que prolongue la floración.

Parece una margarita, pero no lo es: se trata del aster, una planta perenne con pequeñas flores en tonos lilas, rosados y violetas que se convierten en una de las grandes protagonistas de los jardines de otoño, ya que empiezan a florecer desde finales de agosto hasta finales de septiembre. Se desarrollan mejor a pleno sol o en semisombra ligera, siempre en suelos bien drenados, a los que deberemos aplicar un riego moderado, evitando el exceso de agua que puede pudrir sus raíces. Además, sus flores atraen mariposas y abejas, lo que enriquece la biodiversidad del jardín. empiezan a florecer desde finales de agosto hasta finales de septiembre

Si lo que buscas es una planta agradecida, vistosa y fácil de cuidar, apunta este nombre: sedum, también conocida como planta de la abundancia. Es una variedad suculenta perenne que mantiene el agua en sus hojas, lo que le hace resistente a las sequías, y sus flores rosadas o rojizas forman racimos compactos que aparecen a finales del verano y perduran hasta que se congelan. Se adapta bien a suelos pobres y secos y basta con ubicarlo en un lugar soleado y regar ocasionalmente para que dé lo mejor de sí.

Otra opción llamativa por sus espectaculares flores en forma de plumas y sus tonos otoñales es la celosía, que florece desde mediados del verano hasta bien entrado el otoño, siempre que no lleguen heladas tempranas. Prefiere una ubicación soleada, suelos ligeros y bien drenados, además de riegos regulares que mantengan la humedad sin encharcar. ¿Un truco de experto? Plántalas en semillero unas semanas antes y trasplantarla después, asegurando así que llegue al jardín con la fuerza necesaria para desplegar sus flores vibrantes.

Otras buenas opciones para plantar a final de verano y disfrutar de la floración durante el otoño son las anémonas, con sus delicadas flores blancas, rosas o púrpuras; el heliantemo, con flores que recuerdan pequeñas amapolas en tonos muy vivos o, para quienes buscan una opción aromática, la lavanda de otoño, menos conocida que la de verano, pero igual de bonita.