La nueva colección 50 Creators de Zara está dando mucho de qué hablar. Y entre la nómina de medio centenar de artistas que han participado en esta acción solidaria orquestada por Marta Ortega por el 50º Aniversario del buque insignia de Inditex, el nombre de Rosalía destaca entre todos los demás por el diseño que ha creado para la ocasión.
Icono de tendencias y abanderada del estilo Motomami, la cantante Rosalía se ha inclinado por la decoración, y no por la moda, para esta colaboración con Zara. Pero su propuesta ha sido, cuanto menos confusa: todo el mundo pensaba que su sofá furry (1.800 euros) eran unas zapatillas de pelo de andar por casa.
Ante tal revuelo en redes sociales, la artista ha tenido que salir a aclararlo en su cuenta de X: «No es un calzado, eh, es un sofá», aseguraba Rosalía. Así que hemos aprovechado que los sofás están en boca de todos para repasar los diez modelos más icónicos del diseño de interiores que han marcado un antes y un después en la historia de la decoración y que siguen siendo tendencia por méritos propios.
Y es que hay sofás, como sillas o lámparas, que no son solo mobiliario, son auténticos iconos de la historia del diseño y el Chesterfield es, sin duda, el precusor. Creado en Inglaterra en el siglo XIX, de su historia y curiosidades hablamos aquí largo y tendido, ya que su característico tapizado de capitoné en cuero o regio terciopelo y sus brazos enrollados siguen derrochando clasicismo y brit style desde hace más de un siglo en los hogares más elegantes.
El trío creativo que formaron Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand no solo aportó a la historia del interiorismo su famosísima Chaise Longue: en 1928, y fieles a los principios racionalistas de la Bauhaus, crearon la modernidad hecha asiento con el sofá LC2 y su versión LC3, que se caracterizan por su sobria geometría perfecta, su estructura tubular y sus cojines de cuero mullido.
El arte y el diseño de interiores nunca fueron tan de la mano como cuando, en 1935, Salvador Dalí creó el 'Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista' y de esta obra nació el sofá Labios o Dali Lips. Considerado el mueble más sensual del mundo, este mueble se hizo realidad un año después como encargo del millonario Edward James, realizado en madera y tapizado en satén de color rosa. En la década de los 70, el artista español y Óscar Tusquets lo rediseñaron y pusieron a la venta y ya en el siglo XXI, la empresa BD Barcelona lo empezó a fabricar de forma industrial.
El sofá Serpentine, diseñado por Vladimir Kagan en la década de los 50, es una joya del diseño estadounidense que nos transporta al organicismo de genios como Frank Lloyd-Wright al fusionar escultura y funcionalidad e inspirar su forma ondulada en la propia naturaleza. La sensación de movimiento que genera y su fluidez formal rompió con las líneas rectas tradicionales, anticipando las tendencias más audaces del mobiliario contemporáneo y siguiendo de plena actualidad más de 70 años después.
En 1969, Afra y Tobia Scarpa dieron forma al sofá Soriana, una pieza de líneas suaves y volúmenes generosos abrazados por un armazón metálico que desafió la rigidez formalista de la época con su estética relajada y, a la vez, lujosa, redefiniendo para siempre el confort informal y refinado en el hogar sin sacrificar el estilo.
El sofá Mah Jong, diseñado por Hans Hopfer en 1971 para Roche Bobois, rompió con todas las reglas. Su transgresor concepto modular y bajo al suelo apostaba por la libertad de uso y configuración, adaptándose a estilos de vida cambiantes. Tapizado a menudo en vibrantes telas de diseñadores de moda como Stella McCartney, este mueble fusiona arte, diseño y versatilidad y, hoy en día, es sinónimo de eclecticismo bohemio y de lujo descontracturado.
En el polo estético opuesto, el sofá Maralunga que diseñó Vico Magistretti para Cassina en 1973 es una oda a la discreción elegante. Con su silueta envolvente y su respaldo regulable que introdujo una innovación ergonómica en el mobiliario de sala, marcó un antes y un después en la comodidad de nuestros hogares. Pero fue por pura casualidad o, mejor dicho, por un arrebato: cuando Caesare Cassina lo probó, le pareció incomodísimo y, del enfado, le dio tal puñetazo al respaldo que lo inclinó hacia delante, naciendo así el primer sofá abatible.
El Togo de Michel Ducaroy para Ligne Roset (1973) representa el espíritu libre de la década de los 70. Totalmente a ras de suelo y sin rigidez alguna, está pensado para hundirse en él. Ícono del confort desenfadado, marcó una revolución en la manera de sentarse y su propio creador lo definió como «un tubo de dentrífrico doblado sobre si mismo como un tubo de chimenea y cerrado en ambos extremos».
El Camaleonda creado por Mario Bellini en 1970 es otro icono del interiorismo que ha resurgido con fuerza en los últimos años. Su diseño modular, sus volúmenes generosos, sus botones profundos y su estética escultural lo hacen protagonista de cualquier ambiente y su nombre responde a un acertado juego de palabras: se inspira en el camaleón porque puede adaptarse a todos los entorno y la palabra onda, se refiere a su silueta en ola, como las del mar o el desierto.
Por último, el sofá Bubble, diseñado por Sacha Lakic para Roche Bobois en 2014, representa el diseño contemporáneo con espíritu lúdico. Su tapizado acolchado, casi como burbujas infladas, ofrece una experiencia sensorial que mezcla suavidad visual y táctil. Inspirado en el mundo digital y orgánico a la vez, el Bubble celebra la tecnología del poliuretano moldeado de alta densidad y busca «encapsular la esencia de la comodidad extrema en un diseño poético y atemporal para ofrecer la experiencia de estar envuelto en la nube más suave«.