ya no se llevan
ya no se llevan
Acabamos de estrenar 2025 y ya tenemos claro cuáles van a ser las tendencias deco que reinarán en nuestros hogares este año. Del color Pantone de moda a la estética que va a arrasar, hemos desgranado las nuevas corrientes de estilo que marcarán el pulso del interiorismo los próximos meses.
Eso sí, para que unas tendencias entren por la puerta de nuestra casa, otras tienen que salir para dejarles espacio. Así que toca repasar los estilos, colores, muebles, detalles y acabados de los que tenemos que despedirnos este 2025 si queremos tener un hogar actualizado y a la última.
Empezamos por el punto que ha puesto de acuerdo a todos. Editoras de decoración, interioristas y expertos en hogar lo tienen claro: este 2025 toca decir adiós a la omnipresencia del minimalismo extremo y despedirnos definitivamente de esos espacios blancos, lineales e impersonales que han reinado los últimos años. Nos hemos aburrido de ellos.
Eso sí, si no quieres romper por completo con la estética nórdica, con el funcionalismo escandinavo y con el estilo japandi, este nuevo año podrás seguir manteniendo sus materiales naturales y algunas piezas seleccionadas para integrarlas de forma sutil en las nuevas corrientes decorativas.
Con el adiós al minimalismo también toca despedirse del protagonismo absoluto de los tonos suaves y neutros y con el nuevo año se termina el reinado del blanco, del beige y del crudo. En su lugar, nos atrevemos con colores mucho más elevados y potentes que, como hemos visto estos últimos meses con el caso del amarillo o la teoría del rojo inesperado, son mucho más fáciles de combinar de lo que pensamos y aportan personalidad a los espacios.
La pandemia está ya olvidada, es un mal sueño de un pasado lejano. Por eso, también tenemos que pasar página y olvidarnos ya de todos esos detalles que copiamos a las influencers en aquellos house tours del 2020 que consumimos de manera obsesiva en el confinamiento mientras hacíamos galletas de avena y bizcochos healthy.
Ha llegado la hora de descolgar de la pared esos letreros de neón que hemos utilizado por encima de nuestras posibilidades, más si cabe si incluían mensajes motivacionales y frases cliché en otros idiomas. Y si envolviste tu casa en tejido de lana bouclé y borreguito, conserva ya solo esa butaca o las sillas del comedor en las que invertiste y que quedarán en el salón como recuerdo de un amor que se gastó de tanto usarlo.
Hablando de sillones y sofás, ya no se llevan coordinados ni en estilo, ni en materiales ni colores, así juega con las texturas y con las siluetas y atrévete a combinar, por ejemplo, un elegante sofá curvo en terciopelo mostaza o azulón con un orejero vintage de capitoné, o un chéster de cuero con una butaca tapizada en cretona con grandes flores de colores.
Por último, aunque la fiebre retro siguen en alza, no podemos caer más en el error del falso vintage: si recuperas la cómoda de tu abuela y la restauras, genial. Si consigues un platero antiguo en un mercadillo, genial. Pero que sean antiguos de verdad, no solo que lo parezcan.