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El otoño ha quedado inaugurado de forma oficial y lo ha hecho a lo grande: con una bajada de temperaturas brusca que nos ha hecho olvidarnos de golpe de los vestidos ligeros y las sandalias y con poco margen para estrenar los looks de entretiempo. Así que esto solo puede significar una cosa: este fin de semana toca hacer el cambio de armario.
No creo que haya muchos consejos nuevos que dar sobre cómo hacerlo. Durante temporadas y más temporadas hemos analizado los trucos de las japonesas que han seguido la estela de Marie Kondo para un cambio de armario exitoso. Hemos puesto en práctica el Koromogae, hemos seleccionado qué quedarnos y qué no con el método de las cuatro cajas e, incluso, hemos escuchado atentas a las que decían tener la clave para no tener que hacerlo.
Además, hemos estudiado la mejor forma de colocar, doblar y colgar la ropa para que ocupe menos en el armario, hemos hecho caso a mi madre y ahora tenemos todas las perchas iguales para que nuestro vestidor parezca de lujo y hemos comprado los mejores sistemas de almacenaje de Amazon o IKEA para aprovechar hasta el último centímetro útil.
Pero, ¿y si el truco definitivo no fuera donar ropa, doblarla en rollitos o comprar nuevos cestos organizadores, sino reutilizar y dar una nueva vida a uno de esos objetos que, cada temporada, nos complican el cambio de armario? Por si todavía no lo has adivinado, estamos hablando de los capazos y los mil y un usos que los puedes dar en tu casa después del verano.
Los capazos y bolsos cesta han sido, un verano más, el complemento tendencia de la temporada. Pero ahora que ha llegado el otoño, toca cambiarlos por otros it bags de nueva colección y guardarlos a buen recaudo hasta la siguiente temporada. Y aquí empiezan los problemas: ocupan mucho sitio y se deforman y estropean con facilidad.
Las piezas de mimbre y fibras naturales van a seguir siendo tendencia este otoño-invierno y las cestas siempre son grandes aliadas de la organización, así que para qué comprar nuevas si puedes reutilizar tus capazos como elementos de almacenaje y como piezas ornamentales que van a marcar la diferencia en cualquier estancia de tu hogar.
Sin salir del vestidor, podrás usar tus capazos como cestas organizadoras para guardar y ordenar pequeña marroquinería como cinturones, complementos como pañuelos, gorros o bufandas o para guardar la ropa de baño que ya no usarás hasta el próximo verano en un 2x1 de manual. Además, puedes usarlos incluso para colocar camisetas, jerseis o pijamas si aplicas la técnica de los rollitos que usamos en los cajones.
En el dormitorio y en el salón, los capazos de mimbre más grandes serán aliados infalibles para organizar las mantas y los cojines y tenerlos siempre a mano. Además, quedan preciosos como revisteros y son muy prácticos para «esconder» cables, cargadores, mandos y pequeños aparatos electrónicos y no perderlos una media de cinco veces al día.
Un uso inesperado de los capazos en nuestra casa lo veremos en la zona de lavandería, donde podremos reutilizar aquellos que estén más detereriorados como cesto de la ropa sucia. Eso sí, les pondremos una tela protectora en el interior que podremos retirar y lavar cuando sea necesario. En el baño y aseos se pueden usar para colocar las toallas o los rollos de papel higiénico.
Por último, la opción más decorativa y aesthetic para reutilizar nuestros capazos y no tener que guardarlos hasta el próximo verano pasa por convertirlos en maceteros para plantas de interior o ramos de flores que puedes distribuir, e incluso colgar, por toda la casa. Eso sí, antes de hacerlos, fórralos por dentro de plástico para evitar que el interior se moje y deteriore con el riego o se llene de tierra. Además, en la encimera de la cocina se convertirán en un frutero precioso lleno de frutas y verduras de temporada.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.