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Cómo estropear hoy tu hora de gimnasio de mañana

Un buen entrenamiento comienza por predisponer el cuerpo al ejercicio.

Una mujer sostiene unas mancuernas tras practicar ejercicio en el gimnasio.

SILVIA TORRES

Si haces una de estas cuatro cosas, echarás por tierra el duro trabajo que haces cada día en el gimnasio:

1. Cenar fuerte y muy tarde. Si cenas mucho y a altas horas de la noche, el organismo se pasará varias horas trabajando para hacer la digestión, dormirás peor y es probable que te despiertes más de una vez durante la madrugada. Además, tu cuerpo liberará la hormona cortisol que se asocia a la ganancia de peso. Los entrenadores personales saben que un buen entrenamiento empieza con la cena de la noche anterior.

2. Dormir poco. Un sueño reparador es clave para acumular energía y rendir en el gimnasio. Dormir menos de las horas necesarias puede dificultar la pérdida de peso en un 55%, según un estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal. Por si fuera poco, un sueño de poca calidad altera la regulación de las hormonas que controlan el apetito y aumentan la ingesta de hidratos de carbono refinados y azúcares.

3. Entrenas con el estómago vacío. Estés con una rutina de cardio o con ejercicios con pesas, necesitas alimentarte para rendir. Aunque algunos estudios aseguran que entrenar en ayunas es más eficaz para perder peso, la verdad es que la mayoría de las investigaciones en torno a este tema afirman todo lo contrario. En general, los nutricionistas nunca recomendarían irse a entrenar sin haber comido al menos algo ligero.

4. Darte un atracón después del entrenamiento. Comer algo después de entrenar es clave para la recuperación muscular. Aunque quedarse con hambre no es aconsejable, tampoco nos deberíamos dar un atracón. Lo ideal es comer algo de carbohidratos integrales y proteínas. En concreto, dos partes de carbohidratos por una de proteína. Puede ser un cuenco de avena con medio plátano o una taza de leche semi desnatada.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiera. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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