Cinco ejercicios para aliviar el dolor de cuello

Te duele girar el rostro. Te pesa la cabeza, te duele el cuello. Sientes como si el cuello te presionara la s cervicales. No sabes como poner la cabeza en la almohada para que no te moleste, y estar frente al ordenador es un verdadero martirio. Las malas posturas y los cambios degenerativos en la columna cervical suelen ser la causa de la mayoría de ellos, asegura la sociedad española de medicina interna.

La tensión y la incomodidad que se sienten en el cuello pueden darse debido a varias razones, y no solo te explicamos las posibles causas, también te damos algunos ejercicios que te ayudarán a aliviar el dolor.

Las causas

Mala postura: cargar demasiado el cuello con posturas incorrectas, tensión permanente o movimientos bruscos.

Estrés mental: no saber manejar la presión o tener mucha ansiedad.

Accidentes y lesiones: casos como los latigazos cervicales o los tirones musculares.

Los ejercicios

Encogerse de hombros: encoge los hombros como si quisieras tocar tus orejas, mantenlos unos segundos y luego relaja. Al relajar los hombros vuelves a repetir el ejercicio.

Rodillo para la espalda: Túmbate boca arriba y coloca el rodillo debajo de la espalda, a la altura de los omóplatos. Eleva las caderas. Es importante que las caderas, la espalda y el cuello formen una línea recta. Coloca las manos detrás de la cabeza como apoyo para el cuello. Deslízate lentamente hacia delante y hacia atrás.

De pie y con la espalda pegada a la pared: Colócate con la espalda contra la pared: tanto los brazos como la columna vertebral deberían quedar tocando la pared. Mueve los omóplatos arriba y abajo. Haz presión contra la pared con los hombros. Intenta formar letras moviendo tus brazos.

Superhéroe: Túmbate bocabajo. Coloca los brazos hacia los lados, con los codos ligeramente flexionados y levanta tus piernas. Estarás recostada sobre tu pelvis. Estira los brazos y muévelos hacia los lados. Recuerda mantener el abdomen apretado y la espalda recta.

Rotación de la columna: Siéntate en una silla y mantén recta la parte superior del cuerpo. Cruza las manos detrás de la cabeza, con los codos apuntando hacia fuera. Coloca el rodillo de espuma entre los muslos. Haz presión juntando los muslos para estabilizar las caderas. Gira la cabeza de una lado a otro.

Si con el transcurso de los días el dolor persiste es recomendable visitar al especialista.