FITNESS
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En los últimos años, hacer fitness descalza ha ganado popularidad entre las entusiastas del ejercicio. La idea detrás de ejercitarse sin zapatillas es que altera la mecánica corporal. Al entrenar sin calzado, se puede mejorar la fuerza, la movilidad y el equilibrio. ¿Qué hay de cierto en ello? ¿Es beneficioso? ¿Qué ejercicios serían los mejores? Aquí tienes todas las respuestas.
Si bien puede no ser adecuado para todas las personas ni para todo tipo de ejercicios, lo primero que hay que decir es que sí existen varios beneficios potenciales y objetivos asociados al entrenamiento descalza. Dicho esto, tampoco es para todas. Hay personas que simplemente no se sienten cómodas o que fuerzan tanto que acaban teniendo lesiones. Como siempre, tu cuerpo te dirá si es para ti o no. Abandona la idea a la menor molestia.
Uno de los principales beneficios de entrenar descalza es que ganarás una mayor fuerza en pies y tobillos. Cuando usas zapatillas, tus pies suelen estar en una posición fija, con poco espacio para moverse. Esto puede provocar un debilitamiento de los músculos de los pies y los tobillos. Entrenar descalza te permite fortalecer pies y tobillos, lo que reduce el riesgo de lesiones como esguinces y distensiones.
Otro beneficio de hacer fitness descalza es la mejora del equilibrio y la estabilidad. Cuando usas calzado, dependes del soporte y la estabilidad que te proporciona. Sin embargo, entrenar descalza te obliga a activar los músculos de los pies y los tobillos para mantener el equilibrio. Esto puede ayudar a mejorar el equilibrio y estabilidad general. Puede ser beneficioso para atletas o personas que realizan actividades de alto impacto.
Entrenar descalza también puede mejorar postura y alineación general. El calzado puede alterar la mecánica corporal, haciéndote compensar los cambios tu caminar y postura. Entrenar descalza permite mejorar la mecánica corporal y reducir el riesgo de dolor de espalda, dolor de rodilla y otras lesiones comunes causadas por una mala postura.
Porque esa es otra: fortalecer los músculos de los pies y tobillos, mejorar el equilibrio y corregir los patrones de movimiento puede contribuir a la prevención de lesiones. Al desarrollar pies fuertes y estables, el entrenamiento descalza puede reducir el riesgo de lesiones comunes en pies y tobillos, como esguinces y distensiones.
Antes de empezar a entrenar descalza, es fundamental comenzar despacio y sin prisas para fortalecer gradualmente los pies y tobillos. Si has usado calzado tradicional o con soporte durante la mayor parte de tu vida, es bastante posible que tus pies y tobillos no estén acostumbrados al estrés adicional de entrenar descalza.
Así que comienza caminando por tu casa o sobre una superficie blanda, como césped o arena, sin zapatos. Esto ayudará a que tus pies y tobillos se adapten a las nuevas sensaciones y desarrollen los músculos necesarios para correr descalzo. Primero, siéntete cómoda caminando descalzo. Después, empieza a incorporar ejercicios descalzos a tu rutina de ejercicios.
Uno de los ejercicios descalzos más populares es la elevación de dedos. Ponte de pie descalza sobre una superficie plana con los pies separados a la anchura de los hombros. Levanta lentamente los dedos de los pies del suelo, manteniendo los talones bien plantados. Mantén la posición unos segundos y luego vuelve a bajarlos al suelo. Repite varias veces.
Otro ejercicio efectivo para empezar a hacer fitness descalza es el equilibrio sobre una pierna. Ponte de pie sobre un pie sin zapatos e intenta mantener el equilibrio el mayor tiempo posible. Una vez que te sientas cómoda, añade movimientos adicionales como press de hombros o flexiones de bíceps para desafiar aún más tu equilibrio.
Si bien entrenar descalza puede ser beneficioso, es importante tomar ciertas precauciones para evitar lesiones. Si tienes alguna afección preexistente en el pie o el tobillo, como fascitis plantar o tendinitis aquilea, consulta con su médico antes de comenzar a entrenar descalza. Empieza lentamente y aumenta gradualmente su rutina de entrenamiento descalzo. Evita entrenar en superficies duras o irregulares, ya que esto puede aumentar el riesgo de lesiones en los pies. Y ten cuidado al entrenar en superficies calientes, como asfalto o arena, puesto que puede causar quemaduras o ampollas.