HACER EJERCICIO
HACER EJERCICIO
El mito de que es mejor entrenar por la mañana y en ayunas, parece que ha sido desmontado. Al menos así lo asegura el entrenador Álvaro Guzman en uno de los vídeos de sus redes sociales, donde asegura: «Los que entrenan por la tarde están mucho más fuertes que los que entrenan por la mañana… y hay un estudio que lo confirma». ¿Ciencia? Veamos si es verdad.
Guzman se vasa en una investigación publicada en la revista Applied Physiology, Nutrition and Metabolism, que segura que existe una mayor ganancia muscular en aquellas personas que entrenan por la tarde. Y más específicamente, en las personas que se ejercitan entre las 16.30 y las 18.30. La polémica está servida.
Este estudio se realizó durante 24 semanas (unos seis mees) y reveló que aquellas personas que entrenaban por la tarde, experimentaron un aumento de hasta el 50% más en hipertrofia muscular en comparación con los que lo hacían por la mañana. Eso sí, parece que Álvaro no está muy de acuerdo con estos datos, ya que señala que «Sólo ocurre en este estudio».
El motivo de estos curiosos resultados tiene relación con la temperatura corporal de los objetos de estudio. Según detallan los autores, por la tarde, el cuerpo alcanza uno de sus picos térmicos más altos, lo que favorece una mejor activación muscular y, por tanto, una mayor capacidad para aplicar fuerza durante el entrenamiento.
Pero igual que nos dice una cosa, también nos dice la contraria. Guzmán quiso señalar que otro estudio, esta vez publicado en Research Quarterly for Exercise and Sport, concluyó que lo más recomendable es entrenar cuando uno se siente más motivado. Vamos, que no te fijes tanto en si es por la mañana, por la tarde, si estás en ayunas o tienes una temperatura corporal más alta. Lo verdaderamente importante, sería que tengas ganas de entrenar.
El rendimiento deportivo depende de muchos factores, y la hora a la que entrenes es sólo uno más. Paro Álvaro Guzmán es más importante «programar bien los entrenamientos y sacarles el máximo partido a cada repetición«. Si consigues planificar un entrenamiento acorde a tus objetivos y lo realizas de manera constante, tres veces por semana como mínimo, no importan tanto la hora a la que entrenes.
Ejecutar correctamente los ejercicios en una rutina de entrenamiento es clave para obtener resultados reales y evitar frustraciones. Hacer bien el movimiento asegura que estés trabajando el músculo correcto y no compensando con otras partes del cuerpo. Por ejemplo, en una sentadilla, si no activas bien los glúteos y mantienes la espalda recta, puedes terminar sobrecargando las rodillas o la zona lumbar, lo que a largo plazo puede provocar molestias o lesiones.
La conexión mente-músculo es fundamental: debes concentrarte en activar el músculo que estás entrenando, no solo en completar las repeticiones. Esto mejora la calidad del ejercicio, estimula mejor las fibras musculares y favorece la tonificación. Además, realizar los movimientos a una velocidad controlada, ni demasiado rápido ni demasiado lento, permite mantener la tensión durante más tiempo, lo que ayuda a quemar más calorías y a trabajar de forma más eficiente.
Una buena ejecución también favorece la pérdida de grasa, ya que el cuerpo gasta más energía cuando el movimiento es correcto y el esfuerzo está bien distribuido. Además, reduce el riesgo de compensaciones, desequilibrios musculares y sobrecargas. Por eso, es mejor hacer menos repeticiones bien hechas que muchas con mala técnica. Si dudas sobre cómo realizar un ejercicio, lo mejor es consultar con un profesional.