Esquiar a los 50: cómo empezar, beneficios y consejos para mejorar tu bienestar

Si ves las redes sociales (tuyas o las de tus hijos), habrás observado que cada vez más mujeres se animan a esquiar a una edad más avanzada. Aunque las más agoreras dicen que después de los 50 todo va cuesta abajo, empezar a esquiar a edad madura es una forma maravillosa de mantenerse activa física y mentalmente. La propia naturaleza de este deporte lo convierte en una actividad extremadamente estimulante y con enormes beneficios para tu salud y bienestar. Si no sabes por dónde empezar, aquí tienes todo lo que necesitas saber.

Los estudios han demostrado que esquiar aumenta los niveles de felicidad debido a las excepcionales particularidades de este deporte: lo haces al aire libre, generalmente en lugar preciosos, y compartes la experiencia con otras personas. Y luego tienes la vitamina D, el trabajo de flexibilidad y coordinación, la tonificación de todo tu cuerpo al completo, el trabajo de concentración, etc.

No obstante, esquiar a los 50 años o más requiere una preparación cuidadosa para asegurarte de regresar de las pistas sin lesiones. El único factor decisivo en el proceso es la motivación y condición física de la esquiadora. Si estás dispuesta a meterte a fondo en el esquí, vas a disfrutar de una experiencia increíble y llena de beneficios.

Esquiar hace trabajar los principales grupos musculares, fortaleciendo las zonas del tronco y de la parte inferior del cuerpo. También mejora la flexibilidad gracias al movimiento y el estiramiento constantes, algo que cualquier persona mayor de 50 años apreciará. Como esquiar es un ejercicio cardiovascular, también mejorará tu estado físico general e incluso podrías perder algo de peso en el proceso. Por si eso no fuera suficiente, las endorfinas que se liberan durante el esquí mejorarán tu estado de ánimo y contribuirán a una imponente sensación de felicidad.

Si alguna vez esquiaste en tu adolescencia, probablemente recordarás esos esquís largos y finos que eran más altos que tú. Esto significaba que si no dominabas la técnica, rápidamente te cruzabas las puntas de esos esquís indomables, lo que a su vez provocaba aterrizajes forzosos en la nieve y hacer la croqueta durante una larga pendiente. Además, aquellas botas de esquí hacían daño y los dedos de los pies se te quedaban helados.

Eso era lo normal en los años ochenta, pero aquellos son los viejos tiempos. Las enormes mejoras en la tecnología propiciaron una nueva era para este deporte. Los esquís son ahora más cortos, anchos y ligeros, mientras que las botas ya no te provocan dolores. Se ajustan mejor y mantienen calentitos los dedos de los pies. Incluso te puedes hacer unas botas a medida para una mayor comodidad.

Los esquís de tamaño más cortos son ahora los más utilizados y resultan excelentes para pistas preparadas. Su forma de reloj de arena hace que sea fácil girar y son ideales para esquiadores intermedios o principiantes de cualquier edad. Para los esquiadores expertos, hay todo tipo de esquís preparados para cualquier variedad de pistas y objetivos personales. Así que no dejes que nadie te diga que no se puede esquiar a más de 50 años. Nunca fue más fácil hacerlo.

Si es la primera vez que esquías, no te llevará más de unos días aprender lo básico. Cualquier esquiadora de más de 50 años que haya dejado de practicar este deporte durante largo tiempo porque tuvo hijos o alguna lesión descubrirá que le llevará incluso menos tiempo volver a dominar este deporte porque ahora es sustancialmente más sencillo.

Algunas personas se vuelven reacias al riesgo cuando tienen hijos, otras cuando llegan a la mediana edad. Es normal que te vuelvas más prudente, pero precisamente esta es la ventaja: el descuido del ímpetu juvenil en la pista suele conducir a accidentes, mientras que esquiar con sensatez rara vez causa lesiones. Así que no lo dudes: la edad está de tu lado cuando empiezas a esquiar después de los 50.

Es un deporte perfecto para principiantes a partir de cierta edad porque ahora tienes las cosas más claras. Cuando eres un poco más mayor y más sabia, también tienes más confianza y control a la hora de decidir si quieres esquiar en una pista más asequible o más complicada. Ninguna presión de grupo te obligará a hacerlo donde no quieres.

El esquí ya no es un deporte para jóvenes. Solo tienes que seguir algunos consejos básicos. Primero, elige bien tu equipamiento, tanto la ropa como las botas y los esquíes. Segundo, aprende bien la técnica básica de la mano de un buen instructor. Tercero, progresa poco a poco, sin prisas, porque en muy poco tiempo tú misma te sorprenderás con los avances. Y por último, aplica cordura y cierto control a tus ganas de pasarlo bien. ¡Que nada te detenga!