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The Guardian la calificó como la mejor playa del mundo, ¿quiénes somos nosotras para llevarles la contraria si, además, tienen toda la razón del mundo?
Según Traveler, la playa más bonita de España del verano de 2020 es San Antonio del Mar, en la línea de costa de Llanes, una recóndita cala con forma de concha de apenas 70 metros rodeada de acantilados de piedra caliza y frondosa vegetación, con aguas de un azul cristalino, arena blanca y un oleaje moderado.
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Su nombre significa castillo de roca, y efectivamente lo es. Su famosa ermita suspendida sobre el mar bravo, los 241 escalones que hay que subir para llegar a tocar 3 veces la campana, como manda la tradición para que se cumplan tus deseos, y esta maravillosa playa a sus pies hacen de San Juan de Gaztelugatxe una de las postales más bellas del País Vasco (y, probablemente, de toda España).
Kilómetros de arena dorada, aguas transparentes, el contraste con la aridez de las montañas que la rodean... Eso sí, si no te quieres perder el espectáculo natural que es Cofete, quítate antes el bañador, porque es una playa nudista.
Los atardeceres más mágicos e inolvidables de la costa española se ven desde la arena de La Barrosa.
Como si de una película de ciencia ficción se tratara, el azul del mar se mezcla con la negra arena volcánica y un lago interior color verde intenso. Sin duda, una paleta de color que bien merece unas cuantas fotos en Instagram.
Famoso por sus acantilados, las cinco playas de Liencres son perfectas para descubrir la versión más salvaje del Cantábrico.
El Caribe tiene el márketing, y Menorca las mejores calas de agua turquesa en las que podrás perderte.
El espectáculo natural que dejan las formaciones rocosas en la Playa de las Catedrales merece una visita. Eso sí, infórmate de cuándo sube y baja la marea para que la foto sea perfecta-
Probablemente no sea la mejor playa de España, pero la estampa marinera que deja con el pueblo al fondo, los barcos anclados en la bahía, el matrimonio perfecto del azul intenso del agua y el encalado blanco de sus casas y el verde de los pinos nos da razones más que de sobra para entender por qué el paraíso de Dalí estaba en este rincón de la Costa Brava.
Su nombre se debe a los náufragos que llegaban a su arena víctimas de las fuertes corrientes de la zona, pero no se nos ocurre una vista más bella con la que despedirse... de esta lista.