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Festival de cine de San Sebastián: juego de damas

Cada año, Donostia se transforma en una gigantesca alfombra roja a mayor gloria del Séptimo Arte. Y en esta edición, las mujeres (Sigourney Weaver, Ángela Molina, Emmanuelle Bercot) brillan con luz propia.

Sigourney Weaver, premio Donostia / Javier Ocaña

Rosa Gil
ROSA GIL

Será la tercera visita de Sigourney Weaver al Festival de Cine de San Sebastián (del 16 al 24 de septiembre). En 1979, presentó su primer taquillazo, Alien; en 1999, más que consagrada, nos trajo Mi mapa del mundo; y este año ocupará el asiento de honor en la gran fiesta del cine, ya que recogerá su bien merecido premio Donostia. Y de paso, presentará Un monstruo viene a verme, lo nuevo de J.A. Bayona.

La mayor parte de la vida es un infierno; pero, si no aguantas, no llegas hasta el siguiente gran momento

Sigourney Weaver

Pero Sigourney no es la única gran dama del cine que verá esta edición de nuestro evento cinéfilo más glamuroso. Ángela Molina, una de esas figuras sin las que no se entiende la historia de nuestro cine, recibirá el Premio Nacional de Cinematografía durante el certamen. Y, por primera vez en 64 ediciones, una película dirigida por una mujer inaugurará el festival.

La francesa Emmanuelle Bercot (que ya abrió Cannes el año pasado con La cabeza alta) dará el pistoletazo de salida a la sección oficial con La doctora de Brest, una cinta sobre irregularidades médicas basada en hechos reales.

Isabelle Huppert en Elle / Javier Ocaña

Otros imperdibles del festival: Isabelle Huppert en Elle, la última de Paul Verhoeven; Pastoral americana, con Ewan McGregor adaptando la famosa novela de Philip Roth; Bigas x Bigas, el testamento vital póstumo de director Bigas Luna; o LOdyssée, la película sobre Jacques Cousteau que cerrará el festival.

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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