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Viktor & Rolf, el salto hacia delante

Hicieron de la transgresión tendencia y se consolidaron en una visión lúdica y artística, que revolucionó el mundo de la moda. Ahora, una exposición recorre sus casi 25 años de historia extravagante y genial

Blacklight, de la colección de alta costura de 1999. Inez and Vinoodh
Viktor & Rolf, el salto hacia delante
Rosa Gil

Estos dos diseñadores holandeses siempre han hecho las cosas a su manera, con imaginación, humor y grandeza. En 1989, organizaron un desfile no autorizado en la mismísima Semana de la Moda de París para atraer (y escandalizar) a la prensa.

Y, desde esos comienzos, sus hitos geniales han sido muchos: el desfile Russian doll, en el que vistieron a una modelo con sucesivas capas de ropa mientras daba vueltas en una plataforma giratoria; su contrapartida, Glamour Factory, en el que le iban quitando prendas a otra; el ejército de muñecas de procelana (una por temporada), que tiene su propia exposición itinerante; la colección Red carpet, con vestidos hechos a partir, sí, de alfombras rojas; o las apariciones sorpresa de "modelos" como la actriz Tilda Swinton y los cantantes Tori Amos o Rufus Wainwright en sus desfiles.

Chicas Van Gohg, de la colección primavera-verano 2015. Philip Riches

La National Gallery of Victoria en Melbourne (Australia) ha intentado condensar toda esa creatividad y ese espíritu lúdico en sus salas a través de la exposición Viktor&Rolf. Fashion artists.

Y aunque no es la primera vez que el trabajo de la pareja de diseñadores se ve elevado a la categoría de arte (el londinense Barbican les dedicó una gran muestra en 2008 y varios museos, de Toronto a Tokio, cuentan con piezas suyas), sí es la primera muestra con espíritu de restrospectiva que recorre su magnífica carrera.

HORÓSCOPO

HORÓSCOPO

Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.