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Santorini se disputa con Ibiza el título de 'la Isla Blanca'. Sus casas encaladas contrastan con los característicos tejados añil, que aparecen salpicados de rosas y rojos intensos cuando las buganvillas y los pensamientos florecen. Ah, pocas veces habrás visto un mar y un cielo tan azules como los de Santorini en un día despejado...
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Eso sí, aunque el azul y el blanco sean los típicos de Santorini (como bien refleja la bandera griega), te enamorarás de sus rincones llenos de color. Un paseo por sus calles empedradas (ojo, deja los tacones en el hotel) será una auténtica explosión para tus sentidos.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Santorini es una amalgama de casas encaladas, tejados azules y pinceladas de colores vivos alojadas en su escarpado relieve. El contraste con sus negrísimas piedras volcánicas, y el intenso azul del Mediterráneo al fundirse con el cielo despejado es una de las vistas más sobrecogedoras que verás jamás.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Y llegó el momento de hablar de los atardeceres en Santorini. Porque te aseguramos que una de las experiencias más bonitas que verás nunca tendrá lugar en este rincón de las Islas Cícladas cuando, al caer la tarde, descubras las siluetas de sus casas a contraluz, la inmensidad del sol bañándose en el Mediterráneo, sus blancos y azules plantándole cara a la oscuridad, los ocres que iluminarán todo hasta el último destello y la magia de los mitos y leyendas lo envuelva todo. ¿El lugar más típico para ver el atardecer? Los tejados de Oia.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
En serio, en pocos lugares del mundo verás un atardecer más mágico que en Santorini...
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
El relieve escarpado y crudo de Santorini hace que sea un destino perfecto para los amantes del 'trekking' y el senderismo, que encontrarán impresionantes rutas que bordean lacosta de acantalido en acantilado. ¿Nuestra recomendación? Hacer el camino desde Imerovigli a Oia, y llegar al atardecer para enamorarse de sus colores mágicos.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
La isla de Santorini, y sus islotes contiguos, son hoy el resto de la caldera de un volcán que estalló en el siglo XVII a. C. Aquel desastre natural dio forma a una de las postales áctuales más típicas (y fotografiadas) de Santorini, pero muchos siglos antes, también fue el origen del mito de la Atlántida del que habló Platón en sus 'Diálogos'.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Santorini no solo es belleza, también es historia (¿acaso no es lo mismo?), por eso, no dejes de visitar yacimientos arqueológicos como el de Akrotiri (el más famoso), pero también los Vlihada, Arhea Thira, Pyrgos, Profitis Elias y Thermi.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Santorini, como buena parte de Grecia y de la mejor dieta Mediterránea, también es gastronomía. Déjate seducir por sus intensos sabores especiados, por sus pescados recién cogidos en pueblos marineros como Armeni, reserva una cena romántica cena para dos con vistas al atardecer, y brinda con sus mejores vinos porque, si no lo sabías, la tradición vinícola de la isla se remonta más de 3.500 años y su microclima unido a una particular forma de cultivo da como resultado unos caldos deliciosos.
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia
Y, por último, no te vayas de la isla sin disfrutar de su mar. Si hacemos caso a las leyendas, quizá estés sumergiéndote en la Atlátida, así que no dejes de bucear en el Mediterráneo más azul, visita sus playas volcánicas y reserva billetes en el crucero turístico que te lleva hasta la caldera del volcán, donde estuvo a punto de terminar todo, pero en realidad, empezó esta historia...
Ana Calvo / Foto: Turismo de Grecia