La última aventura de Chanel que vas a querer vivir no es un bolso: es una bodega y unos viñedos maravillosos

La firma de lujo francesa nos ha vuelto a enamorar pero esta vez no ha sido sobre una pasarela sino con una cosecha de vino propio que nos transporta al mismísimo corazón de la Provenza francesa y con la que no podemos esperar a brindar.

Viaje al corazón de la Costa Azul

Como afirman desde la propia marca, estos vinos, que dejan en el paladar y en la mente el sabor del paraíso, son perfectos para beber a la sombra de una terraza, con los pies descalzos en la arena o navegando en un barco por las idílicas calas de la Costa Azul, que fue uno de los refugios veraniegos predilectos de Coco Chanel.

Brice Braastad

Directo al paladar

Descorchar una botella de estos vinos es adentrarse en la frescura del eucalipto y la menta que pueblan la isla. El sabor a fruta blanca tiene un suave matiz floral con un regusto salado que pone de manifiesto esa influencia sureña que podría resumir el sabor que queremos que tenga este verano.

Brice Braastad

Corrientes sureñas

Los viñedos históricos fundados a mediados de los años 50 le deben su firma a la corteza de las pizarras milenarias y a los eucaliptos y pinos que los protegen del sol. Hoy, propiedad de Chanel, la bodega Domaine de l’Ile elabora sobre estas tierras insulares vinos con notas distintivas del sur, que evocan el mar, los bosques de pinos y el viento.

Brice Braastad

Palabra de experto

Los vinos Domaine de l’Ile están elaborados desde 2015 bajo la supervisión del experto vinícola y responsable de la bodega Nicolas Audebert, que creció en la misma isla de Porquerolles y además trabaja para Chanel en las otras bodegas de las que es propietaria en Château Rauzan-Ségla, en Margaux y Château Canon y Berliquet, ambas en Saint-Emilion.

Brice Braastad