Así (de guapos) son en la vida real los actores de Los Bridgerton

Para algunos, Asturias es casi un estado de ánimo. Alpinista y marinera a partes iguales, pocos lugares concentran tanta variedad de paisajes increíbles en un territorio relativamente pequeño como esta región cantábrica. Y aunque sus altas cumbres dan para mucho, hoy nos quedamos a pie de mar. Los pueblos marineros de Asturias son una delicia y, algunos, están consierados los más bonitos de España. Aquí hemos seleccionado diez. Toma nota porque este verano querrás visitarlos todos. Sus calles huelen a brisa marina y en sus restaurantes el océano se saborea con cuchillo y tenedor.
Esta maravillosa aldea del municipio de Coaña concentra el espíritu de la Asturias más marinera: un encantador puerto, prados que van a morir en pintorescos acantilados sobre el mar, casitas blancas desperdigadas por un tapiz verde y, al fondo, la mancha oscura de frondosos bosques. Sus dos faros y algunas fastuosas casas de indianos (vecinos del pueblo que probaron fortuna en América) redondean una visita imprescindible si estás en la costa occidental de Asturias.
Lastres es una de las joyas más brillantes de la costa asturiana. Te enamorarán su precioso casco histórico, con calles empedradas y palacios, y el trasiego de los pescadores en el puerto. Y si, además, te das un homenaje en alguna de sus sidrerías no querrás marcharte nunca. Si subes hasta la Capilla de San Roque, en lo alto del pueblo, tendrás una panorámica que te dejará sin aliento... y entenderás por qué Lastres forma parte del selecto club de los Pueblos Más Bonitos de España y es Pueblo Ejemplar de Asturias por la Fundación Princesa de Asturias. ¡Un lujo!
Escondido al abrigo de verdes montes, Cudillero es casi invisible desde la tierra y desde el mar. Solo cuando te adentras hasta el corazón del pueblo, al pie del agua, te das cuenta de por qué Cudillero tiene tanta fama: sus casas de colores forman un maravilloso anfiteatro que es un emblema de la costa asturiana. Desde la Atalaya o desde el faro tendrás unas vistas espectaculares. Y las terrazas a pie de puerto ofrecen manjares de la mejor cocina de mar.
Ninguna visita a Asturias está completa si no incluyes Llanes en tu guía de viaje. Encajonada entre el Cantábrico y las altas cumbres de los Picos de Europa, esta villa de la costa oriental te atrapará con sus mil encantos. En el espigón del puerto encontrarás los coloridos 'Cubos de la Memoria' del artista Agustín Ibarrola. Desde allí hay una postal perfecta del faro y la cordillera. En el Paseo de San Pedro, que discurre junto al mar, podrás respirar la brisa que llega desde el Cantábrico. Además, su maravilloso casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es perfecto para perderse y disfrutar de la gastronomía. Y todo eso sin hablar de sus maravillosas playas, que también las tiene. ¿Quién da más?
Situada en el camino hacia el Cabo de Peñas, el punto más septentrional de Asturias, Luanco es una villa marinera perfecta para quedarse unos días. La iglesia de Santa María, casi al pie del agua, es la estampa más pintoresca del pueblo. Se llega hasta ella recorriendo un precioso paseo marítimo. Además, Luanco atesora playas perfectas y tiene una larga tradición de regatas y otros deportes marítimos. Y por si fuera poco, ofrece una gastronomía basada en los productos del mar que no podrás rechazar. Por cierto, si quieres saber más sobre el arte de la pesca, no te pierdas el Museo Marítimo de Asturias, que tiene su sede aquí.
Lo que más llama la atención cuando llegas a Luarca es el color de sus casas: predomina el blanco sobre cualquier otro, lo que ofrece un efecto precioso al viajero al contrastar con el verde intenso del paisaje. Pero no guardes la cámara todavía porque te hará falta. Atravesada por el río Negro, Luarca es famosa por sus bonitos puentes, por su animado ambiente, sus playas y por las versallescas casas de indianos, aquellos asturianos que hicieron 'las Américas' y volvieron a su villa llenos de riquezas.
El coqueto puerto, con las embarcaciones que descansan tras un largo día de faena en el mar; los fastuosos jardines de las casas de indianos y el discurrir tranquilo de la vida convierten a Puerto de Vega, Pueblo Ejemplar de Asturias, en el enclave más romántico de la costa asturiana. Sus bares y restaurantes son perfectos para disfrutar de un homenaje gastronómico para dos a base de pescados y mariscos... y prometerse amor eterno.
Si 2020 hubiese sido un año normal y estuvieras en Ribadesella el primer fin de semana de agosto, no dudes de que te lo pasarías en grande. En esa fecha, la villa es la meta del Descenso Internacional del Sella, la carrera de piraguas más famosa del mundo, que llena sus calles y riberas de visitantes y buen ambiente. Este año, por la pandemia, han tenido que cancelar la prueba, pero no importa: Ribadesella siempre es un destino perfecto para el verano. Por la belleza de sus calles, uno de los ambientes más animados del cantábrico, una gastronomía perfecta para degustar en sus terrazas... y joyas como la cercana Cueva de 'Tito Bustillo', Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por sus maravillosas pinturas rupestres.
Situada en la desembocadura del río Nalón, San Juan de la Arena (o L'Arena, en asturiano) es un destino ideal para los gourmets de paladar fino: aquí se pesca la mejor angula del mundo. Pero la suculenta gastronomía, presente en restaurantes y bares, es solo uno de los muchos atractivos de esta villa costera. El paseo fluvial, que discurre a lo largo del Nalón, será el fondo ideal para tus selfies y para disfrutar de caminatas al atardecer. Y sus playas, que juntas forman un arenal de 3 kilómetros de largo, te invitarán a tumbarte y ver pasar la vida con el ritmo lento de las mareas. P.D.: no te pierdas las vistas desde el Castillo de San Martín.
En verano, Candás es pura alegría. Entre el Festival de la Sardina, que se celebra el 1 de agosto y que llena el pueblo de un aroma delicioso, y el Festival de Banda de Gaitas, que se celebra en julio pero este año se ha retrasado a septiembre, visitar esta villa es una gozada. Su puerto ballenero fue uno de los más importantes del Cantábrico siglos atrás y aún conserva gran parte de su encanto, así que una visita a Candás debe incluir, sí o sí, un paseo tranquilo por sus muelles y por el paseo marítimo.