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Cabo do Mundo (Lugo)
La Ribeira Sacra tiene de todo: profundos valles, ríos caudalosos, viñedos casi verticales, preciosos pueblos y exuberantes bosques. Uno de los lugares más espectaculares de este rincón de Galicia es el Cabo do Mundo, el pronunciado meandro que dibuja el río Miño a su paso por los municipios de Chantada y O Saviñao. Y con los colores del otoño se vuelve, directamente, sublime. Desde el mirador de A Cova tendrás una panorámica excepcional de este maravilloso rincón de Galicia.
Selva de Irati (Navarra)
Situada en los valles pirenaicos de Aezkoa y Salazar (Navarra), la Selva de Irati es el segundo bosque de hayas y abetos más grande y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra (Alemania). En otoño, sus árboles se encienden en una explosión de amarillos, naranjas y rojos. Si estás en Navarra, es obligatorio visitar este espectáculo de la naturaleza antes de que llegue el invierno. En medio de todo ese colorido encontrarás, blanca, la ermita de la Virgen de las Nieves.
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Sendero de la Llanía (El Hierro)
Canarias tiene un clima privilegiado todo el año, así que este bosque puedes visitarlo en cualquier época: siempre será igual de espectacular. El sendero circular de La Llanía, en la isla de El Hierro, parte de Valverde (la capital de la isla), se recorre en dos horas y te lleva por una colección de paisajes que te dejará sin aliento: desde calderas volcánicas hasta bosques húmedos como el Brezal y el Paseo de los Helechos.
Bosque de Cobre (Málaga)
¿De dónde viene el evocador nombre de este bosque situado en el interior de Málaga? En noviembre y diciembre, los castaños que pueblan el Valle del Genal, en la Serranía de Ronda, se encienden de mil tonos dorados antes de perder sus hojas. Hay varias rutas cercanas a los pueblos de Pujerra o Igualeja para contemplar este espectáculo en todo su esplendor.
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Sendero de la Cascada de Xorroxin (Navarra)
Dolores Redondo acertó de lleno al ubicar su famosa saga literaria en el valle del Baztan: este enclave del Pirineo navarro está lleno de bosques misteriosos ideales para una historia de novela negra. El sendero circular que lleva a la Cascada de Xorroxin, cerca del pueblo de Erratzu, se recorre en un par de horas. Entre helechos, musgos, castaños y hayas, podrás descubrir rincones tan maravillosos como el de esta imagen.
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Bosque de los Tilos (La Palma)
No es la selva amazónica, pero desde luego lo parece. El Bosque de los Tilos, situado en el municipio de San Andrés y Sauces, es el ecosistema de laurisilva más importante de la isla de La Palma (Canarias). Este tipo de bosque prácticamente no ha cambiado desde la era Terciaria, hace millones de años. El sendero que recorre el parque natural está lleno de cascadas, túneles y decenas de especies vegetales. Por algo fue la primera Reserva de la Biosfera de La Palma.
Campo de Santa Isabel (Lugo)
Situada cerca de Outeiro de Rei (Lugo), este área recreativa está acondicionada para disfrutar de un maravilloso día de campo, sobre todo en familia. Ubicada en un bonito bosque junto a la confluencia de los ríos Miño y Ladra, el Campo de Santa Isabel cuenta con mesas, aparcamiento y un precioso paseo fluvial.
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Ordesa y Monte Perdido (Huesca)
El circo glaciar del valle de Ordesa, con sus moles de piedra tapizadas de bosque, es uno de los paísajes más alucinantes del Pirineo aragonés. Y una visita en otoño te dejará, directamente, con la boca abierta: los ríos y cascadas bajan llenos de agua y el bosque, formado por abetos y hayas, se pinta de amarillo, rojo, naranja y verde profundo.
Sierra de la Demanda (Burgos y La Rioja)
La Sierra de la Demanda ofrece tal variedad de paisajes que la memoria de tu móvil no alcanzará para fotografiarlos todos: desde picos de más de 2.000 metros a profundos bosques. Uno de los recorridos más visitados de la zona es la Vía Verde de la Sierra de la Demanda y sus alrededores. Este antiguo trazado ferroviario de 54 kilómetros, que sirvió para alimentar de hulla los Altos Hornos de Bilbaio, atraviesa maravillosos pinares y hayedos que en otoño se pintan de mil colores.
Pinares de Valsaín (Segovia)
A poco más de una hora del bullicio de Madrid, los pinares de Valsaín son un verdadero remanso de paz. Están situados en la cara norte de la Sierra de Guadarrama, ya en la provincia de Segovia. Aquí nace el río Eresma, que unos kilómetros más allá pasa por la ciudad del acueducto. Los extensos pinares y las panorámicas de los montes convierten a este bosque en una visita obligada para el otoño.
