cerca de la ciudad
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Para disfrutar de paisajes idílicos y tesoros de la naturaleza no hace falta irse muy lejos de Madrid. A una hora de la ciudad del bullicio, las prisas y la rutina, existen oasis que son verdaderos paraísos perfectos para desconectar, disfrutar del aire puro y hacer planes de fin de semana diferentes que te ayuden a desconectar y coger fuerzas para aguantar el último tirón hasta las vacaciones.
Uno de los destinos más bucólicos de la Comunidad de Madrid lo encontramos en la Sierra Norte, en concreto, en la localidad de Somosierra. Hablamos de La Chorrera de los Litueros, la cascada más grande de la región con una caída de 30 metros de altura y una experiencia a su alrededor que te invitará a dejarte embriagar por los placeres naturales que se esconden a escasos kilómetros de la ciudad.
El nacimiento de la cascada se ubica en el arroyo del Caño, más concretamente, en la cima conocida como el Pico de las Tres Provincias, por encontrarse en la frontera entre Madrid, Guadalajara y Segovia. Desde ahí, va cayendo por las Peñas de Chorro, formando saltos de agua a distintos niveles que crean una cascada cola de caballo, un fenómeno conocido con este nombre por la forma que toma el agua en su descenso.
Visitar la Chorrera de los Litueros es una buena idea en cualquier época del año, aunque cabe destacar que son en épocas de entretiempo cuando se disfruta en su máximo esplendor. En invierno la cascada puede llegar a congelarse, una imagen digna de admirar por lo curioso que resulta (si se va con los medios adecuados), por lo que la primavera es época de deshielo, un momento en el que el agua alcanza su mayor estado de bravura y en el que esta cascada luce en plenitud.
En otoño, el paisaje que rodea la cascada, la Dehesa Bonita, se tiñe de los colores propios de la temporada, por lo que al atractivo de la cascada se le suma el del entorno que le rodea y transmite la sensación de estar sumergido en un cuento de hadas. Pero, ¿y qué pasa en verano? Pues que por las altas temperaturas, lo normal es que el agua venga menos acaudalada y no se aprecie su fuerza con todo el potencial. No obstante, si estás dispuesto a madrugar, puede ser un plan perfecto para una mañana estival, y no solo por la cascada, sino por el camino por el que se llega hasta ella y por el pueblo en el que se encuentra que tanto merece la pena visitar.
La forma de llegar a esta cascada de la Sierra Norte de Madrid es a través de una ruta de senderismo de lo más asequible que te permitirá disfrutar del paisaje antes de deleitarte con este espectáculo a cargo del agua. El recorrido es de apenas 2 kilómetros y apto para toda la familia salvo el último tramo, que puede resultar algo más complejo por tener más escalones y zonas pedregosas.
La ruta arranca en la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, un edificio del siglo XVII que forma parte del patrimonio tradicional de Somosierra. Esta ermita destaca por sus vidrieras de colores que crean un ambiente de lo más especial en su interior. Desde este punto hay que tomar el camino de la antigua N-I dirección Norte y caminar ese par de kilómetros hasta llegar a la espectacular cascada.
Aprovechar una mañana de fin de semana de verano para madrugar y hacer esta ruta merece mucho la pena. Además de alejarte del ajetreo de la ciudad sin necesidad de irte muy lejos, podrás disfrutar de un paseo en plena naturaleza e incluso de un desayuno tipo picnic al frescor de la sierra.
Cuando acabes tu ruta de senderismo y ya hayas descubierto la espectacular cascada que esconde la sierra, puedes aprovechar la jornada para conocer el pueblo de Somosierra y sumar un poco de turismo a tu escapada. Somosierra ha gozado de una gran relevancia histórica al encontrarse ubicado entre las dos Castillas, por lo que ha sido un lugar estratégico desde la prehistoria a las últimas batallas del siglo XX en España.
Además de la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, punto clave por ser el inicio de la ruta que lleva a la cascada, en Somosierra puedes visitar otros puntos de interés como la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, un templo barroco junto al que se encuentra el Museo de la Batalla de Somosierra o la Casa del Cura, donde el mismo párroco acompañará al visitante por un paseo por los recuerdos de la batalla que se libró en la localidad en 1808.
En Somosaguas también podrás disfrutar de los mejores ejemplos de arquitectura popular tradicional, por ejemplo, si visitas su Plaza de la Constitución. Allí se encuentran una fuente lavadero del siglo XVIII, una antigua fragua y un potro de herrar que dan testimonio de la tradición de toda una vida en este pueblo en el que naturaleza e historia crean un enclave único.