EL ÚLTIMO JUEGO
EL ÚLTIMO JUEGO
Tras una segunda temporada algo descafeinada, pero igualmente adictiva y exitosa, Netflix vuelve a la carga con la entrega final de una de sus joyas de la corona: El juego del calamar. La serie que voló la cabeza a medio mundo allá por el 2021, regresa para ofrecernos unos capítulos finales de infarto que pongan fin a la cruzada de Gi-hun (Lee Jung-jae) contra la organización detrás de estos malévolos y sanguinarios juegos y que sirven como entretenimiento para unos cuantos desalmados.
Cuando la serie arrancó hace unos años, absolutamente nadie esperaba el tremendo éxito que tenía, sobre todo teniendo en cuenta que es una serie explícitamente violenta y muy sangrienta. Pero la producción coreana tenía un as sobre la manga, una trama cargada de ritmo y unos personajes tan bien construidos que era imposible no conectar con ellos. Además de una historia de intriga de lo más completa y adictiva, lo que primó sobre todo era la sensación de que estábamos ante una serie muy original y que resultaba diferente y novedosa.
Cuatro años después, le llegó el turno a una secuela que exploraba más profundamente al personaje de Gi-hun y su incapacidad para superar los traumas que vivió en el fatídico concurso que le reportó unas ganancias abrumadoras tras matar a su amigo de la infancia Sang-woo. Esa obsesión, le empuja a derrochar parte de su fortuna para acabar participando de nuevo en el concurso en una segunda temporada que nos dejó con uno de los mayores cliffhangers que se recuerdan y que ahora deberán resolver en los nuevos, y últimos, episodios.
Al igual que sucedió durante la temporada anterior, volveremos a tener nuevas y peligrosas pruebas en estos seis úlltimos episodios de la serie. Tal y como se ha visto en el trailer, y las informaciones que se han ido recopilando antes del estreno, parece ser que los organizadores del juego diseñan escenarios diferentes y nuevas opciones de pasatiempos de la infancia para seguir eliminando participantes antes de la esperada final en la que se decidirá el ganador, que se llevará todo el dinero acumulado en el icónico cerdo de cristal.
Todo esto, mientras Gi-Hoon se recupera de otra traumática muerte, la de su querido amigo Jung-bae (Lee Seo-hwan) a manos del Líder (Lee Byung-hun) que, recordemos, se había infiltrado en la partida y había entrado a formar parte del círculo interno de Gi-Hoon, ganándose su simpatía y confianza. Nuestro protagonista, que no sabe muy bien cómo pudo sobrevivir al intento de rebelión y previendo que esto puede estar relacionado con una estrategia por parte de la organización de los juegos, no cejará en su empeño en ponerles fin.
Del mismo modo, todo apunta a que las tensiones dentro de los participantes, divididos claramente en el grupo que se quiere ir y los que quieren continuar jugando, van a seguir a flor de piel y que, muy probablemente, haya más enfrentamientos entre ellos debido a las votaciones. A todo ello, también tendremos que estar atentos a la investigación de Jun-ho (Wi Ha-joon) y los demás gánsteres contratados por Gi-Hoon para ver si logran localizar de una vez por todas la ubicación de la isla en la que se celebran estos sanguinarios juegos.
Lo que logró la primera temporada de la serie creada por Hwang Dong-hyuk, que, además de escribir el libreto es el encargado de dirigir todos los episodios, fue de un envergadura impresionante. No solo por ser una producción con una violencia más que evidente, como ya dijimos un poco más arriba, es que fue un fenómeno de masas increíble y un caso prácticamente único que comenzó a funcionar de boca a boca como pocas veces se ha visto en la era del streaming.
Lo cierto es que la ficción apareció de la nada allá por septiembre de 2021 y empezó a romper todos los récords de la plataforma de Netflix hasta ese momento en sus primeras 48 horas y desatando un boom de auténtico escándalo que no se veía, quizá, desde Juego de Tronos. Lo más sorprendente es que, al contrario que ahora, la serie no contó entonces con una grandísima campaña de publicidad y su estreno tampoco llegó con unas enormes expectativas, pero aún así acabó triunfando por ofrecer una apuesta distinta y muy excéntrica.
Un éxito que, muy posiblemente, acabe por repetir la tercera tempora de El juego del calamar. El cierre a uno de los mayores boom que se recuerdan en la era del streaming y que sitúan a la serie coreana como una ficción de referencia en lo que a misterio y drama se refiere, y con unos giros de guión que levantan una tensión y expectativas comparables al fenómeno de la ya mencionada Juego de Tronos. Recuerda que ya puedes ver los seis episodios finales de la serie en Netflix y que son un plan perfecto para hacer un maratón de fin de semana.