destinos especiales
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Cada año la lista de Pueblos Más Bonitos de España crece con nuevas incorporaciones en las que se reconoce el valor patrimonial, natural o cultural de las distintas localidades repartidas por todo el país. Uno de los últimos pueblos en entrar en el ranking se encuentra en la provincia de Burgos y basta con asomarse a toda su riqueza y particularidades para entender el por qué de esta elección.
Se trata de Poza de la Sal, una localidad ubicada al norte de Burgos capital cuya principal seña de identidad es la que le da el nombre. Y es que este pueblo burgalés es conocido desde la época de los romanos por sus salinas, siendo uno de los principales centros de producción.
Además de este prodigio natural, Poza de la Sal también presume de ser uno de los pueblos medievales con más encanto del país. Su castillo o su casco histórico dan buena fe de ello, pues aún puedes imaginarte viajando en el tiempo y visitando esta época cuando paseas por sus calles. Además, esta localidad ha dado personajes tan emblemáticos como Félix Rodríguez de la Fuente, el famoso divulgador ambiental al frente de El hombre y la tierra que acercó las maravillas de la naturaleza a toda una generación.
La primera parada en este pueblo de Burgos no puede ser otra que sus salinas. Estas se encuentran ubicadas en una cuenca salinera en las que se data las primeras formaciones salinas en los períodos triásico, jurásico y cretácico. Dado el potencial de la sal para conservar alimentos, en la época de los romanos fue uno de los lugares más codiciados y en el que el comercio jugó un papel fundamental.
Este aspecto duró hasta la Edad Media, cuando las salinas de Poza de la Sal se convirtieron en el centro principal de producción y comercio de este producto. Su relevancia llegó a ser tal que en el siglo XV se levantó el castillo fortaleza y la muralla que rodea el perímetro de la localidad con el fin de defender la producción y distribución de este bien tan preciado dentro y fuera de las fronteras del pueblo.
El castillo se ubica en la cima de un mazizo rocoso separado de la localidad, una posición estratégica desde la que podían vigilar tanto las salinas como la entrada del pueblo. Además de defensa, este castillo fue también prisión en el siglo XVI y uno de los sitios de los franceses durante la Guerra de la Independencia, quienes supieron aprovechar la situación estratégica de la construcción.
Otro de los enclaves que tienes que conocer de Poza de la Sal es su casco urbano, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982. Está marcado por la aún visible herencia medieval que contribuye de manera muy especial al peculiar paisaje urbano que aquí se crea. Otra de las cualidades más destacadas de la planificación urbana de Poza de la Sal es que las casas no están cimentadas, sino que fueron construidas directamente sobre la pendiente de los conglomerados terciarios que caracterizan la orografía de la localidad. Gracias a esto, el trazado del pueblo es de lo más característico y uno de los responsables de su buena fama.
Dentro de los edificios más destacados de Poza de la Sal es la iglesia parroquial de los Santos Cosme y Damián, una de las construcciones religiosas de la localidad más emblemáticas y que más enriquecen el pueblo a nivel patrimonial. Su construcción data del siglo XIII, en estilo gótico temprano, aunque el tiempo no ha pasado en vano y ha sido sometida a numerosas reformas que han camuflado en cierto modo su origen medieval. Esta iglesia ha gozado de gran importancia a lo largo de la historia, hasta el punto de configurar todo un espacio urbano con ella como guía. En 1974 recibió la distinción de Monumento Histórico-Artístico.
No te puedes ir de Poza de la Sal sin conocer sus plazas. La Plaza Vieja fue el centro social de la localidad en el medievo, cuando se ubicaba aquí el mercado, y se caracteriza por conservar los clásicos soportales y por su cercanía a la iglesia. Por su parte, la Plaza Nueva fue una sugerencia de Doña Juana de Rojas y Córdoba, V Marquesa de Poza, de crear una plaza fuera de la muralla, algo que marca un antes y un después en el diseño del pueblo.
Por último, no puedes irte de Poza de la Sal sin visitar la Plaza de la Villa y el Ayuntamiento. Este edificio del siglo XVI preside una plaza de estética tradicional castellana, con soportales, pilares y piedra vista en la fachada, todo un alarde del patrimonio español y, en concreto, de la región de Burgos que ayuda al visitante a empaparse de su cultura y esencia y justifica con creces la pertenencia del pueblo a la privilegiada lista de los Pueblos Más Bonitos de España.