premios princesa de girona
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Las distintas celebraciones en torno a los Premios Princesa de Girona llevan a la familia real española a pasar unos días en la comunidad autónoma catalana. Después de celebrar la ceremonia de los premios en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, la siguiente parada lleva a la princesa Leonor y a la infanta Sofía a uno de los pueblos con más encanto de la Costa Brava en el que se reunirán con otros jóvenes que forman parte de los programas de la Fundación Princesa de Girona y donde, posteriormente, almorzarán con los galardonados de otras ediciones.
Si el año pasado el destino que visitaron fue Lloret del Mar, este 2025 ha sido la localidad de Sant Martí Vell la escogida para acoger dichos eventos. Este pequeño pueblo se ubica al norte del macizo de las Gavarres en un entorno rodeado de naturaleza y vegetación que le brinda un aspecto bucólico al lugar. Y aunque la naturaleza juega un papel esencial en la construcción de la fama de Sant Martí Vell, el paso de la historia también ha tenido mucho que ver con la maravillosa estampa que se puede ver hoy.
Otro de los grandes atractivos de Sant Martí Vell son los restos medievales que aún vive entre sus calles. Este pueblo que no llega a los 210 habitantes presume de mantener su trazado urbano original perfectamente conservado y edificios de gran relevancia histórica y artística que atestiguan la grandeza de este pueblo durante la Edad Media.
Las hijas de los reyes Felipe y Letizia no solo van a poder disfrutar de la belleza natural e histórica de Sant Martí Vell, también podrán ser testigo del ambiente tranquilo que se respira entre sus calles. Gracias a su contacto directo con bosques y montañas y sus calles que preservan la calma del tiempo que se ha parado en ellas, este pueblo de la Costa Brava es el encalve ideal para todo aquel que desee escapar de la rutina y disfrutat de un entorno bello en el que descansar.
Lo primero que debes hacer cuando llegues a Sant Martí de Vell es pasear por sus calles, que aunque no son muchas, sí que es una muestra más que respetable para apreciar la belleza medieval que aún conservan. Su encanto radica en los caminos empedrados y en las casas tradicionales con fachadas de piedra que hace que viandante se sienta en otra época cuando pasea por ellas.
Si hablamos de enclaves concretos que merece la pena visitar, no puedes dejar de ir a la iglesia parroquial de Sant Martí, el edifico más emblemático del pueblo. Se trata de una iglesia construida en el siglo XI en estilo románico, aunque sufrió modificaciones en el siglo XVI que introdujeron en ella detalles en estilo gótico o renacentista.
De esta iglesia sobresale el campanario gótico que define la silueta de Sant Martí Vell y que se ha convertido en un elemento indispensable a la hora de entender la historia y la estética del pueblo. En su interior, que destaca por lo sencillo y austero que es, se guardan joyas como algunas pinturas góticas o unas esculturas de San Martí y de la Virgen que fueron un regalo de Elsa Peretti, diseñadora de joyas italiana y filántropa de gran relevancia para la localidad y que da nombre a la Fundación Nando y Elsa Peretti.
En uno de los puntos más altos del macizo de las Gavarres se encuentra una de las joyas más queridas de Sant Martí Vell, el santuario de la Mare de Déu dels Àngels, uno de los sitios más visitados del pueblo tanto por turistas como por peregrinos que celebran allí romerías y peregrinaciones. Este santuario dedicado a la Virgen María lo levantaron los propios habitantes de Sant Martí de Vell en el siglo XV sobre las ruinas de una antigua capilla, aunque, según cuenta la leyenda, en la época griega este lugar fue el mismo en el que se levantó un templo dedicado a Cíbele, diosa de la fertilidad.
Pero el santuario de la Mare de Déu dels Àngels no es solo famoso por su estética o por las historias que se cuentan sobre él: este fue también el lugar escogido por Salvador Dalí y Gala para casarse en secreto. El 8 de agosto de 1952 la pareja acudió prácticamente en solitario a esta iglesia tan especial para darse el 'sí, quiero' en una ceremonia de lo más privada. 20 años antes ya se habían casado por lo civil en París.
No es de extrañar que el pintor se fijase en este punto de las Gavarres para celebrar su boda, pues las vistas desde allí son impresionantes. Sant Martí Vell está rodeado de bosque de pinos, castaños y encinas, además de paisajes montañosos preciosos, que no solo dibujan una panorámica digna de pararse a contemplar, también es el entorno ideal para practicar actividades como el senderismo o el ciclismo.