riqueza cultural
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Los pueblos y ciudades de España son lo que son, en gran medida, gracias a todas las personas y civilizaciones que los han habitado a lo largo de la historia y que han dejado su impronta en ellos. En muchos el encanto radica en la esencia medieval intacta de sus calles, en otros es la libertad del movimiento hippie de los 60 la que marca la esencia y el ritmo de vida de la localidad. Sea cual sea el momento histórico que más haya calado, la relevancia del paso del tiempo a la hora de conceder presencia y entidad a un pueblo o ciudad es innegebla.
A veces un solo periodo histórico basta para dotar la región de importancia y belleza, pero si han sido varios los siglos y las culturas que han ido conformando la identidad de un lugar, su riqueza es aún mayor y su belleza, un espectáculo digno de admirar. Por suerte, en nuestro país contamos con muchos de estos ejemplos en los que la riqueza radica en el mestizaje artístico y cultural, pero si queremos mirar hacia un sitio en el que esta mezcla sea verdaderamente fructífera, tenemos que ir a Galicia.
En el sur de la provincia de Pontevedra, a orillas del río Miño, encontramos una de las ciudadas más bonitas y enriquecidas a nivel cultural del país. Y no es solo el hecho de que sea ciudad fronteriza con Portugal, es que Tui ha sido a lo largo de los siglos lugar de paso de visigodos, romanos, vikingos, judíos y múltiples generaciones más que han convertido esta región gallega en un destino digno de tener en el radar.
Según cuenta la leyenda, la fundación de esta ciudad se le atribuyo a Diomedes, un héroe griego que participó en la Guerra de Troya. Tras finalizar la contienda, su padre, Tideo, le rechazó y Diomedes acabó en el exilio en el noroeste de la Península Ibérica. Fue aquí, justo en la zona donde hoy encontramos la ciudad de Tui, donde este héroe heleno decidió fundar una ciudad en honor a su padre.
Aunque esta historia no cuente con ninguna evidencia que la respalde, lo cierto es que la fundación de Tui por parte de este personaje de la épica griega es algo bien arraigado a la cultura local y que marca la identidad de la propia localidad y de sus habitantes. Mitos fundacionales aparte, lo que sí ha podido decir la Historia sobre los orígenes de Tui es que es muy probable que tenga mucho más que ver con un gérmen celta que griego.
Qué ver en Tui si vas de visita este verano
El mejor testimonio de la importancia de Tui a lo largo de la historia lo da la propia ciudad a través de las construcciones que configuran sus calles. Declarada conjunto histórico-artístico,Tui es, en esencia, medieval. Presume de mantener en pie edificios religiosos de gran envergadura - ha sido y es un punto clave en el Camino de Santiago - y de conservar prácticamente intacta una de las juderias más importantes del país, donde se puede pasear por un entramado de calles gremiales que fue uno de los centros neurálgicos de la comunidad judía antes de su expulsión.
Si hablamos de lugares verdaderamente emblemáticos en Tui, tenemos que empezar por la Catedral de Santa María de la Asunción. Su construcción empezó en el año 1120, pero no fue consagrada hasta la llegada de Alfonso IX al trono, en el año 1225. Esta catedral es, en realidad, una suerte de fortaleza amurallada erigida con el fin de controlar la entrada por el río Miño, pero también como símbolo de defensa de la fe que tan importante papel ha jugado en esta ciudad.
La Catedral de Tui es de estilo románico y destaca por sus imponentes murallas y torres almenadas. Su portada es uno de los mejores ejemplos del gótico español, mientras que en su interior se conserva un precioso claustro en el que se exhibe una colección heráldica que se remonta hasta los visigodos. Además, esta catedral ofrece unas vistas al río de gran belleza.
Otro de los edificios religiosos que bien merecen una visita en Tui es el convento de las Clarisas, o como se le conoce popularmente, «el converto de las Encerradas». Desde el siglo XVI este edificio acoge a una comunidad de religiosas que viven su fe aquí desde entonces. En cuanto al convento en sí, se trata de un gran exponente del barroco local con una estructura interna de pasadizos y bóvedas preciosa. Pero este convento no solo destaca por su presencia: aquí las hermanas hacen los famosos peces de almendra, el dulce más típico de Tui.
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La Capilla de la Misericordia, un edificio del siglo XVI levantado con el fin de dar sepultura a los indigentes, el cruceiro que se ubica junto a ella y que es símbolo de la ciudad, o la Capela de San Telmo y su bóveda gallonada en honor al patrón de la ciudad son otros de los ejemplos de arquitectura religiosa que conforman el paisaje de Tui. Todas ellas conservan cierto halo antiguo y magistral que colaboran favorablemente a la hora de enriquecer la belleza e importancia histórica y patrimonial de la zona.
Más allá de los edificios religiosos, Tui destaca por su cercanía con Portugal: tan solo un puente basta para la localidad gallega con Valença do Minho. El Puente Internacional de Tui, situado sobre el río Miño, conecta estas dos ciudades históricas desde finales del siglo XIX. La imponente construcción sobresale por su función de nexo entre fronteras, pero también por lo especial que hace el paisaje, pues crea un constraste de lo más interesante con el resto de edificios que conforman la ciudad.
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