De "cómo me las maravillaria yo" a "si me queréis, irse": estas son las frases más célebres y que jamás nos cansaremos de escuchar de Lola Flores

La vida de Grace Kelly sigue ocupando páginas y páginas de medios, a pesar de que su muerte se produjo hace 38 años. Aún vamos descubriendo fotos y curiosidades de la princesa Gracia que no conocíamos, pero lo que es bien sabido por todos es que las cosas no le iban nada mal cuando anunció su compromiso con el príncipe Rainiero y decidió alejarse del cine.
Fruto de aquella unión nacerían Estefanía (la más rebelde y problemática, que ahora vive un vida solitaria), Alberto y Carolina(descubre aquí la verdadera razón por la que Carolina de Mónaco no se divorcia de Ernesto de Hannover y cómo la maldición de los Grimaldi persigue a Carolina de Mónaco desde su infancia). Repasamos la relación de una madre entregada a sus hijos, los acuerdos y desacuerdos de la familia que una muerte prematura cortó para siempre.
Fue en enero de 1956 cuando la prometedora –y premiada- actriz de Hollywood Grace Kelly anunció ante el mundo su compromiso con Rainiero, el heredero de la corona monegasca. Cuando Oleg Cassini, un conde y diseñador de origen ruso (que había tenido un romance con ella al que los padres de Grace se opusieron) se enteró del compromiso, le dijo: «Una de las razones por las que creo que te estás casando con este hombre es porque este es el mejor guion que hayas recibido en tu vida. Serás una estrella en los próximos años». Lo que entonces no sabían Oleg, ni Grace, ni Rainiero es que aquella historia tendría un triste final.
La pareja contrajo matrimonio en abril de ese mismo año en la Catedral de San Nicolás de Mónaco y, poco después, nacería la princesa Carolina en la biblioteca del Palacio de Mónaco (la sala había sido forrada con telas de color verde, por expreso deseo de su madre –siguiendo una tradición irlandesa-).
A pesar de haberse retirado del mundo del cine y haber dicho adiós a su etapa en Hollywood, Grace Kelly siguió recibiendo numerosas ofertas. Incluso ha trascendido que quiso protagonizar la Marnie de Alfred Hitchcock, pero el pueblo monegasco no veía con buenos ojos de la princesa Gracia compartiera pantalla y romance (cinematográfico) con otros hombres –Sean Connery en este caso-, ni que diera vida a una ladrona. Nunca volvió a aceptar un proyecto.
En una ocasión, The Philadelphia Princess preguntó a Grace qué tipo de familia quería tener. Su respuesta fue: “Les puedo decir que tendremos muchos hijos”. Finalmente tuvieron tres: Carolina, Alberto y Estefanía (nacida en febrero del 65).
A partir de entonces, su vida y su trabajo estuvieron ligados a su nuevo país y a su familia. Madre entregada y princesa comprometida, Kelly se dedicó a ser una buena embajadora y la principal promotora de grandes acontecimientos sociales (como el Baile de la Rosa).
Fue una figura clave en la promoción del Principado de Mónaco, que creció sin descanso gracias a las ventajas fiscales impulsadas por Rainiero.
La bonanza del Principado y la consolidación de una familia reinante con descendencia garantizaron la pervivencia de Mónaco como estado independiente, que evitó así la anexión a Francia.
Dicen que, de todos, Estefanía es la que más se parece a su madre.
Durante mucho tiempo ha sido considerada la excéntrica de la familia por sus romances y sus vaivenes laborales. Su carácter díscolo y difícil y su llamativa imagen le valieron el apodo de “la princesa rebelde” y la alejaron del prototipo de princesa europea.
Estefanía, junto a su hermano Alberto, han sido los dos hijos más problemáticos del matrimonio, considerados durante mucho tiempo como los príncipes más rebeldes de toda la realeza europea.
Alberto pasó de granjearse fama de mujeriego (entre sus conquistas se habla de Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Brooke Shields) a que se cuestionara su sexualidad.
Siempre se ha considerado a Carolina la parte más tranquila (y menos problemática de la familia).
Sin embargo, con 18 años se fue a estudiar a París, donde conoció a Philippe Junot –con quien se casaría más tarde-. La unión no le hizo ninguna gracia a Rainiero y Grace pero, a regañadientes, aceptaron la voluntad de su hija. Dos años después del enlace, Carolina y Philippe se divorciaron.
En 1982, mientras volvía al palacio de Montecarlo con Estefanía, sufrieron un accidente. Aunque la versión oficial habla de un derrame que acabó provocando la colisión, mucho se ha rumoreado sobre si era la hija de 17 años la que, en realidad, conducía en aquel momento. Tras años de silencio, cuando por fin habló, dijo: "Hay mucha presión sobre mí, porque todo el mundo dice que yo conducía el coche, que es mi culpa, que he matado a mi madre... No es fácil cuando tienes que vivir eso con 17 años". La princesa no volvió a hablar del tema hasta el año 2002 cuando concedió una entrevista a la revista francesa Paris Match donde dijo: "No solo tuve que pasar por el horrible trauma de perder a mi madre a una edad muy joven, sino también estar a su lado en el momento del accidente. Nadie puede imaginar lo mucho que he sufrido y sigo sufriendo".