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Desnudo femenino: orgullo y prejuicios

Mientras el show bussines y la publicidad se vuelven cada vez más exhibicionistas, la desnudez de la vida cotidiana genera conflictos. ¿Por qué somos cada vez más pudorosas en la playa? ¿Le exigimos demasiado a nuestro cuerpo? ¿Qué es tabú y qué es liberación hoy?

Marilyn Monroe, desnuda / Gtres

B. NAVAZO

Fue en los 50 cuando Brigitte Bardot desafió las normas del decoro imperantes, atreviéndose a pavonearse al borde del mar ataviada solo con un biquini y un cigarrillo. Fue en la playa del hotel Carlton durante el Festival de Cannes de 1956, el mismo año que se presentó su célebre película 'Y Dios creó a la mujer'. Aquello supuso un hito para la historia de la moda, el nacimiento de un mito erótico y un escándalo social de proporciones mayúsculas. Esa mezcla de inocencia y puro erotismo hizo salir los ojos de las órbitas a más de uno y encolerizó al Vaticano, que la declaró oficialmente como "la encarnación misma del pecado". No pareció preocuparle a la actriz francesa ni lo más mínimo porque años después, en el revolucionario fin de década de los 60, dio un paso más liberándose de la parte superior de aquella minúscula prenda para tomar el sol, tan fresca, en Saint-Tropez. Y así, Brigitte Bardot creó el topless, que se convirtió en un gesto cargado de significado al que se sumaban, por puro idealismo, las progresistas que abanderaban la lucha feminista por la liberación sexual de la mujer. Exhibir el cuerpo desnudo en público era un grito de guerra por la libertad, un grito pacífico y callado, pero tan alto y tan claro que resultaba imposible de ignorar.

17% y 42%

Nudismo Vs. topless en España

Han pasado de eso casi 50 veranos y, hoy, el destape por principios parece estar de capa caída. Dicen las encuestas que las mujeres empiezan a pasar de un gesto que un día fue tan simbólico y que las que exhiben sus cuerpos en la arena son cada vez menos. El 17% de los españoles admite haber hecho nudismo alguna vez y el 42% de las mujeres ha hecho topless. La cifra está muy por encima del 20% de media mundial, pero va en descenso, especialmente entre las más jóvenes (y lo han notado sobre todo en Francia, cuna de ese pequeño gran paso hacia la liberté y la égalité). Lo justifican los expertos explicando que, superado ya el significado transgresor de sus inicios, en una sociedad hiperexpuesta al cuerpo desnudo y a la sexualidad, este combate está obsoleto. Esta teoría asume la tesis de que las mujeres, libres ya de enseñar o no enseñar a su antojo, no sienten esa necesidad de usar la desnudez como vía de autoafirmación.

Nuevos tabúes

Pero en torno al desnudo femenino no está todo dicho. ¿Realmente estamos tan liberados? "Algo se ha normalizado: a nadie le sorprende ya ver a una mujer mostrando sus pechos en la playa, pero el tabú en torno al desnudo no ha desaparecido ni mucho menos. De hecho, las zonas nudistas siguen estando separadas de aquellas otras en la que la gente va con traje de baño. El cuerpo nunca deja indiferente, sigue despertando reacciones machistas por parte de hombres y mujeres y siguen existiendo muchas inhibiciones", asegura la psicóloga y sexóloga Miren Larrazabal.

80%

Las mujeres preocupadas e insatisfechas con su cuerpo

Los prejuicios aún existen y el primero viene impuesto por la tiranía estética. " La preocupación por el físico y la insatisfacción corporal son cada vez más elevadas, llegando a afectar al 80% de las mujeres", asegura Rosa María Raich, catedrática de Intervención Psicológica de la Universitat Autònoma de Barcelona. Según los datos que maneja esta investigadora, que acumula 30 años de estudios sobre imagen corporal, autoestima y prevención de trastornos alimentarios, recibimos cientos de imágenes diarias de mujeres perfectas e irreales. " Nuestra sociedad ejerce una enorme presión sobre las mujeres (y cada vez más, también sobre los hombres) para que persigan un cuerpo no solo delgado, sino perfecto: poca cintura, pecho generoso, abundante cabello, buena piel...". El resultado es una insatisfacción casi pandémica.

"¡No le dará vergüenza mostrar esos pechos a su edad!"

El 25% de nuestra autoestima, asegura la psicóloga, depende del físico. Tanta importancia le damos, y tan elevada es la exigencia, que pone en riesgo nuestra salud, nuestras relaciones sociales y nos hace desdichados. Lejos de desaparecer, el tabú se redirige a otra dirección. " Parece que solo pueden mostrar el cuerpo las personas jóvenes que se ciñen a unos cánones de belleza cada vez más exigentes denuncia Larrazabal; quienes no cumplen con esos requisitos provocan rechazo y son estigmatizados si se atreven a lucirlo. "¡Anda que está esa como para enseñar nada!" "¡No le dará vergüenza mostrar esos pechos a su edad!". Esos comentarios revelan comportamientos muy negativos hacia los cuerpos con sobrepeso, maduros y no digamos ya en la vejez".

Exhibicionismo vs. pudor

Un vistazo rápido a internet y a las redes sociales certifica que el desnudo, en cualquiera de sus versiones, sigue siendo noticia y el cuerpo de la mujer, un reclamo. Encontramos que el fotógrafo Spencer Tunick ha fotografiado a más de 6.000 personas sin ropa reunidas en una plaza de Bogotá; que han sido robadas y filtradas nuevas fotos de Scarlett Johansson desnuda; que el trasero de Kim Kardashian es un continuo trending topic; que Cara Delevingne posa sin ropa contra la caza de animales, y que Cristina Pedroche hace lo mismo en una cama de sábanas alborotadas; que Chenoa, que tiene nuevo disco, lo promociona presumiendo de curvas y piel en las satinadas páginas de Interviú; y que Rihanna, sin esconder apenas nada bajo un levísimo vestido de gasa transparente en su último videoclip, combate (cuerpo a cuerpo) por los primeros puestos de las listas de ventas con sus principales competidoras.

Rihanna en los CFDA 2014, con vestido transparente de Adam Selman / Gtres

Todas (o casi todas) las estrellas del momento del cine, la televisión, la música o la moda han posado desnudas, de manera más o menos explícita, en portadas de revistas, en las carátulas de sus discos o en campañas publicitarias y se han marcado numeritos eróticos en videos o escenarios. Tacones de vértigo, látex, látigos, posturas expuestas, zooms de cámara asomándose a un escote o bajo las faldas, tangas minúsculos, fajos de billetes... Los videoclips más célebres exhiben toda la parafernalia de las fantasías masculinas más clásicas. "Todas las cosas que el feminismo una vez rechazó por denigrantes (strippers, camisetas mojadas...) están siendo de nuevo aceptadas por mujeres jóvenes como supuestos símbolos de empoderamiento personal y liberación", advierte la escritora Ariel Levy en su libro Female chauvinist pigs.

La excusa es la libertad para expresarse, el fin de la mojigatería, una apertura de mente y una modernidad mal entendida porque, así lo dicen los expertos, nos vuelve esclavas de otros conceptos. "El significado de los cuerpos desnudos es distinto en función del contexto en el que se muestran. En la pornografía, en la publicidad o en otros medios, el desnudo tiene un significado distinto al que tiene en una playa. Los desnudos en los medios de comunicación tienen que ver con la cosifcación y mercantilización de los cuerpos de las mujeres", explica Rosa Cobo, profesora de Sociología del Género de la Universidad de A Coruña, y remata: "Las mujeres que se desnudan en el cine, la publicidad u otros medios de comunicación de masas no lo hacen por decisión propia, sino por exigencias del medio para el que trabajan".

Diane Ducret, autora del ensayo 'La chair interdite' ("La carne prohibida", inédito en español), que repasa la relación de la mujer con su cuerpo a través de censuras sucesivas, pone el dedo en la llaga: "Da la sensación de que las mujeres son libres de mostrar aquello que quieran, pero es un grave error. Creemos que estas imágenes nos venden sexo, deseo, placer, pero lo único que nos venden es un producto y forman parte del inconsciente colectivo, tanto que ya no reparamos en ellas".

Mientras la escena pública se vuelve más descarada y exhibicionista, la desnudez natural y libre, la que acontece en la vida ordinaria, sigue suponiendo un problema y generando conflictos. Tanto que muchos hablan de un retorno a valores mas conservadores. El recato, que parecía encerrado en el baúl desde mayo del 68, vuelve a ser tendencia. "No creo que el hecho de que haya menos topless en las playas se deba a que tenemos libertad sexual argumenta Rosa Cobo, especialista en cuestiones de género. Me inclino a pensar, más bien, que el menor número de mujeres que lo practican tiene que ver con el hecho de que vivimos un proceso de reacción patriarcal. Hay una propuesta ideológica un tanto difusa que reclama a las mujeres que se aproximen al modelo femenino de antes".

Doble moral

El movimiento 'Free the nipple' (al que probablemente se habría unido la Bigitte Bardot de los 70) que, en su lucha por la igualdad, clama contra el tabú de mostrar los pechos en entornos reales o virtuales, se ha desdoblado en una película que lleva el mismo título. En una de sus escenas, una activista, semidesnuda por las calles de Nueva York, pronuncia esta frase: "Se nos confisca nuestra desnudez para poder revendérnosla mejor". La censura, legal o moralmente impuesta, reafirma el valor comercial del cuerpo femenino: la desnudez, si no es comercial, asusta.

Mostrar los pechos sigue estando prohibido en muchos lugares reales (y hablamos del mundo occidental: en algunos estados de Estados Unidos enseñar un pezón puede penarse con multas de hasta 2.500 dólares y tres años de cárcel) y virtuales (las redes sociales les tienen declarada la guerra).

Esta actitud llega a producir confusión entre lo que es moral y lo que no. "Se censuran campañas contra el cáncer porque aparecen senos desnudos, pero, al lado, las mujeres objeto de la publicidad, a veces en el límite de la pornografía, no suponen ningún problema porque esconden los suyos", acusaba en la edición francesa de la revista Elle, Eloïse Bouton, exmiembro del colectivo Femen.

Es la suya una crítica a esa doble moral según la cual la lactancia en público sigue generando incomodidad y conflicto, mientras se toleran (e incluso se promueven) actitudes de contenido explícitamente sexual, aunque sin pechos a la vista. Y eso por no hablar de la violencia. La excusa esgrimida con más frecuencia para justificar la censura del desnudo femenino es la protección de los niños, en un mundo donde ven, de media, 200.000 actos de violencia y 16.000 asesinatos en la televisión antes de tener 18 años, según datos de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. La verdad, desnuda.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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