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¡Decide, conmigo o contra mí!

¿Por qué nos decantamos hacia un lado u hacia otro? ¿Qué hace que tomemos partido por unos y no por otros?

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VANI G. LEAL (PSICÓLOGA)

Ser una persona objetiva significa entender que dos puntos de vista puedan ser diferentes y aun así que ambas personas tengan razón.

No es fácil ser neutral, nada fácil, ¿sabéis por qué? Pues porque normalmente empatizamos más con un punto de vista que con el otro. ¿Y por qué empatizamos más? Pues porque a lo mejor se parece a lo que pensamos nosotros, nos afecta de algún modo, hemos pasado por lo mismo o, simplemente, porque nos cae mejor una de las dos personas.

Por eso es tan dificil ser objetivo, porque no solo requiere una buena dosis de empatía, sino que requiere también que sepas salir de ti mismo.

Veamos un ejemplo: una relación se rompe porque una de las dos personas ha puesto los cuernos. Si tienes que opinar y a ti también te han puesto los cuernos, es fácil que defiendas a la parte afectada de la cornamenta, pero si has de opinar y tú has puesto los cuernos, es más fácil que sepas ponerte en el lugar del que ha cometido la infidelidad.

Ahora imagínate un enfrentamiento entre una persona directa y una persona evitativa. Si eres una persona que abandera la sinceridad por encima de todo, ya sabes a cuál de las dos personas defenderás, en cambio, si eres una persona evitativa te posicionarás con más facilidad con quien es parecido a ti.

Francamente, es más fácil entender a alguien como tú o que ha pasado lo mismo que tú, pero la neutralidad, eso que, a priori, todos creemos poseer, se va por el retrete con mucha facilidad cuando opinamos de los demás (y eso que, en principio, no nos afecta).

Hay que decir que no existe la neutralidad ni la objetividad absoluta (por desgracia, sería ideal que los jueces lo fueran) porque todos, y todos es absolutamente todo el mundo, tiene ideas preconcebidas sobre todas las cosas.

Pero que no podamos aspirar a la más absoluta objetividad no significa que no podamos aprender a ser un poco más objetivos de lo que somos.

1. No existe una única verdad emocional o psicológica

Existen tantas verdades como personas. El hecho de que una persona crea algo (equivocado o no) ya lo convierte en su verdad y, si es su verdad, es normal que trate de defenderla.

2. Las emociones de cada persona son personales e intransferibles

El hecho de que tú no sientas así o de que creas que no se ha de sentir así, no significa que la otra persona esté fingiendo su emoción.

En una pelea donde uno de los dos componentes tiene facilidad para exaltarse, puede que la parte más sosegada se pueda sentir violentada por la situación e incluso tener miedo.

¿Es real que haya habido violencia? Bueno, es real que la haya sentido, porque cada persona tiene tolerancias y umbrales muy distintos. Pero también es real que a lo mejor la persona exaltada no haya tenido ninguna intención de violencia ( María Jesús y Antonio Tejado lo han protagonizado en Gran Hermano Dúo esta semana).

Ojo, aquí no estamos hablando de maltrato físico o psicológico, eso es otro cantar.

3. Que creas que algo no es bueno, no lo hace malo

Cada persona tiene sus propios valores, ideas, gustos, personalidad, así que coincidir en lo que está bien o mal, lo que es bueno o malo o lo que es mejor o peor, es tan relativo que muchas veces parece imposible ponerse de acuerdo.

¿Es buena la libertad sexual? Pues para mi sí y para mucha gente también, pero si se lo preguntamos a Vox, seguramente darían muchas vueltas a la pregunta para poder acabar diciendo que no (¿recordáis que hemos dicho que lo que uno cree, equivocado o no, lo defiende?). Pues eso...

4. Intentar ser objetivo no te convierte en falso ni en cobarde

Muchas veces obligamos a las personas a posicionarse, conmigo o contra mí, y cuando no lo hacen, los tachamos de traidores, de cobardes o de falsos.

Pero, ¿ qué conseguimos exigiendo a los demás que tomen partido? Conseguimos anular cualquier objetividad posible.

Que alguien no esté de acuerdo con tu comportamiento no lo hace tu enemigo, solo lo hace una persona diferente a ti.

¿Y qué hay detrás de esta necesidad de que nos apoyen? Pues muchas veces necesitamos que nos reafirmen y, si no nos apoyan, sentimos que, a lo mejor, sí nos hemos equivocado y eso es algo que, por normal general, no nos gusta nada pensar y menos admitir.

Está claro que siempre vamos a decantarnos por una opinión o por otra, por un comportamiento o por otro, por una persona o por otra, pero, ¿verdad que duele y molesta cuando alguien te hace sentir mal solo por no pensar como tú? Pues, al revés, sucede lo mismo.

Así que, la próxima vez que tengas que posicionarte, recuerda que aunque tú opines de una forma, no significa que tengas la verdad absoluta, solo significa que tienes tus razones al igual que el otro tiene las suyas.

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21 de marzo-19 de abril

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