Blanca Sirvent, psicóloga: «Estas son las 8 secuelas que puedes notar en tu relación actual por haber estado en una tóxica»

Sara Flamenco Publicado · 27 de agosto de 2025, 07:46 h

Tras dejar una relación tóxica, parece que todo está superado y la vida va viento en popa. Sin embargo, muchas veces la persona queda emocionalmente tocada sin darse cuenta. Esa herida oculta puede permanecer latente hasta que, al comenzar una nueva relación, salen a la luz miedos, inseguridades y resentimientos acumulados. Es entonces cuando el pasado se asoma, recordándonos que sanar lleva su tiempo y precisa de altas dosis de paciencia.

La psicóloga Blanca Sirvent, especializada en vínculos afectivos, ha explicado en uno de sus vídeos publicados en sus redes sociales cuáles son las secuelas emocionales más habituales que muchas personas arrastran al iniciar una nueva relación tras haber vivido una dinámica destructiva. «Estas son las 8 secuelas que puedes notar en tu relación actual por haber estado en una tóxica«, comienza.

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Estas secuelas que detalla en el vídeo, no tienen tanto que ver con la relación presente como con la huella emocional que dejó la anterior. No siempre es fácil identificarlas, ya que las tienes completamente interiorizadas, pero es posible que leyendo esto seas capaz de poner nombre a lo que estás sintiendo. Echa un vistazo a esto y, si te sientes identificada, busca ayuda:

1. Desconfianza: «Me cuesta creer que alguien me quiera sin tener que hacer ni demostrar nada», explica la experta. Las personas que han vivido una relación tóxica han interiorizado que el amor venía con condiciones, por lo que les resulta muy extraño pensar que alguien ofrezca su cariño sin exigir nada a cambio.

2. No creerte merecedora de amor: te han machacado tanto... te han hecho hacerte tan pequeñita... te han dicho que no valías nada, que no eras atractiva, que lo que pensabas y tu forma de expresarte le generaba vergüenza. Estas vivencias repetidas en el tiempo te pueden hacer llegar a pensar que no mereces otra cosa, a pesar de que esa relación ya haya acabado y tu actual pareja te ofrece su cariño sin condiciones.

3. Baja autoestima: «Por mucho que mi pareja me dice que me ve independiente, autosuficiente y valiosa yo soy incapaz de percibirme de esa forma», continúa. Y es que es muy difícil volver a verte como alguien con una opinión propia y tan valiosa como la de los demás, cuando te has pasado tanto tiempo sin poder expresar tu opinión y pensando que lo que tú creías eran tonterías.

4. Pensar que tu relación tiene fecha de caducidad: «No me puedo creer que me estén tratando tan bien y que me merezca tanto amor después de haber vivido lo que he vivido y me resulta super extraño», explican en el vídeo. Todo ello te puede llevar a pensar que lo que estás viviendo es demasiado bueno para poder durar.

5. Ansiedad persistente: las personas que han sufrido una relación tóxica se han acostumbrado a estar en alerta constante porque el que era su pareja tenía reacciones impredecibles ante situaciones de lo más normales. La mente cree que está en peligro constantemente, por lo que se activa el sistema nervioso simpático. Un ejemplo muy habitual es insinuar que le estás siendo infiel porque no le cojas el teléfono a pesar de que sabe que estás trabajando.

6. Sentirte rara ante una intensidad emocional normal: si has vivido una relación tóxica, te has acostumbrado a lo que la experta llama «una montaña rusa emocional». Después de estas vivencias, puedes identificar la ausencia de mariposas en el estómago o la falta de adrenalina como una señal de que tu pareja va mal y que, en realidad no le quieres. Pero lo que te pasa, es que no está acostumbrada a la paz.

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7. Falta de límites o miedo a expresarte: si cada vez que expresas lo que sientes o deseas te han correspondido con abandono, rechazo o conflictos, puedes tender a censurarte por inercia. Esta autocensura se vuelve un mecanismo casi automático, una herramienta que empleas sin darte cuenta para no acabar llorando en una esquina de tu casa. Y eso puede ocurrir aunque tu pareja actual no te haya dado motivos para ello.

8. Te inundan los miedos: cuando estás con tu pareja te sientes bien, pero al quedarte a solas, reaparecen los miedos del pasado, la ansiedad y los pensamientos intrusivos. Sólo te ves capaz de sentirte en paz en compañía, como si no fueras capaz de autorregularte por ti misma.

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