PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA
El ser humano es sociable por naturaleza. Necesitamos de las demás personas para ser felices. Gracias a nuestra red social nos sentimos apoyados, queridos, respetados, valorados... son ellos con quienes compartimos nuestros miedos, nuestras alegrías, en quienes nos apoyamos cuando necesitamos ayuda, quienes están ahí si estamos tristes... sí, es importante tener un grupo de amigos o familia alrededor, pero si cuando estás solo, no te sientes bien, aquí hay algo que está fallando.
En una publicación reciente en sus redes sociales, el psicólogo Luis Miguel Real dio su opinión sobre esta cuestión en particular, destacando la importancia de saber estar a solas con uno mismo: «Quedar con tus amigos es genial, pero si no aprendes a estar a solas contigo y a ser capaz de disfrutar de un café (en solitario) porque te apetece, vas a tener una vida muy dura», asegura el experto.
Disfrutar de un día en soledad es algo muy sano, puesto que denota una gran autoestima y amor propio. No, eso no significa que te conviertas en un ermitaño, pero tienes que saber convivir contigo mismo, ya que vas a ser la persona que siempre va a estar ahí para ti. Cultivar tus relaciones sociales es algo muy importante, pero no por ello tienes que estar siempre rodeado de gente para sentirte bien.
«Reírte hasta que te duela la tripa, rajar del curro, inventarte excusas absurdas para justificar otra ronda... todo eso está de lujo, pero si no sabes estar contigo mismo, solo, en silencio, sin que te entre el mono de notificaciones o el síndrome del '¿quién soy si no tengo a nadie alrededor?', tienes un problemita«, señaló el autor de No pienses en un oso verde.
Este experto alerta de la tendencia de muchas personas a llenar su agenda de interminables planes para no tener que escucharse a sí mismo. «Es un escapismo social, como una verbena emocional constante para no quedarse a solas con sus pensamientos. Pero ojo, que ese ruido no es paz. Es solo ruido«, avisa. Y claro, cuando ese ruido termina, porque siempre va a haber algún momento en el que te encuentres a solas, no sabes qué hacer con ese abrumador silencio.
Según Real, esta forma de actuar se denomina el psicología intolerancia al aburrimiento o a la introspección y supone un rechazo absoluto a no hacer nada, simplemente estar contigo mismo. «Por eso hay gente que prefiere un plan de mierda a ningún plan. Por eso a veces se aguanta lo inaguantable en una relación, con tal de no enfrentarse al vacío», continúa explicando.
Aprender a estar solos no es un camino de rosas, pero el beneficio es tan increíble, que merece la pena el esfuerzo. «Quedar con amigos mola. Pero si necesitas a los demás para sentirte completo, vas a tener una vida emocional muy frágil. Aprende a gustarte a ti. A no huir de tus pensamientos«, concluye Luis Miguel Real su publicación en redes sociales.
Si no estás acostumbrado a estar solo va a ser difícil que disfrutes de un paseo de una hora en soledad, sin música, móvil ni ningún tipo de distracción. Lo mejor es empezar poco a poco, acostumbrándote a ti mismo sin presiones de ningún tipo. Puede empezar buscando actividades con las que disfrutes y que puedas hacerlas sin compañía de nadie. Es probable que al principio te sientas raro haciéndolas tú solo, pero poco a poco irás disfrutándolo.
Crea un clima agradable para disfrutar de una cita contigo mismo. Tienes que estar tranquila, sin prisas y disfrutando del momento. Si estás en casa, puedes probar a ponerte ropa cómoda, un poco de música, abrirte una copa de vino o sentarte sobre un cojín a practicar un poco de meditación... y si estás por la calle, planifica tu actividad para disfrutar de un momento agradable contigo mismo.
Pero recuerda que no tienes que cumplir ninguna lista de tareas, no hace falta ser productivo en todo momento. Puedes dedicarte un tiempo a ti misma sin hacer nada de valor y eso no significa que estés perdiendo el tiempo. Y olvídate de lo que estará pensando la gente alrededor al verte sola. ¿Piensan que no tienes amigos por irte a comer tú sola a un restaurante? Los que están vacíos son ellos, no tú. Tú tienes una cita con una de las personas más importantes de tu vida: tú misma.