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¡SOS! Los exnovios contraatacan

Madonna y Sean Penn han dado la campanada con su (posible) nueva oportunidad en el amor. Pero las dudas se disparan. ¿Durarán? ¿Es buena idea volver con un ex? ¿Funcionan ls segundas partes?

Madonna y Sean Penn en 1986 / Cordon Press

SILVIA TORRES Madrid

Cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo aparece el "insistente rumor" -prensa anglosajona dixit- de que Sean Penn y Madonna, divorciados con ruido y aparato eléctrico hace ya 26 años, podrían estar repitiendo su historia de amor. Sean Penn, soltero y abandonado por Charlize Theron, ha sido visto en varios conciertos de la última gira de la cantante entregado a sus pies y luego un paparazzi los ha pillado en romántica actitud en el bar de un hotel Santa Mónica.

Vaya por delante que creo firmemente que volver con un ex es una práctica que perjudica seriamente la salud. De hecho, me propongo abrir una petición en Change.org para que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad abra un registro público de exnovios tóxicos con tendencia al retro-romance. Un servicio público que minimizaría el riesgo de tropezar dos veces con la misma piedra.

Pero llegado a este punto, y si este noticia se confirma, tendría que aceptar que Madonna, con 57 años, y Sean, con 55, han reivindicado el amor caducado como opción romántica para miembros de la misma quinta, después de que ambos hayan probado suerte (y fracasado) con representantes de varias generaciones posteriores, jóvenes y de buen ver.

Los humanos somos máquinas de olvidar y de deformar la realidad.

Tengo un ex que un día tuvo una explosión romántica: "Jamás encontraré a alguien como tú", me dijo. Era Navidad. Yo, que he visto muchas veces Love Actually, creí que me hacía una declaración de amor y corrí a sus brazos. Una vez allí, fui informada de que no, sus palabras no verbalizaban ningún deseo oculto, eran una simple sucesión de sonidos guturales, sin significado alguno. Con el ánimo abatido me fui a Facebook y abrí el grupo "Damnificados por la frase "Jamás encontraré a nadie como tú".

Así descubrí todo el argot empleado por las exparejas para mantener la puerta medio abierta. La masa enfurecida de Facebook empezó a mandar frases equivalentes a la mía: "No te merezco"; "Eres mejor que yo"; "Me pillas en un mal momento... quien sabe si más adelante"... Aprendí que los ex son en realidad cadáveres sentimentales que no deben ser resucitados casi bajo ninguna circunstancia.

Repitiendo errores

A pesar de estar adscrita a esta corriente filosófica, reconozco muy a mi pesar que soy mucho de tirar de agenda. Entiéndanme. De vez en cuando, un ex novio es bueno para tomar una caña y, aun las que tengamos una autoestima fabulosa, nos venimos arriba cuando sabemos que tenemos el banquillo a rebosar. Léase, contamos con una reserva masculina heterosexual disponible para pasar el largo invierno.

El caso es que no sé muy bien por qué un día empecé a sentirme extrañamente cómoda con un ex de los de marchamo de "Nunca mais". Los humanos somos máquinas de olvidar (cuando queremos) y de recordar selectivamente. Puestos a deformar la realidad, somos capaces de convertir una relación mediocre en una historia de amor extraordinaria.

Una década después, estábamos condenados a repetir todos los errores.

Duró hasta que tuve un dejà vu del final abrupto que había tenido el primer capítulo de nuestra historia. Ocurrió después de un largo tira y afloja porque el hombre de mi vida se negaba a cambiar de hora un partido de Play Station con sus amigos. El revival de aquella discusión llegó tras haber descubierto que la agenda de sus videojuegos seguía siendo inamovible... ¡Una década después! Y que estábamos condenados a repetir, uno por uno, todos los errores.

Si Madonna y Sean Penn volvieran y se confirmara que los ex contraatacan, me pido que lo vuelvan a intentar Winona Ryder y Johnny Depp. Una prueba irrefutable de que hay una segunda vida para los ex sería que el capitán Sparrow se pusiera en manos de su tatuador para restaurar aquel mensaje de amor "Winona forever" que, tras la ruptura con la actriz (1993) se quedó reducido a un sarcástico "Wino for ever" (alcohólico para siempre). Eso sí sería un auténtico milagro.

La mirada psicológica

Mariela Michelena (psicoanalista y autora de los libros "Mujeres malqueridas" y "Me cuesta tanto olvidarte"):

  • "A pesar de los años hay gente que mantiene el enganche, sobre todo si la relación ha sido especialmente intensa. Existe cierta dosis de comodidad con alguien a quien ya conocemos y nos conoce. Alguien de nuestra edad no nos obliga a hacer grandes esfuerzos para estar a su altura. Estar con alguien mucho más joven (o mucho mayor) puede tener su gracia pero supone mucha exigencia".

  • "Es un hecho que, si estás disponible, es porque los intentos de emparejarte te han salido mal. Es normal mirar al pasado con nostalgia y preguntarse: ¿Y por qué no?".

  • "Facebook ha abierto la puerta al mundo de los ex. Ahora es más fácil que nunca reencontrarse con el novio del instituto o con aquella pareja que no funcionó entonces pero tal vez ahora sí lo haga".

  • "Si estas historias pueden funcionar es una incógnita. Tampoco se sabe si irá bien una relación nueva. Ambas tienen las mismas posibilidades de fracasar. Lo cierto es que suelen repetirse los errores del pasado porque la gente no cambia".

  • "Entre los puntos a favor, podría decir que son dos personas que ya se conocen, que seguramente ha quedado algo de lo que hubo entre ellos y que es más fácil revivir la pasión. Ambos han tenido otras experiencias y han aprendido. Los años no pasan en vano".

  • "En el caso de Madonna y Sean Penn, creo que podrían estar muy cómodos juntos después de haber tenido otras relaciones. La edad (y el dinero) tienen que dar comodidad. Ya eres quien eres y no es necesario demostrarle nada al otro".

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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