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¿Tu ex es un zombi?

Un día se evaporó y te dejó hablando sola en Whatsapp, pero ahora vuelve a a esparcir sus "inocentes" likes en las redes. ¡Huye, que muerde!

Del ghosting al pasado que regresa (una y otra vez) / D.R.

SILVIA TORRES Madrid

Hoy en día es posible ligar en modo piloto automático. Es fácil conocer a gente, hablar con desconocidos, quedar con extraños... Todo eso y más puede hacerse con más de uno a la vez, sin soltar el teléfono y sin prestar demasiada atención.

Ni vivo ni muerto: el territorio preferido del zombi es el de la indefinición

Pero si se trata de convertir al amante de turno en un fantasma, la tecnología ofrece aún más prestaciones. Puedes bloquear llamadas, silenciar chats o ignorar mensajes. El amor digital se caracteriza por cortes limpios, la mirada al frente... y a otra cosa mariposa. A esta manera quirúrgica de cortar una relación en digital se le llama ghosting (en español diríamos "fantasmear" a alguien), una etiqueta que define el concepto de romper sin que medie palabra y haciendo imposible cualquier tipo de contacto. Es decir, fingir que el otro no existe, convirtiéndolo en un fantasma que, haga lo que haga, será siempre ignorado.

La etiqueta se hizo viral cuando Chalize Theron cortó por lo sano con Sean Penn y no le volvió a coger el teléfono ni a permitirle contactar con ella por vía humana o divina. Entonces se dijo que Charlize había convertido a Sean en un fantasma. Y aunque luego ella negó la mayor, el suceso permitió el nacimiento de un concepto que ya veníamos necesitando. Solo hay que echar un vistazo a los resultados de una encuesta realizada por la app de citas Plenty of Fish. De entre 800 clientes consultados, el 80% reconoció haber roto al menos una relación por el método de evaporación instantánea.

el 80%

de los clientes encuestados de la app de citas Plenty of Fish

Cuando a uno lo convierten en un espectro solo queda una salida digna: aceptar la nueva condición y no insistir. Tarde o temprano el tiempo se encargará de borrar ese trago amargo. Pero ¡ay! En internet siempre hay una nueva oportunidad y algunos amantes perdidos tienen tendencia a salir de su mundo tenebroso para intentarlo.

Nunca sabremos qué los ha hecho volver a la vida, ni cuanto tardarán en regresar de donde vinieron, pero en los tiempos del amor moderno todos sabemos que la pregunta no es si un cadáver romántico va a resucitar, sino cuándo lo va a hacer. El fenómeno es tan frecuente que, cómo no, también tiene una etiqueta en el diccionario de romántico de internet.

Cuando alguien que en su día desapareció repentinamente sin dejar rastro empieza a dar señales de vida, primero en modo tenue -a través de likes en Facebook o en Instagram-, y luego con comentarios sobre el estado del tiempo o con emojis por Whatsapp... es un hecho: el individuo en cuestión se ha convertido en un novio zombi.

Un zombi no está vivo pero tampoco está muerto. No se puede deducir de sus mínimos signos vitales que su intención sea, por ejemplo, reanudar la relación. Además, los zombis no piensan en las consecuencias de sus actos. En general, no piensan demasiado, así que no intentes buscar una lógica en sus apariciones estertóreas. Así es él: un zombi no tiene necesidad de dar explicaciones.

Los expertos reconocen que hay zombis de dos tipos:

  • El "zombi ex", con el que decidiste suspender todo contacto on y off line. Suele regresar de la muerte con un like en tus perfiles de Google o Tumblr que no actualizas desde hace años. No olvides que tiene el encefalograma plano.

  • El "zombi estándar", que un día desapareció de tu vida, no respondió nunca a tus mensajes, te dejó colgada en Whatsapp para siempre y ahora vuelve en forma de comentarios culposos y crípticos. No te confíes, en realidad intenta succionarte los sesos.

Signos vitales intermitentes

Algunos psiquiatras dirán que estamos ante un comportamiento sociópata, dado que al sujeto en modo zombi le da igual que tú ya hayas rehecho tu vida o que te haya atropellado un tren. Sin embargo, es más probable que el zombi, protegido por la pantalla de su teléfono, se crea todopoderoso y no acabe de sentirse responsable de nada . Es una de las consecuencias del llamado "efecto internet": la creencia de que podemos insultar, borrar o reaparecer en la vida de alguien cuando queramos y con total impunidad.

El territorio preferido del zombi es la indefinición: "¿Quién ha dicho que teníamos una relación?"; "Nunca te dije que dejaría de quedar con otras"; "¿Por qué tenía que tener una conversación para cortar si no estábamos saliendo?".

Pero resulta que para protegerse de un zombi hay que identificarlo

Daniel Jones, el editor de la sección Modern Love del diario The New York Times ha estado más de una década observando el comportamiento de los más jóvenes en sus relaciones y ligues on line y, según él, su rasgo más emblemático es la aversión a poner nombres y etiquetas a sus relaciones.

Nadie quiere ponerse límites y prefieren mantener todas las puertas abiertas. Con esto se garantiza que no haya reclamos ni exigencias. Así, si vienen mal dadas, será suficiente con desaparecer y hacer un ghosting. Para Jones, la ausencia de etiquetas es un modo de reducir las expectativas del otro y de preparar la huida.

Una vez que se ha optado por desaparecer, las pequeñas señales de los zombies son una estrategia para quitar importancia al agravio. "No cortar del todo la comunicación con alguien es un modo de decir que lo pasado no es suficientemente grave para merecer un período de duelo y de silencio", explica.

Pero resulta que para protegerse de un zombi, antes que nada, hay que identificarlo y entonces sí son útiles las etiquetas. Nombrar las cosas es el primer paso para encontrar una solución, por eso poner una etiqueta te ayudará a recuperar el control de lo que está pasando.

Cuando un zombi aparezca en la pantalla de tu teléfono recuerda que es un muerto viviente: fíjate si tiene la piel opaca o le falta vocabulario... Si es así, déjalo marchar por donde ha llegado. Y piensa que, finalmente, lo peor de ser atrapada por un zombi no es solo que te muerda sino que, al hacerlo, puedes acabar convirtiéndote en una como él.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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