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Quistes en el ovario: qué son, cuáles son los síntomas y cuál es el tratamiento

Pueden causar dolor pélvico, hinchazón abdominal o incluso infertilidad.

Una mujer, en la consulta del ginecólogo. / GETTY

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

¿Qué son los quistes ováricos? ¿Qué síntomas sufren las personas que padecen el síndrome del ovario poliquístico? El doctor Jan Tesarik, especialista en medicina de la reproducción de la Clínica MARGen, da respuesta a las preguntas más comunes en torno a los quistes en el ovario, para que podamos conocer sus síntomas, su diagnóstico y los posibles tratamientos.

¿Qué es un quiste ovárico?

Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido dentro del ovario o sobre su superficie. Se pueden observar por ecografía. Los quistes que contienen un óvulo se llaman folículos. Los folículos son estructuras normales en los ovarios de mujeres en edad reproductiva y sirven para sostener el desarrollo y la maduración final del óvulo, culminando con la ovulación. Después de la ovulación, el folículo se transforma en un cuerpo luteo. Sin embargo, en algunos casos la ovulación no ocurre, el óvulo desaparece y el folículo se transforma en un quiste que puede persistir más o menos tiempo en el ovario. Si un quiste de origen folicular sigue produciendo hormonas, hablamos de un quiste funcional. Las hormonas producidas por quistes funcionales suelen provocar irregularidades del ciclo menstrual. Además de esto, los quistes pueden causar dolor pélvico, a veces relacionado con periodos menstruales, con el movimiento corporal o con relaciones sexuales, distensión o hinchazón abdominal e infertilidad. Sin embargo, en muchos casos los quistes no causan ninguna molestia y se descubren durante un examen ecográfico realizado por otras razones.

¿Pueden ser malignos los quistes ováricos?

La mayoría de los quistes ováricos son benignos y normalmente desaparecen espontáneamente o con una ligera medicación, por ejemplo con la píldora anticonceptiva. Sin embargo, en algunas ocasiones pueden señalar una enfermedad importante, como por ejemplo endometriosis o cáncer de ovarios. Por lo cual, si un quiste persiste durante un tiempo prolongado o sigue creciendo, la atención médica es aconsejable, incluso si la mujer no tiene molestias importantes.

¿Cuáles son las mejores herramientas para diagnosticar los quistes ováricos?

El método básico para detectar un quiste es la ecografía vaginal. Sin embargo, mediante un examen por ecografía convencional no se puede distinguir fácilmente entre un folículo y un quiste. Recientemente, investigadores de la Universidad de Granada y de la Clínica MARGen de la misma ciudad, liderados por el doctor Jan Tesarik, han desarrollado una técnica, fundada en la ecografía tridimensional computerizada y llamada Foliculoscopia Virtual. Esta nueva técnica permite distinguir entre un quiste y un folículo en la mayoría de los casos.

Otros tipos de exámenes, tales como estudios de flujos sanguíneos, tomografía computerizada o resonancia magnética pueden afinar el diagnóstico. En casos de sospecha de un cáncer ovárico, estos exámenes “imagenológicos” deben ir acompañados por análisis de sangre para buscar marcadores tumorales, como por ejemplo el antígeno CA-125.

¿Cuáles son los síntomas del ovario poliquístico?

En primer lugar, hay que distinguir claramente entre un solo quiste de ovario y la presencia de múltiples quistes, típicos de ovario poliquístico. A la diferencia de un quiste solitario, ovarios poliquísticos suelen causar ciertos síntomas que pueden despertar la sospecha. Se trata sobre todo de uno o varios síntomas, como periodos muy fuertes o irregulares, aumento de peso, acné, exceso de vello en el rostro, pecho, abdomen, área del pezón o espalda, pérdida de pelo en la cabeza, hipertensión, colesterol alto, diabetes, signos precoces de la pubertad e infertilidad. La aparición de cualquiera de estos síntomas tendría que llevar a un examen ginecológico para detectar los ovarios poliquísticos en una fase temprana de su desarrollo, cuando el tratamiento es más sencillo y eficaz.

Una publicación reciente ha descrito también una relación entre ovarios poliquísticos y ciertos problemas de salud mental, incluyendo depresión, ansiedad, trastorno bipolar y trastornos de la alimentación.

¿Existe un perfil de mujer con más probabilidad de padecer síndrome de ovario poliquístico?

Las hijas nacidas de madres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) tienen más probabilidad de desarrollar la misma patología. Sin embargo, no hay unanimidad en cuanto al mecanismo de esta asociación. Mientras que existen pruebas de que una anomalía genética puede ser la causa del SOP, transmisible de la madre a la hija, otros estudios indican que existen también otros mecanismos, sin componente genético. De hecho, una simple exposición de un feto del sexo femenino al ambiente intrauterino de la madre con ovarios poliquísticos puede reprogramar el sistema endocrino de la hija por nacer, favoreciendo el desarrollo posterior del síndrome. En ambos escenarios, el actor central de la patogénesis del SOP reside en la hipófisis (glándula pituitaria), una glándula endocrina situada en la base del cráneo y encargada de regular la función de otras glándulas del sistema endocrino, incluidos los ovarios. En concreto, se trata del receptor de la hormona liberadora de gonadotropinas, llamada también GnRH (de su nombre inglés “Gonadotropin Releasing Hormone”) y secretada por neuronas del hipotálamo, una parte de cerebro adyacente a la hipófisis. El equipo del doctor Tesarik ha publicado en la revista científica Journal of Gynecology and Women’s Health, datos que demuestran que anomalías en la función del receptor para GnRH se pueden detectar en mujeres jóvenes con ciertos rasgos de ovarios poliquísticos incluso antes del desarrollo definitivo del SOP. Este descubrimiento abre la vía a métodos diagnósticos y terapéuticos para tratar el SOP en una fase temprana, antes de la aparición de sus primeros síntomas.

¿Cuál es el tratamiento previsto para una mujer con el síndrome del ovario poliquístico?

En actualidad no se puede tratar la causa del SOP. Sólo se pueden aliviar los síntomas más molestos. En cuanto a tratamientos medicamentosos, se pueden utilizar antiandrógenos en casos con hiperproducción de hormonas masculinas, anticonceptivos orales para frenar la producción de nuevos quistes, y fármacos sensibilizantes a la insulina, si existe una tendencia al desarrollo de diabetes. Medidas para reducir el peso corporal pueden corregir hipertensión, colesterol alto y la tendencia a padecer enfermedades cardiovasculares. En casos de falta de ovulación, una condición bastante frecuente en el SOP, se necesitarán tratamientos hormonales específicos. Se espera que los nuevos avances en el conocimiento de los mecanismos detrás del desarrollo del SOP permitirán el desarrollo, en un futuro no lejano, de métodos terapéuticos más específicos que podrán corregir las causas primarias del SOP más bien que sus múltiples consecuencias.

¿En qué casos es necesario una intervención quirúrgica?

Es una opción utilizada relativamente poco frecuentemente. Dado el carácter invasivo de este procedimiento, es importante reservarlo para casos muy específicos. Se puede utilizar una resección cuneiforme de la corteza ovárica para eliminar una parte de los quistes productores del exceso de andrógenos. Algunas mujeres recuperan las ovulaciones durante un período prolongado después de esta intervención, pero otras vuelven a sufrir ciclos anovulatorios tras unos pocos meses. Otra técnica quirúrgica, conocida como electropunción ovárica o "drilling" ovárico, es menos traumática y parece incluso más efectiva que la resección cuneiforme. Se trata de realizar múltiples perforaciones en la superficie ovárica mediante un bisturí eléctrico o un láser para estimular la ovulación espontánea. Ambas pueden potenciar los efectos de tratamientos hormonales en casos resistentes.

¿Existe relación entre la obesidad y el ovario poliquístico?

Aunque la obesidad no parece ser una causa primaria del SOP, ambas condiciones están frecuentemente asociadas, aunque mujeres con índice de masa corporal normal también pueden sufrir el síndrome. La hiperproducción de hormonas masculinas ( andrógenos) por los ovarios poliquísticos aumentan la resistencia de músculos y de células del tejido adiposo a la acción de la insulina, lo que disminuye la "quema" de azúcares en los músculos y su transformación en grasa. Se trata de un círculo vicioso porque la resistencia a la insulina, ella misma, desequilibra la síntesis de hormonas en los ovarios a favor de los andrógenos y, al mismo tiempo, potencia sus efectos disminuyendo la secreción de SHBG (Sex Hormone Binding Globulin), una proteína sérica producida en el hígado, que se une a los andrógenos circulando en la sangre frenando sus efectos en las células diana. Consecuentemente, una ruptura de este círculo vicioso, sea mediante fármacos antiandrógenos o sensibilizantes a la insulina, mejora la sintomatología del SOP.

¿Impide ser madre tener un ovario poliquístico¿

El ovario poliquístico disminuye la probabilidad de ser madre en la medida en que reduce la frecuencia de ovulaciones de la mujer. En algunos casos la ovulación no ocurre casi nunca a pesar de la presencia de ciclos menstruales más o menos regulares. Incluso los ciclos menstruales relativamente regulares no significan que la ovulación se haya producido. La ovulación se puede detectar por métodos relativamente simples, por ejemplo midiendo la temperatura basal a lo largo del ciclo menstrual. Sin embargo, sólo un médico puede determinar con precisión la ausencia de la ovulación y el procedimiento a seguir para normalizar la situación. En caso de quedar embarazada, espontáneamente o por reproducción asistida, una mujer con el SOP tiene un mayor riesgo de complicaciones, básicamente relacionadas con el sobrepeso, hipertensión, hipercolesterolemia y la resistencia a la insulina.

¿Se relaciona el síndrome del ovario poliquístico con el cáncer de ovario?

No se ha demostrado relación alguna entre el SOP y el cáncer de ovario. Por otro lado el SOP sí que aumenta el riesgo del cáncer de endometrio (revestimiento interno de la cavidad uterina). Todos los tratamientos sintomáticos del SOP mencionados previamente disminuyen este riesgo. Curiosamente, el riesgo del cáncer de endometrio es también menor en mujeres fumadoras. No hay mal que por bien no venga.

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