santander womennow
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Tamara Rojo ha participado en Santander WomenNOW en una conversación con Ixone Díaz, redactora de Mujerhoy y coordinadora del congreso, donde ha reflexionado sobre el liderazgo femenino en el ámbito de la cultura y las artes escénicas. Nombrada directora artística del Ballet de San Francisco a finales de 2022, se convirtió en la primera mujer en dirigir la compañía desde su fundación en 1933. Con ella llegó un cambio cultural: su antecesor, Helgi Tomasson, ocupó el cargo durante 37 años e impuso una férrea organización vertical.
«Yo, en cambio, necesito colaborar, que me digan cuando me equivoco. Al principio hubo mucho miedo y generar esa confianza ha sido lo más difícil», ha reflexionado Tamara Rojo en este foro sobre liderazgo femenino. Al año de llegar, recibió un respaldo inesperado: una donación histórica de 60 millones de dólares, la más alta en la historia del ballet, que respalda su visión artística y, sobre todo, permite asumir riesgos en un contexto global cada vez más adverso para las disciplinas escénicas.
Durante el encuentro, Rojo ha compartido también su experiencia al frente del English National Ballet, donde estuvo casi una década y donde también lideró una transformación profunda. Bajo su dirección, la compañía integró creaciones contemporáneas, fortaleció su proyección internacional y apostó por una política activa de accesibilidad y diversidad. «En diez años transformamos todo», recordó. Llegó a la institución cuando su continuidad estaba en entredicho. «Fue la primera compañía con la que bailé en Inglaterra y creía profundamente en ella. Para muchos niños era la única oportunidad de ver un ballet en vivo. Era una ventana al mundo de las artes escénicas». Y con su liderazgo, consiguió insuflar una nueva vida al National Ballet.
En Santander WomenNOW, la coreógrafa y exbailarina defendió también su trayectoria como intérprete. Criada en Madrid, ha bailado los grandes papeles del repertorio clásico en compañías como el Ballet Nacional de Escocia, el English National Ballet o el Royal Ballet de Londres. Su carrera ha sido reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, dos premios Olivier y la Medalla de Oro de las Artes del Kennedy Center por citar sólo algunos. «En el mundo del ballet se dice que se muere dos veces. La primera, el día que cuelgas las zapatillas», ha confesado. Sin embargo, aseguró que el final de su carrera sobre los escenarios no le resultó traumático. «Estaba emocionada. Lo disfruté mucho. Me despedí con Giselle, una obra que había revolucionado la danza. Lo hice en París. Todo tenía sentido».
Lo complejo vino después. Le ha costado dos años darse cuenta de cuánto echa de menos transformarse en otros personajes. «Los bailarines no solemos ser buenos expresando nuestras emociones verbalmente. Lo hacemos físicamente. Y me he dado cuenta de que no he tenido tiempo de procesarlas», explicó. Hace poco, tras preguntarse qué era lo que más añoraba, logró identificarlo. «Vivir muchas vidas ha sido parte de mi existencia durante 40 años. Y de repente, soy solo yo».
Establecida en California, Rojo ha buscado también integrarse en el ecosistema tecnológico del entorno. En lugar de mirar con desconfianza la Inteligencia Artificial, ha optado por acercarse a quienes la desarrollan. «Estoy en contacto activo con diseñadores, empresas, ingenieros… Les pregunto cómo usar esa tecnología para llegar a más gente con nuestro arte y nuestra humanidad. Hay miedo, y está justificado. Pero solo se puede manejar si somos parte de la conversación», reflexionaba en su conversación con la periodista Ixone Díaz.
A nivel personal, afirmó haber disfrutado más de su carrera a partir de los 40. «Me liberé de la opinión de los demás. Ya no me importa lo que diga un crítico o cómo salgo en las fotos. Sólo me importa mi integridad y el público». También ha querido romper tabúes en torno a la maternidad en la danza. Tras ser madre, volvió a bailar para demostrar que era posible. «Las bailarinas que eran madres eran las mejores. Porque ser artista es exponer la humanidad. Y cuantas más experiencias tienes, mejor artista eres». Además, subrayó, son más eficientes: «Llegan con todo preparado. No tienen tiempo que perder». Su objetivo fue demostrar que una institución artística puede ser flexible para acomodar la maternidad y la paternidad sin renunciar a la excelencia.
Al final de la conversación, Tamara Rojo reflexionó sobre el papel del arte en un mundo polarizado. «Desde el teatro griego seguimos representando Medea porque habla de lo humano. Las artes escénicas nos ayudan a entendernos a nosotros mismos y a los demás. Nos enseñan a tener un poco más de caridad con la condición humana. Precisamente en momentos de tensión política, lo mejor que podemos hacer es representarlo en escena». ¿Y sigue bailando en la intimidad? No. «El día que dejé los escenarios intenté hacer una barra de ballet… y no le vi el significado».
Consolidado como el congreso sobre liderazgo femenino más importante de Europa, Santander WomenNOW es un summit internacional anual por el que ya han pasado más de 200 ponentes de referencia y que ha superado los tres millones de reproducciones de sus conferencias, entrevistas y mesas redondas.
En su séptima edición, el foro cuenta con el apoyo de Banco Santander como Global Partner y el patrocinio de Iberia, L'Oréal Paris, Moeve, Roberto Verino, Evolus, Multiópticas, Bodegas José Pariente y CUNEF.
El congreso, celebrado en el auditorio El Beatriz de Madrid, se retransmite en directo a través de streaming en mujerhoy.com y en todos los diarios del grupo Vocento, incluidos abc.es, elcorreo.com, diariovasco.com, diariosur.es y lasprovincias.es. Las intervenciones también pueden seguirse en diferido en congreso.womennow.es.