Jennifer Lawrence se reconcilia con el desnudo en su nuevo filme

Dicen que con esta película Jennifer Lawrence ha salido totalmente de su zona de confort. “Red Sparrow” cuenta el reclutamiento forzado de una joven rusa, Dominika Egorova, en el servicio de seguridad ruso. Efectivamente: la entrenan para ser espía de altos vuelos. Pero no una espía convencional, sino una que utiliza su cuerpo y su capacidad de seducción como su principal arma. La película gira alrededor de una trama en la que abunda el sexo, la violencia y la manipulación psicológica.

No es nada habitual que Jennifer Lawrence acepte papeles que implican tanta exposición del cuerpo desnudo: ella siempre ha utilizado dobles de cuerpo o limitado al mínimo la piel que enseña. Sin embargo, este proyecto le ha permitido darle un giro de 360 grados a su consideración sobre este asunto de la desnudez, sobre todo después del 'hackeo' que en 2014 volcó en la red fotos personales en las que aparecía sin ropa.

“Tuve que pensármelo muy bien antes de decir sí a la película, obviamente”, ha explicado Jennifer Lawrence. “Durante el rodaje, todo el mundo se aseguró de que me encontrara lo más cómoda posible, y al final lograron que me sintiera igual que si fuera vestida. Al final, casi me tuvieron que pedir que me volviera a vestir. Me di cuenta también de lo importante que es el consentimiento: no es lo mismo que te roben algo que no quieres dar, que consentir en ello. Esta vez la desnudez me ha hecho sentir muy poderosa. Lo que me quitaron una vez, lo he recuperado y lo he usado a favor de mi arte”.