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Las nuevas reglas del rostro limpio

Si hay un paso en tu rutina de belleza que nunca te debes saltar es la limpieza. Y aunque parezca sencillo, no siempre lo hacemos bien. Descubre todos los secretos de una piel libre de impurezas.

Una mujer, con un maquillaje natural, tras haberse limpiado bien el rostro. / gtres

C. URANGA

Si te has dejado imbuir por el espíritu asiático, a esta horas ya sabes que las japonesas y las coreanas se toman muy en serio el paso número uno de cualquier rutina beauty: la limpieza del rostro. Tanto es así que incluso utilizan más de un producto y (hasta cuatro) varias pruebas del algodón para llegar a un único objetivo: una piel limpia e impoluta.

Y como casi siempre, las asiáticas tienen razón en una cosa: librarte de impurezas, suciedad y bacterias es la base para lucir un rostro radiante y feliz. Pero hay otras formas de abordar la limpieza y el desmaquillado. A continuación, te las detallamos una a una.

La apuesta asiática: Le soin Noir Rituel de Nettoyage, de Givenchy (109,50 €). Cleansing Crème aux 7 herbes (27 €) y esponja de konjac (9,50 €), de Erborian. En Sephora. / D.R.

Formas de limpiar tu rostro:

  • La apuesta asiática: Las japonesas nos han enseñado que el masaje kobido estimula los nervios faciales y es la mejor forma de eliminar impurezas. Las coreanas, por su parte, nos han descubierto las esponjas de konjac, capaces de una exfoliación muy liberadora.

  • Especial para tu mirada: La máscara y el eyeliner son los productos más difíciles de eliminar de un maquillaje. Y si además son waterproof, la complicación aumenta. Para hacerlo en profundidad necesitas productos específicos y bifásicos. Estos últimos son una mezcla de agua floral y aceite limpiador, que hay que agitar siempre antes de usar para que se formen unas burbujas con doble poder purificador.

  • Bálsamos: nivel de agresión cero: Son emolientes, con fórmulas nutritivas que se transforman sobre la piel y que recrean el más puro hedonismo en lo más frío del invierno. Se masajean con suavidad (mejor con movimientos circulares y sin apretar) y son capaces de arrastrar la suciedad con nivel de agresión cero.

  • ¿Poros? Busca el efecto peeling: Si tu obsesión son los poros, lo que necesitas es un limpiador que sea a la vez exfoliante. Y que no solo consiga sacar toda la suciedad acumulada en su interior: ha de contener activos reductores, como el ácido salicílico o el extracto de lenteja, para que consigan disminuir su tamaño una vez estén limpios.

  • Espumas para pieles sensibles: Aunque el hecho de que haga espuma te da esa seguridad de limpieza de toda la vida, en realidad estos productos no contienen jabones, sino bases muy suaves de origen natural que no irritan la piel y que incluso son capaces de neutralizar los efectos desecantes del agua excesivamente calcárea.

  • Agua micelares: en tiempo récord: Su potencia de acción se basa en las micelas, unas moléculas diminutas con forma de burbujas que actúan como imanes: atraen la suciedad, que se queda pegada a ellas. Lo mejor es que no necesitas frotar: con apretar ligeramente el algodón empapado en el producto contra la piel es suficiente.

  • Leches, protección y delicadeza: Están pensadas para pieles secas y sensibles porque contienen una base de aceites suaves que disuelven el maquillaje y arrastran la suciedad sin desequilibrar la barrera lipídica de la piel.

  • Aceites para tareas difíciles: Los aceites lo disuelven casi todo. Y lo hacen sin causar irritaciones y con un extra de nutrición para la piel. La forma correcta de usarlos implica un ligero masaje circular en la zona que quieres desmaquillar (son perfectos para eliminar la barra de labios) y luego retirarlo con un algodón ligeramente impregnado de aceite sin frotar.

Todos sabemos lavarnos la cara, ¿no? Pues te vas a sorprender de las cosas que, probablemente, estás haciendo mal.

  1. 1

    Agua muy caliente, jamás. No limpia mejor porque esté ardiendo. Además de agredir la estructura de tu piel, puede acabar en un enrojecimiento innecesario y flacidez. Mejor, templada.

  2. 2

    Mañanas sin jabón. Durante la noche, tu piel produce lípidos regenerantes que ayudan a que los poros se libren de la suciedad acumulada. Pero también sirven para equilibrar la piel. Por eso no hace falta que trates esa grasa mañanera como si fuera el demonio de Tasmania. Es preferible que utilices agua tibia y un limpiador suave, pero nada de jabón.

  3. 3

    No te restriegues con la toalla. La forma correcta de secar el rostro no pasa por frotar como si fuera la lámpara de Aladino. Hay que hacerlo con toquecitos suaves. Y nunca uses la misma toalla para las manos y la cara.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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