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Hope Solo, la oscura vida de una leyenda que busca en Río 2016 su tercer oro olímpico

La portera de la selección de Estados Unidos de fútbol tiene una vida con la que podría hacerce un buen guión en Hollywood.

Hope Solo antes de uno de los partidos de la fase de grupos de estos Juegos Olímpícos. / getty.

Anita Guerra
ANITA GUERRA

El pasado 9 de julio pasó de ser la mejor portera de fútbol de todos los tiempos a ser una leyenda. Y eso que comenzó a ponerse bajo palos a los 15 años, porque al principio de su carrera desempeñaba funciones de delantera. Hope Solo conseguía mantener su portería a cero en un partido amistoso contra Sudáfrica celebrado en Chicago alcanzando los cien partidos defendiendo a su selección sin encajar ni un gol. Se convertía en la primera en hacerlo. Para que se hagan una idea, en el ámbito masculino tan solo lo ha conseguido Iker Casillas. Figuras como Gianluigi Buffon y Oliver Kahn no lo han logrado.

Hope es, sin duda, uno de los grandes nombres de este deporte de todos los tiempos. Pero ha tenido la ‘mala suerte’ de nacer mujer y desempeñar su tarea en un campo que, a pesar de avanzar en el terreno de la igualdad de género, sigue desprendiendo un tufillo a machismo del que no somos capaces de desprendernos.

Tanto que, a menudo, Solo llama más la atención por las campañas publicitarias que realiza y los posados en los que hace gala de un físico escultural. Tanto como para ser una de las víctimas del famoso celebgate, esa filtración de fotos subidas de tono entre las que se encontraban nombres como el de Jennifer Lawrence.

En un ‘vis a vis’

Pero la vida de Solo, que ya está en cuartos de final en Río, sus terceros Juegos Olímpicos –tiene en casa ya dos medallas de oro, las de Pekín 2008 y Londres 2012–, no comenzó con tanto brillo y laurel como apreciamos tras una carrera con un palmarés envidiable. Nacida en Washington el 30 de julio de 1981, su padre era un excombatiente de la guerra de Vietnam y su madre una mujer con serios problemas de alcoholismo y, tal y como ella relata en su autobiografía, 'Solo: a memory of Hope', fue concebida en la cárcel durante una visita de su madre a su progenitor.

Tras el secuetro, su padres les abandonó en un banco en Seattle

Sus padres se divorciaron siendo ella una niña y, a los seis años, con la excusa de llevarles de vacaciones, su padre secuestró a Hope y a su hermano. Días después, la policía los encontraba abandonados en un banco en Seattle y les devolvía con su madre. Desde entonces, los contactos con su padre fueron pocos hasta su muerte por una enfermedad coronaria en 2007. Sin embargo, como él fue quien le introdujo la pasión por el fútbol, tiene sentimientos encontrados y, en varias ocasiones, ha recordado que, cada vez que consigue una de las muchas metas que ha atravesado en su carrera, se acuerda de él.

Relación tóxica

Quizá por las dificultades de sus primeros años y por lo que vio en su casa, Solo desarrolló un carácter fuerte que, a menudo, la ha llevado al límite. Agresiva cuando se queda sin argumentos, ha llegado a ser apartada del equipo nacional por amenazas y agresiones a sus compañeras. El capítulo más oscuro que le ha llevado a vivir esa agresividad lo experimentó en 2014. Entonces fue acusada de un delito de presunta violencia doméstica por haber agredido a su hermana y a su sobrino, en aquel momento menor de edad.

Pero también ha padecido los abusos físicos en su cuerpo. Su relación con el que es su marido desde 2012 no es más sencilla que todo el embrollo que supuso crecer en un hogar desestructurado. Días antes de su boda, Jerramy Stevens, su hoy marido, la pegó en medio de una discusión por el lugar donde iban a establecer su residencia tras el ‘sí, quiero’, pero ella no denunció. A principios de 2015, este ‘angelito’, con cargos por posesión de marihuana y asalto y agresión sexual, fue detenido por conducir borracho. Ella iba en igual estado de embriaguez y le dio por pegar a los agentes. El agravante es que se encontraba concentrada con la selección de Estados Unidos y fue suspendida durante un mes.

Una muestra más de que a pesar de vivir en la excelencia deportiva, su vida ha estado llena de relaciones tóxicas que pueden ser las que le motivan a la hora de saltar al césped.

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