Javier Hernanz, el piragüista-modelo a la sombra de Mireia Belmonte, su novia

"Ya nos parecía que iba todo demasiado bien. Dos horas después de llegar seguimos tirados en la parada del autobús esperando para ir a la villa". Javier Hernanz (Arriondas, Asturias, 1 de febrero de 1983) escribía este mensaje en su cuenta de Twitter nada más aterrizar en Río de Janeiro. Pero no era una demora más.

El piragüista español llegaba a la ciudad brasileña con poco tiempo de margen entre el aterrizaje y una de las citas más importantes para él en los Juegos -al margen de su propia competición, que tendrá lugar el próximo viernes, 19 de agosto-: la final de los 200 metros mariposa.

Allí tenía que jugarse la medalla su chica: Mireia Belmonte. Y llegó por los pelos, pero llegó. Justo a tiempo para ver esa impresionante carrera a nado que ya es historia de nuestro deporte y que consiguió emocionar a Javier.

Eclipsado por su pareja, Hernanz es otra de nuestras bazas en el agua, pero en piragua. Él es el hombre en el que confía nuestra nadadora más importante de todos los tiempos, la encargada en dos Juegos en abrir el medallero español y demostrar al mundo que el esfuerzo te puede llevar a la gloria.

Desde hace dos años, Javi y Mireia forman l a pareja olímpica más famosa de nuestra delegación -no la única, aquí la muestra-. Ese es el tiempo que llevan juntos. Él ha confesado en alguna ocasión que se ven dos veces al mes, porque la vida del deportista de elite a ese nivel no deja tiempo para un margen de maniobra mayor.

Bueno, ni eso ni el resto de actividades que desarolla Hernanz. Entre entrenamiento y entrenamiento y ese par de viajes mensuales para atender su relación sentimental, se dedica a estudiar Derecho, a hacer sus pinitos como modelo y a echar una mano en el negocio familiar: una pastelería en su localidad natal.

Eso no es todo, porque Javier, además, es Policía Nacional en la comisaría de Gijón, puesto que ocupa desde que aprobara la oposición hace 8 años. Eso sí, ha pedido una excedencia para poder preparar la cita olímpica con el rigor que precisa.

Hernanz compite en los Juegos desde antes que el nombre de su chica saltara a la palestra, solo que su palmarés no cuenta con ninguno de esos metales tan codiciados. Para él son sus terceros Juegos, aunque parece que esta vez es la primera en la que confía en poder llegar a lo más alto.

¿Será verdad eso de que todo se pega? No podemos afirmarlo, pero el tiene más que claro que estar junto a Mireia es una motivación extra a la hora de afrontar sus retos deportivos.

Así es Javier, mucho más que el novio de Mireia. Y mucho más que ese 'guaperas' al que vimos, por ejemplo, en la campaña de Löewe.