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“Es un premio que da alegría pero despierta nostalgia”

Una fuerte personalidad y el ansia de libertad se esconden tras la elegancia de una mujer considerada "la artista más completa de la historia de España". Ganadora del Goya Honorífico, culmina en plena forma sus 50 años en el cine español.

La cantante y actriz Ana Belén ha recibido el Goya Honorífico en la edición 31 de los Premios de la Academia de Cine español. / gtres

ANTONIO ALBERT

Sus nervios el 4 de febrero no serán por saber si gana o si pierde, sino por la alegría y orgullo de saber que sus compañeros están con ella: "Este premio es la manera de decirme que me quieren, y eso es lo que más me emociona: sentirme parte de la familia de cine, saber que piensan en mí", reconoció ante Yvonne Blake, presidenta de la Academia del Cine Español. La Junta Directiva ha destacado que el premio –concedido por unanimidad– reconoce a "una intérprete que es referente de muchas generaciones y sigue siendo rostro y voz imprescindible de nuestra cinematografía".

Ana Belén es, además, Caballero de la Orden de las Artes y Letras francesas , y tiene la Medalla de Oro de la Academia (1995) y la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes (2007). Emocionada por el reconocimiento, ha dado pistas de por dónde irá su discurso, más cerca "de toda la gente que me ha ayudado a lo largo de mi vida" que de un guiño político a lo Meryl Streep.

"No estoy en la misma situación que ella, hablando de la libertad de prensa, tan denostada por Trump. Además, hasta ahora los actores allí se habían mostrado tibios y su discurso me ha parecido valiente, elegante y rotundo". A pesar de tener tres nominaciones como actriz y otra como directora novel, ha reconocido que su entrega al cine es una labor que hace por amor. Ahora, en plenos ensayos para una nueva gira por Latinoamérica, hace un alto para confesarnos su emoción.

  • Corazón Ya falta menos para la entrega. ¿Más nerviosa o más serena que antes? Ana Belén Mucho más nerviosa. Ya llevo unos días así. Me siento abrumada porque recibir este premio también conlleva una responsabilidad: estar a la altura del cariño que te han mostrado tus compañeros, hacer un discurso... Y quiero disfrutar del momento, no quiero que los nervios me atenacen. Quiero reír, llorar… Soy de vivir intensamente cada instante, y éste quiero disfrutarlo a gusto.

  • C. Un premio a toda una carrera se agradece de manera diferente. Los recuerdos pesan más, ¿no? A.B. Indudablemente. Ahora pesan más las ausencias que las presencias. Porque echas la vista atrás y te das cuenta de cuánto, y a cuántos, has perdido. Es un premio que da alegría pero también despierta la nostalgia: querrías compartirlo con todos aquellos que han permitido que esté aquí… Familia, amigos, maestros. Y ya no están. Son ausencias importantes para mí. A ellos van a ir mis pensamientos y mis palabras esta noche.

  • C. También es momento de hacer balance. ¿Piensa más en lo que ha hecho o en lo que le queda por hacer? A.B. Soy muy poco dada a mirar hacia el pasado. Como suele decirse: ‘Para atrás, ni para coger impulso’. Tampoco soy muy consciente de lo que he hecho: está hecho y punto. Otra cosa es mantener una referencia, seguir con el aprendizaje vital, usar esa experiencia para ser la mejor versión de una misma. Soy más de vivir el presente y, sobre todo, de ser consciente de ese presente: me encanta despertar cada mañana, sentirme viva, con energía y salud, y saber que eso es lo realmente importante.

  • C. ¿Usted recuerda más los éxitos o los fracasos? A.B. A partes iguales. Tampoco soy de regodearme en los éxitos. Y el fracaso es esencial para crecer. Aunque también he aprendido que esos conceptos son relativos. A veces me pasa cuando veo trabajos de hace años y en los que me recordaba fatal, y de pronto me digo, pues no estoy tan mal… En otros casos me pasa al contrario. Lo cierto es que la memoria nos engaña, hace esas jugadas y distorsiona nuestra percepción de la vida. Pero no me cuesta nada reconocer mis errores, no me empecino en tener razón y creer que todo está bien. No tengo conmiseración conmigo. Soy mi peor crítica... o la mejor, según se mire.

  • C. Solo cinco mujeres han obtenido este Goya Honorífico en 31 años. ¿El papel de la mujer en nuestro cine sigue siendo poco reconocido? A.B. Sigue siendo una industria marcadamente dominada por los hombres, como en tantas otras facetas de nuestra sociedad. Y eso que las cosas han cambiado mucho desde que comencé. En aquellos años solo había mujeres en departamentos ‘femeninos’, como peluquería y maquillaje, en montaje o como script… Era un erial. Todo cambió con la llegada de las mujeres al guión o la dirección, como Ana Mariscal, Josefina Molina o Pilar Miró.

  • C. ¿Y se nota la mano de una mujer? A.B. Desde luego. Tuve la suerte de trabajar con Pilar Miró en su primera película ('La petición', 1976). Me sorprendió su manera de trabajar, con otra sensibilidad, otra mirada… Las mujeres tenemos mucho que aportar.

  • C. Cuéntenos un recuerdo que le haya marcado profundamente… A.B. Nunca olvidaré cuando llegué a París después de mayo del 68. Yo iba a rodar con Roberto Bodegas 'Españolas en París', y de pronto me encontré en una manifestación. Ya ni recuerdo de qué era, lo que aun recuerdo vívidamente era mi corazón bombeando, las carreras… Por una parte el miedo pero por otra, la emoción de descubrir la libertad. En ese instante fui realmente consciente de la diferencia de vivir en una democracia.

  • C. ¿Qué papel ha tenido la familia en su vida? A.B. Ha sido esencial, clave. Tengo esta familia porque la he buscado. Tengo el hombre que quiero y dos hijos maravillosos que hemos educado para que fueran mejores que nosotros. Hablamos el mismo lenguaje, compartimos pasiones, nos entendemos y nos amamos. He trabajado mucho para conseguirla pero he tenido mucha suerte también. Con ellos y con la familia que me tocó. El modelo que fueron mis padres, la complicidad con mis hermanos…

  • C. ¿Le cuesta asumir que es abuela? A.B. Para nada. Estoy encantada. Y son monísimos. Puedo hacer lo que hacen todas las abuelas, malcriarlos, porque a mis hijos los eduqué con sus normas, pero con mis nietos ya puedo permitirme ciertas licencias.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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