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Como ya nos imaginamos, no vamos a alimentarnos de la misma manera a la hora de practicar yoga como de seguir un entrenamiento de pesas. Cada ejercicio pide unos nutrientes diferentes y en unas cantidades proporcionales a la energía empleada en cada ejercicio. Busca tu deporte y entrenamiento favorito y adapta tu alimentación, tanto antes como después de practicar ejercicio.
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Antes de practiar running hay que desayunar. No podemos empezar este tipo de entrenamiento con el estómago vacío. Aunque tampoco vamos a igerir alimentos pesados que nos ralenticen la carrera y perjudiquemos así la digestión. Un café y una tostada de aguacate es la mejor elección para sacar el máximo rendimiento a tu entrenamiento. Después toca reponer fuerzas con proteínas, un plato de salmón con unas verduras de acompañamiento y para terminar pondremos el toque dulce con un smoothie de papaya.
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Practicar yoga a primera hora de la mañana tiene mayores efectos que practicarla a medio día (por normal general) así que podremos tomar agua, agua con limón o agua de coco antes de nuestra práctica. Después ya podremos preparernos un desayuno a corde: smoothie verde de aguacate y unos crudités son la ginda final para este estilo de vida.
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Si te has aficionado al entrenamiento en intervalos de alta intensidad (Hiit), tienes que cambiar tu alimentación y basar el desayuno pre-entrenamiento con cereales como avena y frutos secos. Para después necesitas proteínas que encontrarás en huevos cocidos. y la mezcla perfecta de carbohidratos y proteínas lo encontrarás en la quinoa.
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Si te gusta más el entrenamiento indoor como ejercicios con pesas necesitarás energía desde primera hora de la mañana. Medio plátano y tostadas con crema de cacahuete es la mejor opción. Para después refréscate con agua de coco o un smoothie de arándanos para aprovecharte de los antioxidantes que te ofrecen estos frutos.
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