Juego de reinas

Los reyes caen como moscas en Juego de tronos: legítimos, exiliados o autoproclamados, la serie ha asesinado, al menos, a uno por temporada. Las reinas, con unas tasas de supervivencia más aceptables (solo tres bajas: Margaery Tyrell, Selyse Baratheon y Talisa Stark), se han convertido en el corazón de casi todas las tramas. En la séptima temporada (desde el 17 de julio, en HBO y Movistar+), ellas deciden el futuro de los Siete Reinos... y son las principales candidatas a sentarse en el anhelado Trono de Hierro.

Su trayectoria. Empezó la serie como ingenua princesa desharrapada, vendida por su sádico hermano a un líder dothraki con pinta de tener la mano más bien larga. Y, desde entonces, se las ha apañado la mar de bien. Enamoró a su marido y lo perdió (junto con el hijo que esperaban), pero se hizo con tres dragones a cambio y su carácter regio se forjó en una larga travesía (literal) por el desierto. En esta temporada, la khaleesi llega a Rocadragón, hogar de sus ancestros, en una posición envidiable, rodeada de aliados y decidida a reconquistar Poniente. Sabemos ya que empezará atacando Roca Casterly, la fortaleza de sus archienemigos Lannister.

¿Será ella? No sabemos si llegará a sentarse en el trono, pero no le faltan ni legitimidad ni cualidades. Por ejemplo, su adaptabilidad a las circunstancias -ha salido fortalecida de cada revés del destino- o su talento natural para ganarse el cariño de sus súbditos. En su contra juegan su juventud y su carácter enamoradizo. Aunque, recordemos, en un simbólico gesto dejó atrás a su amante, Daario, antes de cruzar el mar dispuesta a dar guerra.

Su trayectoria. Creyó que su momento había llegado cuando su marido, el rey, murió (con un poquito de ayuda por su parte) y se convirtió en regente. Pero la ambición le pudo y jugó muy mal sus cartas. Perdió, uno a uno, a todos sus hijos y fue depuesta y humillada públicamente. Eso sí, cuando la creíamos derrotada demostró su astucia eliminando a todos sus enemigos de un plumazo de fuego valyrio. Pero los Lannister han perdido a casi todos sus aliados en el proceso y necesitan otros nuevos. En esta temporada, al parecer, Euron Greyjoy se unirá a ellos (y en especial, se dice, a la reina), mientras el romance entre Cersei y su hermano Jaime hace aguas.

¿Será ella? Como buena gata escaldada, es de esperar que veamos a una Cersei más astuta y menos esclava de sus pasiones, algo que la ayudará a conservar el trono. Pero estará más sola que nunca. Y sin hijos ni amante por los que luchar, solo le queda la ambición. ¿Será alimento suficiente para Cersei?

Su trayectoria. Los dioses concedieron a la chica florero de Juego de tronos lo que quería (un príncipe rubio como prometido) solo para convertirlo en una sangrienta pesadilla. Casada (dos veces) a la fuerza y violada en una de las escenas más polémicas de la serie, escapó y se unió a la batalla por el norte. Muertos ya los pájaros de su cabeza, puede que en esta temporada ambicione un papel mejor que el dulce dama tras el trono de su hermano bastardo.

¿Será ella? Ha aprendido el arte de las intrigas palaciegas y está en una posición que le permite utilizarlas. Pero sigue escuchando con demasiada atención al intrigante Meñique, que tiene sus propios planes.

Su trayectoria. Siempre supimos que Arya estaba hecha para la acción. Y después de cinco temporadas de viaje iniciático -ha sido fugitiva, sirvienta, mendiga y, sobre todo, aprendiza en un gremio de asesinos-, ha vuelto a Poniente con un objetivo en mente. ¿Cuál? Buena pregunta.

¿Será ella? Lo dudamos. A Arya le sobran determinación, fuerza, astucia y destreza con las armas, pero tiene aún mucho de niña perdida y, en el fondo, sigue buscando una manada a la que pertenecer. Estamos seguros, eso sí, de que jugará un papel fundamental en el futuro de los Siete Reinos.

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