Garabatos, por La Imperfecta

La Imperfecta Publicado · 18 de noviembre de 2017, 09:00 h

En una reunión de trabajo que tuve en el año 2008 comencé mi carrera paralela como artista. Al principio esbozaba líneas, triángulos y formas circulares en los márgenes de las libretas; pero la cosa fue evolucionando y en las reuniones posteriores terminé dibujando bustos, escorzos, cuerpos sedentes y hasta edificios hiperrealistas. A final de año ya iba a las reuniones con lienzo, aguarrás y una caja de óleo y acrílico. Reconocedlo: todas habéis garabateado. Todos tenemos una libreta que podría ser expuesta en la planta de arte moderno del MOMA. Porque España sufre una enfermedad crónica de reunionitis que se palia con altas dosis de creatividad artística.

"Estar de reuniones" es una categoría profesional propia, como la de administrativo, técnico de grado medio o directivo. En toda oficina existe un compañero de trabajo con función indefinida (como Chandler en Friends) que siempre está reunido, normalmente en otras plantas del edifi cio, pero también en otras ciudades o países. Es hasta posible que el mensaje de su secretaria o secretario sea predeterminado: "Disculpa, en estos momentos no se encuentra disponible, está reunido".

Según un estudio de WorkMeter, los trabajadores españoles pasan más de nueve horas diarias de media en el trabajo, de las cuales un 24% se utiliza para llamadas, trabajos administrativos y reuniones. Un 31% de esas reuniones son imprevistas. Y muchas de las previstas no tienen una planifi cación previa que las haga eficaces. Nos dilatamos en interminables brainstormings, lluvias de ideas que podrían entrar en la categoría de huracán tropical por la duración e intensidad de las mismas. Reuniones de seguimiento, reuniones de avances de proyectos, reuniones de puesta al día, reuniones, reuniones, reuniones…

¿Por qué nos reunimos tanto? Algunos dirán que porque en España somos muy de respetar las tradiciones. También existe la teoría de que uno se reúne para mostrar el mando o para democratizar la culpa. A mí me gusta pensar que nos reunimos para hacer equipo, para mostrar una vía de comunicación directa, un objetivo loable que se puede desvanecer si la reunión se alarga demasiado. O puede que la reunionitis crónica provenga de un convenio inmemorial con las facultades de Bellas Artes.