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Ocho pasos para ser más creativa en tu empresa

Buscar la diferencia con el resto, huir de la comodidad, probar constantemente cosas nuevas y hacerte las preguntas correctas te ayudarán a reactivar tu negocio.

Dos mujeres plantean un diseño de logotipo en su empresa. / GTRES

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

Haces todo lo que recomiendan para que tu proyecto profesional funcione, pero no consigues los resultados que deseas. Algo falla y debes cambiar, pero se te han acabado las ideas... Lo que necesitas es romper los esquemas y replantearte algunas cosas. Con la ayuda de Beatriz Sigüenza, fundadora de la consultora Kibo Factory reunimos las ocho claves para que seas más creativa y triunfes en tu negocio:

1. Evita la comodidad. Ser creativo no es difícil, pero se ha de trabajar constantemente. En muchas ocasiones los proyectos empresariales no triunfan por comodidad, por ir a lo fácil.

"Un error muy común, pero fácil de ejecutar, es pensar que el problema es el precio. Solución: bajo el precio y pienso que atraeré a más clientes. Esto es muy sencillo de hacer, pero las consecuencias son duras. Durante la crisis se ha visto a miles de pequeños comercios cerrando sus puertas, cuyo único movimiento para triunfar fue hacer descuentos. El low cost sólo funciona cuando puedes vender mucho volumen, en proyectos pequeños es complicado", cuenta la experta.

Quien quiere triunfar debe trabajar, buscar soluciones diferentes evitando el confort.

2. Atrévete. La vida es corta, pero la vida de tu proyecto lo es aún más. El éxito pasa por ser valiente y buscar en qué parte de tu empresa puedes conseguir ser diferente. "Este punto genera muchas dudas y miedos, porque lo habitual es hacer algo que otra empresa haya probado con anterioridad, pensando: si a ellos les funciona, a mí también". Pero si tienes un pequeña o mediana empresa, el triunfo pasa por ofrecer algo distinto y para ello debes atreverte a ser pionera.

3. Actúa en lo concreto. Si queremos arreglar el hambre en el mundo pensando de forma global, es imposible encontrar una solución integral. Se debe trocear el problema: en un lugar el reto es llevar agua, en otro erradicar una enfermedad, en otro el problema son las creencias culturales.

Y lo mismo sucede en un negocio. Se buscan soluciones globales y se generan ideas vagas, difíciles de poner en marcha. El emprendedor que triunfa, piensa de forma concreta y busca el área donde puede marcar la diferencia: puede ser en el producto o servicio, en atención al cliente, en el local físico –si lo tiene-, en la presentación o en el packaging del producto.

Pongamos un ejemplo. Zappos, una tienda online de zapatos americana, triunfó por ser creativa en la atención al cliente. Era tan diferente que conseguían lo que ellos llaman el "Efecto WOW", que llevaba a que los usuarios quedasen encantados.

4. La clave no siempre está en el producto o servicio. En muchas ocasiones el éxito reside en ser creativo con el mensaje o el envoltorio, sin centrarse tanto en el producto o servicio.

Todos conocemos bien el caso de una gran empresa que no vende agua con azúcar, vende la chispa de la vida.

Reconvertir un producto o servicio tradicional bajo el factor 'experiencia' o 'regalo' es un buen recurso

Un ejemplo más. Una pequeña empresa que tiene seis tiendas en España convirtió una tienda de caramelos de los de "toda la vida", en una tienda de regalos. Porque no vendía caramelos, sino "happy pills". Unos botes de medicamentos atractivos con mensajes como "happy pills contra los lunes al sol", o "happy pills nubes rosas para días grises".

Basándonos en este caso, un buen recurso, pues, es convertir un producto común o tradicional en una nueva oportunidad conectando con el cliente a través del factor 'regalo' –nadie adquiere happy pills porque le apetezcan caramelos, las compra para regalar-. O con el factor 'experiencias' -pasa de ser un restaurante, a vender experiencias gastronómicas-.

5. Un nuevo cuestionario. Las preguntas de siempre llevan a las respuestas habituales. Si quieres resultados distintos, debes hacerte cuestiones nuevas.

Las personas más creativas son las que se hacen mejores preguntas. No nos vamos a engañar, hacer buenas preguntas es difícil y nadie nos ha enseñado a crearlas. Pero la clave de la creatividad está en dedicarle tiempo. No en vano, decía Einstein que si tuviera una hora para resolver un problema y de ello dependiera su vida, dedicaría 55 minutos a buscar la pregunta y 5 minutos a contestarla.

"Por mi experiencia trabajando con empresas y emprendedores, te das cuenta que la gente no sabe hacerse preguntas, ni siquiera se para a pensar realmente el problema y las cuestiones asociadas. Estamos tan acostumbrados a que nos den una pregunta y directamente buscar la respuesta entre todo lo aprendido, que la mayor dificultad para que alguien trabaje su creatividad está en que haga preguntas atractivas” dice Beatriz Sigüenza.

Las personas más creativas son las que se hacen a sí mismas y sobre su negocio las mejores preguntas

Así, a la hora de trabajar con nuevas preguntas, la experta anima a cambiar cuestiones del tipo: "¿Cómo vender más?" por otras más atractivas del estilo: "¿Cómo conseguir hacer feliz a mis clientes?", "¿Qué he de hacer para que quién utilice mi servicio se sienta único y lo quiera de nuevo?".

6. Genera ideas sin parar... Rompe con el paradigma de buscar la idea perfecta. Olvídalo, es una pérdida de tiempo. En el ámbito de la creatividad, la cantidad es más importante que la calidad.

Las personas creativas generan muchas ideas en un tiempo limitado y entre todas ellas dos o tres son las que sirven. Pero llegar a esas tres ideas ganadoras es más rápido, más sencillo, y por supuesto, mucho más divertido haciendo sesiones de generación de ideas que esperando a que llegue la idea feliz.

"Existen muchas metodologías de producción de ideas que te ayudan a observar tu reto desde diferentes contextos, obligándote a pensarlo con conceptos inconexos, a pensar cómo alguien famoso que haya logrado hacer algo importante resolvería tu problema o llevando el reto a los extremos...", argumenta Sigüenza, quien explica en 'Big ideas in a box' cómo probar estas metodologías.

7. Prototipa. Otro defecto de fábrica es que nadie nos enseña a crear productos mínimos viables o prototipos. Es un paso fundamental para observar y mejorar el producto o el servicio final viendo la interacción de los usuarios.

El prototipo permite perfeccionar la idea en un ciclo de prueba y error, donde se mejora la solución tras el contacto con el cliente final, para minimizar el fracaso antes de comercializarla.

"Todos mis productos son probados en prototipo antes de lanzarlos al mercado. Como anécdota personal, a mi 'business angel' lo conseguí con una caja de cartón. Era el prototipo de mi primer producto para grandes empresas y la razón por la que nació Kibo", sonríe Beatriz al recordarlo.

8. Lánzate, pero recuerda llevar flotador. En una sociedad donde se vende perder 5 kilos en tres días y perder las arrugas en 7 noches, se acostumbra a querer resultados rápidos.

En el ámbito de los negocios y la creatividad, es importante no ser perfeccionista, sino lanzar una idea probada –el flotador- cuanto antes, porque si los resultados obtenidos no son los esperados, se debe probar otra y así sucesivamente. El éxito llega por la perseverancia de lanzar ideas nuevas al mercado de forma constante. El creativo siempre está en movimiento.

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