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¿Eres demasiado dura contigo misma?

La autocrítica constante no es una señal de fortaleza, pues puede llegar a provocar todo lo contrario.

A veces nos decimos cosas que no diríamos ni a nuestros enemigos. / GTRES

SILVIA TORRES

Confiesa. Te has convertido en tu peor enemiga, nadie es más dura contigo que esa voz interior que te susurra cada mañana que eres un desastre, que cada día estás más fea o gorda y que todo lo haces mal, muy mal. Pues ese autoflagelamiento no es buena idea y la ciencia te explica por qué.

Un equipo de psicólogos exploró recientemente lo que se oculta tras esas duras exigencias que a veces nos hacemos a nosotras mismas. Los resultados de su trabajo con 161 personas, que fueron publicados en la revista 'Self and Social Identity', desprenden unas conclusiones curiosas.

El estudio medía la capacidad de autocompasión que cada una guardaba para sí misma y los valores positivos que veían en su persona. Y lo que comprobó la investigación es que somos más dados a compadecernos de los otros que de nosotros mismos, con quienes solemos ser más implacables. De hecho el estudio demostró que la gente solo se trataba mejor a si misma después de haber sido rechazado por una pareja, o despedido de un trabajo, o sufrido alguna pérdida, y además reveló que ese sentimiento, el de la autocompasión, les hacía sentir menos ambiciosos y motivados. Esto significa que solemos interpretar la crítica como una señal de fortaleza y responsabilidad.

Quienes se tratan mejor y se perdonan con frecuencia tienen mejor salud emocional

Los investigadores demostraron que las personas que se tratan mejor y se perdonan con frecuencia tienen mejor salud emocional, están más satisfechos con sus vidas y tienen un riesgo menor de ansiedad y depresión. Los autores creen que ser demasiado duro con uno mismo es una estrategia que puede ser motivadora a corto plazo pero que a largo plazo, eso de llenarse de "deberías" acaba por ser desmoralizante.

La autoflagelación continua puede acabar quemándote y haciendo que renuncies a todas las metas, a las fáciles y a las difíciles.

La clave está en hablar con uno mismo como si hablaras con un amigo, con complicidad y empatía, tratarse con respeto y no ser demasiado exigente. Piénsalo, ¿serías capaz de hablarle a alguien a quien quieres mucho como a veces te hablas a ti misma? Seguro que no. Empieza por quererte...

21 de marzo-19 de abril

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