#ChicasenYouTube: el secreto del éxito se graba en femenino

Tiene razón Melanie Parejo, YouTube Partner Manager en Google, al afirmar que "cuando pensamos en un 'youtuber', lo primero que nos viene a la cabeza son hombres". Por eso se ha celebrado #ChicasenYouTube, "porque hay muchas mujeres que tienen mucho y muy bueno que decir, y hay que darles foco y voz a sus historias".

La influencia femenina en la comunidad de vídeo es impresionante, y son muchas las que han hecho de su pasión una forma de vida con la que batir récords y hacer saltar por los aires los cánones tradicionales. YouTube empieza a escribirse en femenino plural, aunque ellas aún solo son el 10%. ¡Que tiemble ElRubius!

Convertidas en voz y cara de una generación, 'vloggers' como Yellow Mellow, Verdeliss, Todo el Monte es Orgasmo o Andrea Compton han hecho de YouTube el epicentro 2.0 de la creatividad femenina, avaladas por el 'feedback' de sus millones de suscriptores, y con el altavoz que supone el mercado hispanoparlante.

Las 'youtubers' han adquirido la categoría de estrellas, más allá de ser 'influencers', y con su diversidad y emoción dan forma a nuestra cultura pop actual. Porque se muestran tal y como son, porque YouTube no tiene filtro, es un diálogo continuo con la comunidad, y porque, como decía Mellow (un millón de suscriptores en su canal YellowMellowMG) en el coloquio que hemos compartido en Madrid, "el secreto para enganchar es el carisma, acercarse a la audiencia encontrando el equilibrio entre hacer lo que sabes y quieres, y lo que te piden". Eso sí, aseguran que "nunca sabes por qué tú lo tienes y otros que hacen lo mismo no".

Muchas de ellas son las nuevas cara del éxito, y su fama es comparable a la de muchas actrices o cantantes. La propia Mellow asegura que "te paran por la calle, hay veces que salir por el centro a las 6 de la tarde es un suicidio. No entiendo que pase, pero pasa, te vienen a abrazar por la calle... Fuera de la pantalla no hay haters, todo es amor".

Los 'haters', esos trolles anónimos que se dedican a incordiar en la red y criticar todo aquello que les sobrepasa. Andrea Compton cuenta con unos 200.000 suscriptores, y cuenta que "hay gente que se viene arriba y te deja de seguir por ponerte un piercing". Ver para creer... Eso sí, tiene claro que "no es bueno obsesionarse con el número de visitas. Si has llegado ahí es por algo, ve mejorando y evolucionando, pero no te obsesiones, porque no puedes hacer las cosas para gustar a todo el mundo".

Pero los 'haters' de las mujeres son diferentes a los de los hombres. Muchos de ellos atacan, cobardes desde la coraza que supone el anonimato de la red, donde creen que más nos duele: el físico. Pobres simples e ignorantes... Mellow tiene claro que "haters siempre habrá, y la manera de lidiar con ellos es ignorarlos". Bolli, de Todo el Monte es Orgasmo (175.000 suscriptores), reconoce que "me mantienen con los pies en el suelo los comentarios que duelen, y aunque bloqueo al troll cuando es destructivo para la comunidad, es esa misma comunidad la que los destruye". Y apostilla Andrea Compton con razón: "a ellos eso no se les cuestiona por eso, ni hablan sobre las piernas de ElRubius".

A todas ellas YouTube les ha cambiado la vida, y quizá por eso tiene claro cuáles son los errores que no se pueden cometer si quieren mantener ese 'status quo' que han conseguido a golpe de trabajo, esfuerzo y muchas horas delante de la pantalla. "Dejar de estar conectado con tu audiencia es lo peor que puedes hacer -asegura Bolli-. Yo hubo un momento en me obsesione con la audiencia, estaba frustrada, lo que comunicaba no encajaba con lo que sentía, culpe a la audiencia, y es el mayor error.

Han firmado autógrafos en un tampón (Bolli), han tenido que cerrar en las narices la puerta de su casa a una fan que iba a hacerse una foto con ellas (Mellow), han aprendido a evolucionar y han pasado de un monólogo guinizado a contar y comunicar experiencias. Aseguran que no existe competencia entre ellas, porque en vez de competir, prefieren compartir audiencia, y "ver lo bueno que hacen las demás nos ayuda a mejorar". Y se enfadan (con mucha razón y más educación) cuando les preguntan sin tapujos ni escrúpulos cuánto cobran, "porque me lo preguntas a mí y parece que lo que me dices es 'cuánto te pagan por esta chorrada', pero no se lo prenguntas a Alejandro Sanz después de un concierto".

Pero de este trabajo creativo en el que ellas son su propio producto 'fabricado' con sudor, esfuerzo y largas jornadas sin vacaciones delante de la pantalla, se puede vivir "más que por el número de visitas, por las firmas que se acercan a ofrecerte que hagas publicidad porque tu contenido es afín a ellas".

Porque, como define Bolli a las mil maravillas, "YouTube te da alegrías y tristezas, porque va de eso, de emociones".