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Es la noche del 25 de septiembre de 2025 en The Academy Museum of Motion Pictures de Los Ángeles. Este lugar, que ahora alberga la primera exposición más ambiciosa sobre Tiburón, la famosa película de Steven Spielberg, acoge la cena de gala en la que Nicole Kidman (Hawai, 1967) es presentada como la nueva embajadora mundial de la firma de cosmética de lujoClé de Peau Beauté, perteneciente al grupo japonés Shiseido.
Todo está preparado para una noche inolvidable. Suena la orquesta en directo, que interpreta clásicos, como Smile, de Bobby Darin, o At Last, de Etta James, ambas bandas sonoras que nos transportan a ese Hollywood todavía glamuroso y dorado. Las mesas están puestas con sumo gusto y decoradas con rosas crema y peonías blancas. Ellos lucen esmoquin; ellas, traje largo. De súbito, aparece Nicole. Impresiona. No lleva guardias ni agentes: va al natural, como una estrella, pero de andar por casa. Se parece a la mujer que antes vimos en decenas de producciones, como Eyes Wide Shut o Las horas, película que le valió un Oscar.
Entonces, todos los periodistas asistentes, una exigua lista de profesionales venidos mayoritariamente de Europa, nos arremolinamos en torno a ella. Nos regala esa sonrisa tan amable que, gracias a su don para la interpretación, puede, en cuestión de un segundo, resultar ciertamente turbadora. Se muestra accesible y extiende su mano a todo aquel que quiera saludarla.
No se niega a los selfis ni a las fotos. Su misteriosa y penetrante mirada ahora posa los ojos en nosotros. Kidman se exhibe como una mujer radiante, exultante. De hecho, podríamos decir que se encuentra en su mejor momento. Pero nada más lejos de la realidad. Aquella noche estrellada en la gran ciudad, ninguna cosa hacía presagiar la tormenta mediática que, cinco días más tarde, iba a protagonizar al presentar la demanda de divorcio de su marido durante los últimos 19 años, el cantante de country Keith Urban, padre de sus dos hijas pequeñas, Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14. La primera se está abriendo camino como modelo y ha desfilado para Dior en la última Semana de la Moda de París. La segunda ha acompañado a su madre en el rodaje del anuncio para Clé de Peau Beauté.
Nicole ahora copa los titulares de periódicos y revistas de todo el mundo. A decir verdad, midiendo su expresión a un metro sobre ella, a nadie le sentó tan bien un divorcio. «Oh, España, bienvenidos a Los Ángeles. Aunque pueda parecer sorprendente, mi ciudad favorita de vuestro país es Santander», nos dice la protagonista de Los Otros, de Alejandro Amenábar, cuyo rodaje tuvo lugar en El Palacio de los Hornillos, ubicado en la localidad de Arenas de Iguña, a cuarenta minutos de la capital cántabra, lo que explica su querencia por esa ciudad.
Entonces, en 2001, también se fraguaba otro divorcio: el de su primer marido, el actor Tom Cruise, del que se separó ese mismo año en el que la película española, que ganó 8 de los 15 Goya a los que estaba nominada, incluyendo Mejor Sonido, Mejor Fotografía, Mejor Dirección y Mejor Película, se estrenaba y triunfaba en todo el mundo. La prensa más sensacionalista encontró en ella carne de cañón para hablar de las desavenencias de su matrimonio motivadas por las extrincidades de su ya exmarido, miembro de la Cienciología.
Pero volvamos a la fiesta. En el escenario, la actriz explicó la razón por la que había aceptado ser parte de Clé de Peau Beauté, que en francés significa «la llave de la piel». «Mi maquilladora [Noriko Watanabe] es japonesa y ya usaba los productos conmigo. Así que pensé: 'Es una locura que me hayan encontrado. ¡Tengo que hacerlo!'. Me dijeron si quería que me enviaran los cosméticos para ver si me gustaban, pero les contesté: 'Me encantan y, por ello, ya estoy en condiciones de decir que sí!'. Poder contar que los uso en mi vida real es muy importante para mí. Todo es más de verdad. Me encantan, son muy lujosos, de alta gama, pero merecen la pena», relata Kidman, quien elige, entre sus favoritos, a La Crème, que usa siempre para viajar, y el desmaquillante de ojos. «En el caso de este último, elimina la máscara de pestañas resistente al agua. Y cuando estás filmando, hay veces que lloras, pero no quieres que se te caiga la máscara o, a veces, sí, dependiendo de la escena. Así que quitársela es muy fácil gracias a él», detalla. Nicole selecciona sumamente sus proyectos comerciales.
Para Mizuki Hashimoto, directora de esta firma de cosmética, nuestra protagonista cumple a la perfección con la filosofía de Clé de Peau Beauté. «Representa el compromiso de nuestro valor: la importancia de la luminosidad. Brilla con luz propia. Ha demostrado una gran profesionalidad a través de sus logros en su trabajo. Así que creo que esas son algunas de las razones por las que la elegimos como nuestra embajadora», comenta. «Nuestro ADN está formado por la inteligencia, la exquisitez y, de nuevo, la luminosidad. Estos son los tres puntos que sustentan la marca», confiesa Hashimoti sobre esta firma que nació en 1982 como el cosmético más premium de Shiseido, que combina la exclusiva ciencia japonesa más innovadora con una exquisita estética del lujo inspirada en la elegancia francesa.
Pero Nicole, que, al día siguiente, nos recibirá en el hotel The Maybourne Beverly Hills para contestar a nuestras preguntas durante un tiempo muy milimetrado, no sólo cuida su físico, sino también su mente. «Medito. Hago yoga. Solo tomo café por la mañana. Por lo tanto, después de las doce, bebo infusiones de hierbas, porque tengo muchos problemas para dormir. Viajo mucho y trabajo duro. En definitiva, tengo una vida muy estresante. Así que hago muchos malabares para estar bien. Tengo que tener una rutina. ¡Ah, también me gustan los baños fríos!», nos confiesa Kidman, cuyo padre, Antony Kidman, era psicólogo clínico y bioquímico.
Su madre, Janelle Ann Kidman, murió el año pasado cuando la intérprete tenía que estar recogiendo en Venecia la Copa Volpi a la Mejor Actriz por la película Baby Girl, una historia en la que ella encarna a una ejecutiva que tiene una aventura con un becario y que ha batido récords en taquilla. A su divorcio, Nicole suma un duro duelo por el fallecimiento de su progenitora, del que habló al recoger el premio International Star Award, durante el Festival Internacional de Cine de Palm Springs 2025. «Gracias por darme la oportunidad de decir que esto es para mi mamá. Toda mi carrera ha sido para mi mamá y mi papá y ya no están aquí», comentó entre lágrimas.
Sin embargo, el último año ha resultado ser una buena cosecha para la actriz. Mirando su larga lista de trabajos es fácil entender su estrés. Además de Baby Girl, ha protagonizado el thriller psicológico Holland, el musical Spellbound y la segunda temporada de Perfect Strangers. Tiene pendiente de estreno la serie Margo's got Money Troubles, sobre una joven que gana dinero en una plataforma para adultos; la serie Scarpetta, basada en una novela de Patricia Cornwell, la nueva temporada de Big Little Lies y la secuela de Prácticamente magia, en la que, de nuevo, se meterá en la piel de una bruja, junto a Sandra Bullock. En ella, explorará de nuevo su vis cómica tras mucho tiempo sin hacerlo. «Solía leer con mi padre Mad Magazine, que era una revista muy divertida. Crecí en contacto con la sátira y vi muchas comedias. Me encantaba escuchar reír a mi padre. Así que parte de mi propio sentido del humor era hacer un poco de payasa para que él se riera».
Aunque forme parte del olimpo del celuloide, Nicole nos explica que no vive en Hollywood sino en Nashville, en el estado de Tennessee. «Supongo que parte de mi autenticidad es que no soy una chica de Los Ángeles. Me encantan la naturaleza y los caballos. Así que vivo en un lugar más rural. Necesito, ya sabes, ir de excursión a un bosque, bañarme en el océano…. No estoy feliz si estoy demasiado tiempo en un entorno urbano», nos dice.
En su opinión, no hay crueldad hacia la mujer en la industria en la que trabaja. «No, no lo creo. Desde muy temprano, me dijeron que eligiera un lugar de amor. 'No busques los que no sean amables y elige a las personas que son amorosas', me contaron. Así que crecí en un ambiente católico, en un hogar muy cálido con una enorme cantidad de empatía. Mi padre era psicólogo, y mi madre era enfermera, aunque más tarde se convirtió en profesora de Enfermería. Crecí con cuidadores. Formaban parte de la sociedad y se dedicaban a cuidar a las personas. Así que tengo una fuerte conexión con la gente y me encantan en todas sus diferentes facetas. Creo que, quizás, por eso soy actriz, porque siempre puedo ver el otro lado de las personas. Miro a los ojos y soy capaz de resolver si son sonrientes, si tienen ojos cálidos o, por lo contrario, tienen los ojos muertos. '¿Por qué tienes los ojos muertos? ¿Qué pasa dentro?', te preguntas».
Desde 2006, Nicole es Embajadora de Buena Voluntad de ONU. Gracias a este nombramiento, ha defendido durante años causas esenciales como la educación de niñas, la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres. Una filantropía que también comparte con Clé de Peau Beauté, ya que la marca se distingue por iniciativas como los Power of Radiance Awards, que reconocen a mujeres que generan impacto social, y su alianza con UNICEF para apoyar a niñas en contextos vulnerables.
Kidman ha tenido, en alguna ocasión, los ojos tristes por los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar. «A veces, me dicen que no soy lo suficientemente guapa, que soy demasiado alta o vieja, que ya pasó el tiempo. ¿Sabes? Siempre hay una razón para que tú no hagas algo. Hay muchos muros levantados, pero, si te das por vencido demasiado rápido, nunca llegarás a ningún lado. A mí me lo han dicho muchas veces.» Pero, pese a todo está, aquí, convertida en una leyenda, que se relaciona con otras.
«En su momento me ha hecho mucha ilusión conocer a Lauren Bacall, a Sophia Loren, a Isabelle Huppert, a Meryl Streep. Me encanta estar rodeada de actrices que han desafiado todo pronóstico. Son audaces y amables. Han logrado tener familias y también una carrera. Sin perder la fuerza. Jane Fonda, quien han logrado capear tantas tormentas, tiene una resiliencia admirable. Todas ellas son faros de luz para mí», resume Nicole, quien confiesa que es una enamorada de nuestro país. «Quiero volver a España y hacer una película. Estuve en Madrid y recuerdo que salíamos a cenar a las diez de la noche. Eso es genial. Me gusta mucho el arte, la gente, el espíritu, las tapas y el baile. Luego estuve rodando en el norte con Alejandro Amenábar, por eso me gusta Santander», cuenta. A Nicole solo le falta hacer una película con Almodóvar. «Adelante, es el rey. Si me llama, me inclino ante él».
El Key Radiance de Clé de Peau Beauté es un «ritual único de tan solo tres pasos que mejora el tono, la textura y los contornos de la piel». Estos productos, que sedujeron a Nicole Kidman antes de que fuera nombrada embajadora global de la firma, regeneran la inteligencia de la dermis y aumentan las proteínas responsables de capturar los estímulos negativos.
El primero de ellos es Le Serum, que es «capaz de activar el poder regenerativo de la piel y de estimular su capacidad para potenciar la luminosidad cada día». Los segundos son Hydro-Softening Lotion o Hydro-Clarifying Lotion, «lociones ricas en hidratación y luminosidad diseñadas para cubrir las diferentes necesidades». Por último, Protective Fortifying Emulsion o Protective Fortifying Cream «restituyen la hidratación y ayudan a fortalecer y a revitalizar la piel para conseguir una luminosidad joven». Mizuki Hashimoto, directora de la firma de cosmética de lujo, considera que los clientes buscan resultados comprobados basados en la ciencia. Y Clé de Peau Beauté lo ofrece.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.