Las claves de los expertos para ser más feliz: que es el ROMO, los beneficios de vivir sin cobertura

Marita Alonso Actualizado · 25 de julio de 2023, 13:57 h

La sobreinformación que nos acecha, y que ha convertido nuestra existencia en un bombardeo de notificaciones, ha generado un clima que tiene como solución dejar de recibir información de forma voluntaria, por salud mental. Hablamos del ROMO [Relief of Missing Out], un termino que expresa la sensación de alivio por perdernos un acontecimiento o una información.

«Cada día más personas acuden a terapia porque están totalmente condicionados por el qué dirán y tienen dependencia de sus padres, parejas, gurús, maestros, influencers... Han de aprender a conocerse y a desapegarse para adquirir autonomía en la toma de decisiones. Reconocen sentir un gran alivio cuando evolucionan en ese sentido, ganando libertad, seguridad y confianza –explica Judith Mesa, psicoterapeuta y experta de Vivofácil–. No se trata de irte al Tíbet y alejarte de lo que te rodea; puedes conseguirlo centrándote en ti mismo, sin dejarte contaminar por las opiniones», añade

«Si algo nos afecta es porque una parte inconsciente de nosotros se ha visto interpelada y ha puesto en evidencia una creencia limitante, una herida que no sabíamos que teníamos. La realidad nos permite mirar dentro y sanar, aunque la forma de hacerlo sea incómoda. El problema entonces es que nos tomamos demasiadas cosas de forma personal, porque una parte de nuestro interior se ve atacado por el exterior», explica Alba Ferreté, coach experta en mindfulness e inteligencia emocional, creadora del podcast Cómo vivir con calma mental.

«Por lo tanto, será necesario que atendamos a nuestro mundo emocional y cognitivo, que revisemos nuestra autoestima, la forma en la que reaccionamos ante el mundo, y empecemos a entender de qué se compone nuestro mapa de la realidad y hasta qué punto está condicionando lo que entendemos por bienestar. La salida siempre está dentro de nosotros», asegura Alba Ferreté.

Uno de los personajes más celebrados de la serie The White Lotus (con permiso de la Tanya de Jennifer Coolidge) fue el de Daphne, una privilegiada mujer que presume de no leer, no recuerda si votó o no en las últimas elecciones y que, pese a saber que su marido le es infiel, finge no darse cuenta. ¿Y si la clave para ser feliz fuera darle la espalda a la información y a lo que ocurre? ¿Es posible marcar un límite entre pasar un poco y olvidarse de todo?

«El límite es sencillo: hoy es imposible aislarse del mundo. Hacerlo supone un esfuerzo brutal, como ir a un lugar desértico, sin tecnología y sin personas... Y eso, más que ROMO, es cortar con la humanidad. Yo hace más de dos años que no veo la televisión. Me pongo series y leo noticias, pero yo decido el qué. No vivo con «ruido», puedo escuchar mis pensamientos y los de los demás, que es a lo que me dedico. Vivo conectada de una manera más firme al mundo que me rodea y puedo hacer mucho más por él y por mí», responde Marta Ruiz de Azcárate, autora de Cambiando el foco (Vergara).

La dimisión de Jacinda Ardern ante la presión, el peso de la responsabilidad, el acoso online y los problemas derivados de la pandemia evidencia que para sobrevivir en la política, y en la vida en general, hay que aprender a vivir en «modo avión». Esta podría ser la clave para aprovechar el tiempo que, como señala la científica del comportamiento Ashley Whillans, es fundamental para ser feliz.

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«La tecnología nos puede ayudar a ahorrar tiempo, pero también nos lo quita: es la paradoja de la autonomía. Apostamos por diferentes tecnologías móviles para controlar cuándo y durante cuánto tiempo trabajamos pero, lo irónico, es que terminamos por trabajar sin parar. Los ratos de tiempo libre que solíamos disfrutar ahora son interrumpidos por diferentes gadgets», escribe en Time Smart.

Al parecer, por primera vez, la frase «no tengo ni idea», en lugar de condenarnos a la mofa o al ostracismo, puede convertirse en nuestro salvavidas para poder disfrutar de una vida menos sobreestimulada. ¿Y si fuera cierto eso de que la ignorancia da la felicidad? No lo sabemos... Y, tal vez, ahora es bueno no tener respuestas para todo.

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