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En verano, es posible que hayas notado que se te cae mucho más el pelo. Tranquila, porque es normal. Los cambios de estación, la exposición prolongada al sol, el cloro y la sal del mar debilitan la fibra capilar y afectan al ciclo natural de crecimiento. De hecho, desde el Instituto Médico Ricart nos explican que «durante esta época del año, el cabello entra en una fase de reposo más acentuada, lo que hace que notemos una mayor pérdida, sobre todo entre agosto y octubre». Y aunque se trata de un fenómeno frecuente, no debes pasarlo por alto, especialmente si la caída es abundante o prolongada.
¿Por qué sucede? Causas hay muchas, pero una de ellas tiene que ver con el calor y la radiación solar, ya que no solo afectan al cuero cabelludo, sino también a la estructura interna del pelo. «La radiación UV degrada la queratina y daña la cutícula, favoreciendo la rotura», señalan. Además, la sudoración y la acumulación de productos solares en la raíz pueden obstruir los folículos, dificultando el crecimiento saludable. En algunos casos, este estrés ambiental se suma a factores internos como cambios hormonales o déficit nutricionales.
La buena noticia es que, con los cuidados adecuados, es posible minimizar este tipo de caída estacional. «No hablamos solo de frenar la pérdida, sino de recuperar un cabello más fuerte y resistente para el resto del año», concluyen los especialistas. Y para ello, la prevención y la constancia (como en todo) son claves.
1/ Un cuero cabelludo limpio y libre de residuos. «Una buena higiene capilar, adaptada a las necesidades de cada tipo de pelo, ayuda a que los folículos respiren y se mantengan activos», cuentan desde el IMR. Esto implica elegir champús que fortalezcan y nutran desde la raíz, evitando fórmulas demasiado agresivas.
2/ Lo que comes, importa. Los expertos recomiendan complementar nuestra dieta con suplementos que aporten vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales para el crecimiento capilar. «El zinc, la biotina y el silicio son aliados fundamentales para mantener el cabello en óptimas condiciones», puntualizan. Además, recuerda que debes mantenerte hidratada.
3/ Masajes capilares o dispositivos que estimulen la microcirculación. No es lo más importante, pero «favorecer el riego sanguíneo ayuda a que los folículos reciban más oxígeno y nutrientes, lo que se traduce en un crecimiento más fuerte y sostenido», señalan. Hoy en día, es más fácil que nunca, ya que la tecnología, unida a fórmulas eficaces, se ha convertido en una de las estrategias más prometedoras para frenar la caída.
Intense Shampoo de Lico Cosmetics. Está formulado con ácido cítrico para fortalecer la queratina desde el interior y extracto de Amla, reconocido por su potente acción antienvejecimiento. Este champú fortalecedor limpia en profundidad la raíz y el cuero cabelludo, eliminando impurezas y residuos que dificultan el crecimiento. Su uso regular ayuda a mejorar la resistencia y el brillo del cabello.
HSN Care Hair, Skin & Nails. Me lo recomendó mi nutri. Es un suplemento muy completo y apto para veganos que aporta silicio, colina, ácido hialurónico y extractos de cola de caballo y bambú. Enriquecido con zinc, vitaminas y minerales, contribuye al mantenimiento del cabello, la piel y las uñas en condiciones normales. Es un refuerzo perfecto para nutrir desde el interior y cubrir posibles carencias que afectan a la salud capilar.
FAQ™ 301 - Masajeador LED de cuero cabelludo. Es el futuro, la verdad. Este dispositivo combina 20 luces LED rojas con masaje T-Sonic™ para estimular los folículos, potenciar el crecimiento y fortalecer el cabello debilitado. Además de prevenir la caída, mejora la absorción de tratamientos como el minoxidil y aumenta la oxigenación de la raíz. Sus filamentos de silicona higiénicos evitan obstrucciones en el cuero cabelludo, dejando el terreno perfecto para que el cabello crezca más grueso y saludable.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.