trucos pelo
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El ritual de lavado del cabello parece sencillo: lavar, aplicar champú, masajear y aclarar. Sin embargo, muchos expertos en cuidado capilar coinciden en que uno de los errores más habituales —y que más consecuencias negativas tiene— es frotar las puntas del pelo con el champú. Aunque pueda parecer un gesto inocente, en realidad puede ser la causa de sequedad, encrespamiento e incluso rotura.
La primera clave es entender cómo funciona el champú. Su misión principal es limpiar el cuero cabelludo, eliminando grasa, restos de sudor y productos de peinado. Las puntas, en cambio, no producen sebo: lo único que necesitan es recibir la espuma que baja al aclarar. Al frotarlas directamente, lo que se consigue es someterlas a una fricción innecesaria que debilita la fibra capilar.
Las puntas son la parte más vieja de la melena. Están expuestas durante más tiempo al sol, al calor de las planchas y secadores, así como a tintes o decoloraciones. Por eso, ya de por sí tienden a ser más frágiles y secas que la raíz. Someterlas a la fricción del champú solo acelera su desgaste.
Además, frotarlas con fuerza abre la cutícula capilar, lo que se traduce en un aspecto áspero, sin brillo y con encrespamiento. A largo plazo, este gesto aumenta la aparición de puntas abiertas, un problema que obliga a cortar más a menudo el cabello para mantenerlo sano.
Los expertos recomiendan aplicar el champú únicamente en la raíz y masajear con suavidad usando la yema de los dedos, nunca con las uñas ni movimientos agresivos. Después, dejar que la espuma se deslice hacia los largos y puntas durante el aclarado, lo cual es suficiente para mantener todo el cabello limpio.
Otro error habitual es pensar que cuanto más champú se use, mejor quedará el pelo. La realidad es que una pequeña cantidad es suficiente y adaptarla al grosor y la longitud de la melena es la clave. Un exceso de producto no solo es innecesario, sino que puede resecar aún más las fibras capilares.
Para cuidar las puntas, lo más adecuado es aportarles hidratación y nutrición con productos específicos: acondicionadores, mascarillas y aceites. Estos sí deben aplicarse de medios a puntas, ya que aportan los lípidos y la suavidad que esa zona no genera de forma natural.
Si quieres mantener tu melena fuerte y brillante, una buena idea es aplicar mascarilla al menos una vez por semana y utilizar sérums capilares sin aclarado después de secar el pelo. Estos gestos ayudan a sellar las puntas, reducir la fricción y prevenir el encrespamiento.