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En la India, a la moringa se le llama “árbol milagroso” y en África, “neverdy”, el árbol inmortal. Si hasta ahora no la habías leído, escuchado o visto, estabas a punto de hacerlo. Y es que esta planta africana está más de moda que nunca por sus muchas propiedades. No sólo nutritivas, pues es rica en antioxidantes, sino también por las cosméticas, que hacen que ahora la encontremos en cremas, sérums, mascarillas y todo tipo de productos anticontaminación. ¿Preparada para conocer la nueva planta beauty?
Las hojas de moringa se comen en grandes partes de África y de la India. No es de extrañar: contiene 2 gramos de proteína por cada 20 de producto, es rica en vitaminas B6 y C y además, contiene hierro. En Occidente es más común encontrarla en forma de polvo o en cápsulas.
Si bien las hojas tienen una menor cantidad de compuestos anti radicales libres, sus brotes son muy ricos en vitamina C, uno de los antioxidantes por excelencia.
Las semillas de moringa producen un aceite vegetal (también conocido como ben oil) que se usa para cocinar en grandes partes de África, y que ya se usaba en el Antiguo Egipto para cuidar la piel. Ahora, el mundo beauty actual lo ha descubierto como un producto tan natural como mimoso con la piel, ya que aporta activos antioxidantes y es muy rico en ácidos grasos esenciales, lo que lo convierte en un aceite tan mimoso como regenerante.
En algunas regiones subtropicales, se vierten algunas semillas de moringa en el agua para purificarla: ésta atrae las partículas que flotan en el líquido y así lo limpian. Esa capacidad de “captar” el material contaminado es una de sus grandes virtudes cosméticas y la razón por la que encontramos la moringa en tantos productos descongestionantes y purificantes.
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HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.