¿En qué consiste el minilifting facial? El tratamiento viral al que están recurriendo las celebrities

La tendencia principal en el sector de la cirugía estética es avanzar hacia procedimientos menos invasivos, que ofrezcan resultados visibles sin largos periodos de recuperación. El minilifting facial es uno de los más populares y virales: una intervención quirúrgica que tensa y reposiciona la piel y los tejidos de la cara, especialmente en la zona de la mandíbula, mejillas y parte inferior del rostro, con cicatrices mínimas.

Aunque no sustituye a un lifting completo en casos de envejecimiento avanzado, el minilifting se ha ganado su lugar como solución intermedia para pacientes que buscan un rejuvenecimiento natural y discreto. La clave de su éxito está en que permite suavizar la flacidez, redefinir el óvalo facial y recuperar la frescura perdida. Conocemos la clave de su viralidad de la mano de la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic y el doctor Federico Becker, cirujano plástico en la clínica IMR.

Desde la Clínica IMR, el doctor Becker destaca que «cuando hablamos de lifting, no hablamos sólo de piel. Bajo la superficie del rostro existe una capa profunda llamada SMAS (Sistema Musculoaponeurótico Superficial), que actúa como estructura de soporte para los tejidos faciales. Con el paso del tiempo, este sistema pierde firmeza, provocando la caída de mejillas, mandíbula y cuello». Por esta razón, explica el experto que «estirar la piel no es suficiente: los resultados duran poco y suelen verse más artificiales. Un lifting verdaderamente efectivo trabaja directamente sobre el SMAS reposicionándolo de forma sutil para devolver al rostro su firmeza natural y mantener resultados duraderos».

Una vez aclarado este punto, si hablamos del mini lifting, la doctora Jiménez destaca que «es una cirugía en la cual realizamos un rejuvenecimiento facial y es menos invasiva que el lifting cérvico facial clásico». La experta destaca que «se va a centrar principalmente en la zona de la mejilla y línea mandibular y el tercio inferior del rostro. Por ello, es muy importante la acción del minilifting que lo que busca es reposicionar los tejidos en una zona más ascendente y va a actuar específicamente en la flacidez mandibular, el descolgamiento de las mejillas y también, de menor manera, la elevación de las mejillas, mejorando el surco nasolabial».

Con ella, prosigue el doctor Becker, «se va a corregir la flacidez incipiente en mejillas, línea mandibular y cuello. Se realiza a través de pequeñas incisiones discretamente ubicadas alrededor de la oreja, permitiendo reposicionar el SMAS si necesidad de estirar en exceso la piel». Con este tipo de procedimiento, añade el doctor que lo que se busca es «lo que muchos pacientes expresan frente al espejo cuando se levantan suavemente la piel con los dedos y dicen: así me gustaría verme». Considera el cirujano de IMR que «ese efecto no se consigue de forma satisfactoria con rellenos, hilos o aparatología».

Otra de las razones que lo diferencia del lifting clásico es, que tal y como explica la doctora Jiménez, «hay menos inflamación, menos presencia de hematomas, recuperación más rápida y las cicatrices prácticamente no se ven porque se ocultan de una forma muy específica en ciertos puntos que van a ser tapados por el pelo o por pliegues naturales». En definitiva, con el minilifting conseguimos como explica Federico Becker un «rostro más definido, armónico y revitalizado, sin perder naturalidad», del que destaca la doctora Jiménez que es «un primer paso que no se tiene que hacer cuando sea un envejecimiento prematuro porque es una cirugía que va a hacer reposiciones muy controladas, y que, aunque el resultado puede ser muy rejuvenecedor, tiene un límite y llega hasta donde llega porque no soluciona el cuello».

El minilifting es uno de los procedimientos estéticos más populares y demandados en la actualidad. ¿Qué lo hace tan demandado? El doctor Federico Becker explica que «ofrece una solución real para quienes ya no obtienen resultados con tratamientos no invasivos, pero aún no desean someterse a una cirugía más compleja, ni buscan un cambio drástico». El experto considera que «devuelve frescura y definición al rostro, manteniendo la naturalidad y sin alterar la expresión».

Para la doctora Jiménez la clave se encuentra en que «hemos tenido una época en la que el uso de rellenos faciales ha sido muy alto, llegando a puntos en los cuales se buscaba la reposición de tejidos profundos a base de rellenar facialmente la cara». Esto ha hecho que «se haya llegado a límites en los cuales cuando se produce una gesticulación o incluso sin gesticulación, las caras tenían el síndrome de sobrellenado u overfill facial, o incluso en las gesticulaciones aparecían zonas de volumen que no correspondía a una movilidad facial. Incluso las personas perdían un poco su identidad facial». En el momento actual, prosigue Jiménez, «se busca rejuvenecer sin cambiar la expresión. No se trata de estiramientos o de rellenos, sino que se busca recuperar firmeza y los contornos de una forma más sutil».

Y es que, en línea con la tendencia, se buscan resultados y recuperaciones rápidas y este minilifting «tiene cuatro o cinco días de recuperación, llamándose en Estados Unidos weekend lift o zoom lift, que hace que mucha gente se haya decidido por este tipo de lifting en lugar de realizarse rellenos, ante los primeros signos de flacidez». En cuanto a los famosos que se lo han realizado, la doctora menciona a «Bella Hadid, Jennifer Aniston o Brad Pitt, buscando una tensión mandibular sin cambiar su identidad facial». Por su parte, el doctor Becker añade que «figuras como Isabel Presyler, Maribel Verdú o Lydia Bosch muestran como un lifting bien planificado, combinado con técnicas complementarias como lipofilling o tratamientos de piel, puede ofrecer resultados armónicos y nada artificiales».

Para la doctora Elena Jiménez la valoración previa del paciente es clave. En primer lugar, «hay que hacer un correcto análisis prequirúrgico del paciente y ver si sólo vamos a necesitar un minilifting o una reposición de volumen en zonas muy específicas o si necesitamos otro procedimiento a nivel superior». En el caso del minilifting, «va a ir sólo al tensado mandibular».

Prosigue el doctor Becker destacando «aunque su objetivo es corregir el SMAS, el minilifting puede potenciarse con procedimientos complementarios como el lipofilling con grasa propia, para recuperar volumen en áreas hundidas; la lipoescultura facial que mejora la definición del cuello y la línea mandibular o la blefaroplastia si hay exceso de piel o bolsas en los párpados». Por último, «tratamientos de piel (láser, radiofrecuencia, exosomas) que mejoran textura, firmeza y luminosidad». El profesional advierte que «algunos tratamientos previos como rellenos mal colocados, hilos tensores repetidos o ciertos láseres profundos pueden dejar cicatrices internas o dañar los tejidos. Esto puede limitar los resultados quirúrgicos. Por eso, es fundamental una evaluación médica honesta y personalizada antes de planificar la cirugía».

La gran ventaja de este procedimiento es que su recuperación «es mucho más rápida que el lifting cérvico facial clásico. En una semana, prácticamente todas las pacientes están realizando su vida social y laboral de una forma normal» y añade Becker que los resultados se ven «casi de forma inmediata». En cuanto al retoque, explica la doctora que «si no hacemos nada, el tiempo se acorta y podemos llegar a cinco años, pero si seguimos haciendo un mantenimiento con tratamientos, una buena rutina facial, una dieta y complementos alimenticios puede prolongarse casi hasta los ocho años».

En cuanto a las recomendaciones, la doctora destaca que «aunque tiene la palabra mini, puede ser muy potente y tiene una limitación y es que no va a poder trabajar las estructuras en una profundidad que a veces es necesaria». Por esta razón, la doctora cree que «es muy importante el diagnóstico previo y que, si además del minilifting se sugiere un complemento con otras técnicas que ayuden no sólo en la zona sino en la frente, la sien o la zona ocular». Por último, la doctora destaca que «lo más importante es mantenerse absolutamente natural, seguir con la identidad facial y dar imagen de vitalidad, energía y no una sensación de cara rellena u operada».